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Archivo El Día
El polémico exalcalde sostiene que “no hay ningún poder tras las sombras” en la nueva campaña de su esposa y de su hijo, Felipe, por llegar al municipio. Pero quienes lo conocen, creen que es imposible separar su potente incidencia e interés por este proceso.

Siempre es controversial la figura de Pedro Velásquez Seguel, exalcalde de Coquimbo, la que responde al perfil de un político de esos que pareciera están en extinción. En el actual escenario, el  cuestionado exjefe comunal porteño, hoy parlamentario, cuenta con una destacada votación que aparece como un excelente aval.

Bajo esa figura, y en las actuales circunstancias, desde el llamado “velasquismo” están trabajando duro para lograr un viejo anhelo: regresar en gloria y majestad a la Municipalidad de Coquimbo, pero no por medio de Velásquez, sino a través de la candidatura de su esposa, Moira Navea.

Curiosamente, esta noticia fue entregada a diferentes medios de la zona por el propio “caudillo” el 21 de septiembre pasado. Se habló de la posibilidad de que el hijo de ambos, Felipe Velásquez, fuera el “recambio” y se presentara como candidato al sillón municipal, pero a última hora hubo un giro en aquella determinación, ya que pasó a ser aspirante a concejal. ¿Cuál es la verdadera arremetida de Velásquez en ese escenario?

SE DEFIENDE



El propio diputado Pedro Velásquez, en conversación con diario El Día, hizo frente a las dudas o cuestionamientos en torno a su real influencia en el eventual regreso del “velasquismo”, que también incluye en sus listas a César Hernández y Cristian Pizarro como candidatos a concejales y a Daniela Contreras como opción a constituyente.

“Se utilizan mitos, pero no es la gente del pueblo. Son las élites políticas que viven de especular. Es cierto, muchos le veían mejores posibilidades a Felipe (Velásquez), pero resulta ser más lógico que él gane experiencia primero como concejal hasta llegar, si Dios así lo permite, a ser alcalde algún día. En la actualidad, no nos podemos hacer los desentendidos ante una deuda municipal de 4 mil 500 millones de pesos, con problemas incluso de pagos de sueldos”, explicó. 

En ese sentido, Velásquez recalcó que “frente a una ciudad decaída, y con la decisión de Moira y de Felipe, creo que se pueden lograr avances. Pero lo más importante, es que ella va a tomar las decisiones, porque es una mujer de carácter, con gran experiencia en cargos políticos y administrativos de relevancia. Ella lo hará bien y la apoyaré desde afuera, porque ella tiene plena libertad y no recibimos platas de ningún partido político. Estoy preocupado de mi labor parlamentaria, y no creo en los ´primeros damos´, sino que en los colaboradores. Ella no necesita un chaperón, mi capital político es indudable, pero hoy la comuna tiene otras necesidades”.

¿EFECTOS DEL PODER?



Quienes conocen a Velásquez aseguran que ha seguido una única línea de conducta, para bien o para mal. Incluso, señalan que hubo una época en que el exalcalde  estuvo abierto a recibir buenas ideas, pero desgraciadamente tomó un “camino equivocado”, según ellos. “Sufrió delirios de grandeza. No se puede negar que le cambió el rostro a Coquimbo, pero comenzó a introducir a su familia”, sostuvo un antiguo colaborador. 

Quien es histórico dirigente del PS Comunal Coquimbo, César Canales, aseguró a El Día que conoce al parlamentario desde 1995. “Es indudable que aún cuenta con un capital de votos importantes  en quienes aún creen en él. Pero hay que señalar que parte de ese electorado se le ha ido diluyendo. No se puede negar, en todo caso, que se trata de una amenaza contra las posibilidades de hacer un Coquimbo más progresista y que así, salga adelante”, subrayó.

A su juicio, “Velásquez elabora maniobras para estar al frente, pero por medio de su familia. “Lo intentó con su hijo Felipe, pero finalmente no encontró nada mejor que echar mano de su señora, Moira Navea, que como Core hizo muy poco. Él está detrás de las candidaturas e insiste en volver a resurgir como el Ave Fénix, pero mi recomendación es que se retire de la política”, aseguró. 

LOS RESPALDOS

Respecto las críticas de quienes ven con desconfianza o derechamente con rechazo la posibilidad del retorno del “velasquismo” al sillón porteño, desde su círculo interno consideran que hay una suerte de “revancha”.

Un cercano comentó  que “las conductas que se cuestionaron moral y políticamente al velasquismo y de sus actores han sido amnistiadas con el comportamiento de la clase política en general”.

Respecto de la influencia de Pedro Velásquez, fuentes asociadas señalan que “no es quien directamente está detrás de la campaña. En rigor, son otras personas”.

Sin embargo, reconocen que la figura de Velásquez sigue siendo relevante. “Es un caudillo al que aún le queda respaldo popular, que incluso en sus errores recibe el perdón de la gente”, concluyó la fuente.

¿VIEJA POLÍTICA O VÁLIDAS ASPIRACIONES?

El interés del “velasquismo” por llegar a la primera línea comunal también ha sido cuestionada por otros sectores.  El concejal y candidato a alcalde por Coquimbo, Fernando Viveros (PC), señaló a El Día que “una candidatura de Moira Navea no sólo representa las cosas buenas que pudieron hacerse en algún momento, sino también a la vieja política. Bajo esa perspectiva, creo que el velasquismo está muy agotado en la comuna de Coquimbo, más allá del apoyo que tuvo Pedro Velásquez en las últimas elecciones parlamentarias”, argumentó.

Por su parte, el presidente regional de la DC, Patricio Solís, aseguró que “cada persona tiene el derecho a presentarse a las candidaturas que estime conveniente. La democracia también se alimenta de la participación de todos los sectores. Si la candidatura de la señora Navea trae como consecuencia que mejore la discusión y se enfrentan bien los procesos democráticos, en ningún caso le veo inconvenientes”, esgrimió

 

 

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