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El dilema de estar en el cuerpo equivocado puede generar una serie de traumas e inconvenientes en el desarrollo psicológico y social de un adolescente. Pese a que en la actualidad existe una normativa legal para poder optar al cambio de sexo registral desde los 14 años, previa sentencia del Tribunal de Familia, nada les garantiza que la discriminación no estará presente. Los estudiantes de Derecho que están asesorando y acompañando a los menores en estos procesos, han conocido realidades contrapuestas que van desde la empatía total, al más absoluto rechazo, incluso por parte de grupos familiares.

Lo llamaremos “Martín”. Tiene 15 años y nació como mujer en un cuerpo que no le correspondía. Su historia es dura y ha estado llena de complicaciones. Siendo tan sólo un niño comenzó a experimentar notorios cambios en su personalidad que fueron percibidos rápidamente por sus padres y su entorno más cercano, quienes sencillamente no entendían lo que pasaba.

En principio hubo gran preocupación. Todo lo que le estaba ocurriendo al pequeño era atribuido a una eventual depresión infantil, lo que llevó a la familia del adolescente a peregrinar por un sinnúmero de especialistas que no conseguían darle una respuesta certera. Sin embargo, luego de recorrer distintas clínicas, visitando a diferentes profesionales, se pudo concluir que su conducta introvertida y aquellos episodios de tristeza profunda se debían a una disforia de género.

 “Para el equipo de personas que trabajamos con niños y niñas transgénero ha sido todo un desafío y una experiencia llena de satisfacciones, tanto desde lo personal como profesional”., Carlos Galleguillos, académico UCN

A estas alturas de su corta vida, tal como “Martín” nos relata, existen aspectos que prefiere dejar en el pasado, borrarlos, por el dolor que produce el no saber, ni siquiera él mismo, qué es lo que le estaba pasando. Pero hoy se siente satisfecho de contar con una certeza que le da tranquilidad, y que todo haya sido aceptado por sus seres queridos “recibiendo el apoyo de quienes estaban al lado, ya que, sin ellos, no hubiese sido fácil enfrentar algo que un sector de la sociedad todavía no comprende. Nacer con un sexo y tener un nombre distinto al de tu propia percepción”, afirma.

Además, la ley ha estado de su lado. En la actualidad –y casi desde hace un año- existe una normativa legal que posibilita a adolescentes como “Martín” cambiar su partida de nacimiento mediante el nuevo procedimiento de identidad de género en el que los niños y niñas mayores de 14 años efectúan el tránsito legal hacia el reconocimiento de su nueva identidad.

Cuando falta el apoyo

Como el caso de “Martín” hay miles en el país y otro tanto en la región. Niños y adolescentes que sienten haber nacido en un cuerpo distinto al que les pertenece. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido con el joven, no siempre pueden contar con la compañía y apoyo de su entorno familiar y social. De hecho, en la mayoría de los casos, deben enfrentar contextos discriminatorios y socioculturales que parten en su propio núcleo familiar y/o estudiantil, donde se entra en una especie de negación al reconocimiento de su identidad de género, provocando un desequilibrio en el desarrollo biológico y psicológico, lo que conduce a una serie de complejidades que en algunos casos llegan a ser extremas.

“El trabajo realizado se ha orientado no solo a la judicialización de la causas de niños trans, sino también, nos dimos cuenta que era fundamental efectuar capacitaciones en Derecho respecto a la realidad jurídica de la diversidad sexual en Chile”, Fiama Muñoz, estudiante de derecho

“Catalina”, de 16 años, es una de esas personas que no tuvieron el apoyo suficiente. Nunca dudó que era una mujer en el cuerpo de un hombre, sin embargo, para quienes estaban cerca de ella fue demasiado complejo de entender.  “Siempre he sentido que soy mujer, desde que tengo uso de razón nunca he tenido dudas de mi identidad. Al principio y todavía, para mí es complicado pues a mis padres les ha costado mucho asumir mi realidad. Lo mismo me ocurrió en el colegio donde asistía antes y los profesores se negaban a reconocer mi nombre social y eso hacía que no me dieran ganas de asistir al colegio”, relata.

El acompañamiento

Tanto “Martín” como “Catalina”, forman parte de un programa de acompañamiento jurídico de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica del Norte, sede Coquimbo, quienes a través de su Clínica Jurídica han comprometido su trabajo profesional a lograr que aquellos niños y niñas y sus familias que lo requieran puedan ser asesorados y representados judicialmente ante los tribunales de familia para efectos de llevar adelante el cambio de nombre y sexo registral en conformidad a la Ley 21.120.

En ese contexto, el profesor de la Facultad de Derecho Iván Silva explica cómo es la modalidad de trabajo de la clínica, bajo la metodología de Aprendizaje más Servicio. “Nuestros estudiantes de quinto año en conjunto con un equipo de docentes abogados y abogadas se vuelcan a la comunidad para asesorar a las personas buscando una solución a sus problemas jurídicos, generando alianzas con socios comunitarios, dentro de los cuales se encuentra la oficina de la diversidad de la comuna de Coquimbo, con quienes coordinan las asesorías y atenciones”, precisó el profesional.

“La experiencia con los adolescentes y sus padres ha sido muy enriquecedora y personalmente creo que somos un aporte en las vidas de esas personas, pues en general, existen pocas organizaciones que se hacen cargo de acompañarlos en sus procesos”, María José Caballero, estudiante de derecho

El equipo de la Clínica Jurídica está integrado por Elsa Ocaranza, Catalina Villalobos, Fiama Muñoz y María José Caballero, todas estudiantes de Derecho, más el profesor y abogado guía Carlos Galleguillos, quien pone de manifiesto la importancia de efectuar estos acompañamientos y asesorías sobretodo porque todavía queda mucho por avanzar respecto a los derechos de las personas que habitualmente sufren discriminación en las distintas esferas de la sociedad en las que se desenvuelven. “Para el equipo de personas que trabajamos con niños y niñas transgénero ha sido todo un desafío y una experiencia llena de satisfacciones, tanto desde lo personal como profesional, pues poder cambiar la vida de las personas desde el Derecho, brindándoles la sonrisa que por años han esperado, representa para ellos una alegría y le da sentido a nuestra profesión”, sostuvo.

A pocos días de cumplirse un año de implementación de la Ley los balances son positivos. Cada vez son más personas las que han pasado por este proceso legal o que se encuentran camino a realizarlo. Por fin, en instancias como la clínica jurídica, personas como “Martín” y “Catalina” han encontrado un respaldo y respuesta a este cambio que siempre soñaron, y ahora pueden concretar.

Datos:

El debate: La aprobación de esta ley, el 27 de diciembre del 2019, estuvo marcada por la controversia y la discusión valórica.

Los mayores: Con la normativa, los mayores de edad deben realizar el trámite sólo concurriendo al Registro Civil.

Menores de edad: La ley establece que desde los 14 años se puede realizar el cambio de registro previa sentencia del Tribunal de Familia.

 

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