• La imagen corresponde a la antigua hacienda de Cutún, donde se dice que ocurren “penaduras”, aunque hay una historia más aterradora en una casa que quedaba cerca de este inmueble. Foto: Archivo El Día
A raíz de lo que ocurre con una “casa embrujada” en Puerto Montt, recordamos algunos sucesos extraños que estremecieron a nuestra zona, como por ejemplo lo acontecido en el sector de Cutún en el año 1976

Mientras la atención de la prensa se vuelca por estos días a Puerto Montt, con numerosos testigos de hechos paranormales en una vivienda, acá en la zona hacemos un recuento de casos que también han sido atribuidos al Más Allá. El caso más emblemático se registró en febrero de 1976, en el sector de Cutún (cerca de Las Rojas, valle de Elqui), donde una familia fue víctima de los mismos fenómenos que en el sur de nuestro país.

Acá los hechos igual se concentraban en una casa. Una noche empezaron a volar los objetos sin explicación alguna. Mesas, sillas, lámparas y lo más increíble, que incluso fue acreditado en la prensa de la época, es que pedazos de huesos humanos incandescentes atravesaban las paredes y el techo, arrojados desde el exterior. Se decía que la vivienda estaba ubicada junto a un cementerio indígena. Además, casi al frente, estaba otra aterradora hacienda abandonada, que encierra otras historias más. De hecho, turistas que van al lugar la confunden con el inmueble de las “penaduras”, que hoy ya no existe, aunque se levantó otra modesta vivienda en el mismo lugar, que prácticamente pasa desapercibida.

El dueño de casa afectado llamó a la prensa. Y las cosas siguieron ocurriendo, a vista y paciencia de reporteros gráficos y periodistas. Aunque los profesionales explicaron el asunto apelando a algún tipo de fuerza electromagnética o algo más vinculado a la física que a lo fantasmal. Hasta el Ejército se constituyó en el sitio. La familia finalmente se mudó a otra ciudad, aunque surgió el rumor de que antes hallaron un tesoro escondido bajo la vivienda. Nunca más se refirieron públicamente a lo acontecido allí hace más de 40 años.

Fenómeno lumínico

Pero hay más historias. En abril del año 2010, el sitio web www.lavozdelnorte.cl publicó un extraño caso ocurrido en el edificio La Recova, uno de los principales atractivos turísticos de La Serena. Se trató de un misterioso fenómeno lumínico captado por una de las cámaras de seguridad, que tuvo muy intrigados a los investigadores de enigmas y a los guardias que diariamente cuidan este recinto de la ciudad de los campanarios.

Aproximadamente a las 06:50 horas de un día de semana, Iván Araya venía llegando a su turno que comenzaba a las 07:00 horas. Como todos los días, ingresó al recinto por el portón que da al supermercado Unimarc. Mientras entra, en la sala de control, ubicada en el segundo piso del recinto, su compañero Mario Miranda estaba chequeando los ingresos a través de las modernas cámaras de seguridad infrarrojas.“Mi compañero es quien se da cuenta primero de la luz y me dice a mí. Nos pusimos a ver las cámaras y nos dimos cuenta de que esta luz seguía ahí y se movía de manera extraña”, dijo Araya.

Ante lo curioso del hecho, donde se apreciaba como una pequeña bola de fuego, ambos guardias bajaron hasta el sector del portón para buscar una explicación racional al fenómeno, pero pese a los esfuerzos, no lo lograron. Lo más impactante de todo es que mientras ellos hacían esfuerzos por encontrar el origen de la luz, ésta se encontraba a sólo centímetros de ellos, lo cual era sólo captado por la cámara.Todo el fenómeno quedó registrado en dos segmentos de 15 minutos cada uno.

La celeste

A lo largo de varias generaciones de estudiantes, son varios los relatos que han llegado relatando extraños fenómenos paranormales, en un conocido internado de mujeres de calle Gandarillas en La Serena. Incluso una testigo, a través de una página web regional, se atrevió a contar la experiencia vivida en ese lugar en 1997, en el segundo piso del recinto que albergaba a alrededor de 300 niñas de diversas comunas de la Región de Coquimbo.

“En un momento dijimos vamos a acostarnos. Yo recuerdo que tenía un tazón con té en la mano y me adelanté a las niñas. Mientras caminaba, en un momento algo me hizo mirar hacia una escalera que no usábamos y daba como a un altillo donde estaba la lavandería. Era un lugar misterioso porque nadie subía a ese lugar. Cuando miro hacia la escalera como a unos cinco peldaños, veo a una niña. Era como transparente, tenía como un pijama largo, mirando hacia el suelo. Tenía su pelo largo. No pude verle los ojos. Fueron tres segundos que pude verla. De la impresión a mí se me cayó el tazón y no pude avanzar. Ahí llegaron las niñas y les conté lo que había visto”, dijo la testigo.

La entonces interna contó que previo a esta experiencia ya se hablaba de esta presencia que se le había aparecido a otras personas. 

“Se decía que había muerto una niña en este lugar. Le decían la Celeste. Hace muchos años se sabía de ella. La historia dice que era una niña que había quedado embarazada y para ocultarlo se habría hecho un aborto. Eso habría pasado justo en la lavandería. Eso es lo que se contaba. Nadie sabe por qué se dejó de usar esa lavandería”, recordó.

Pero no fue lo único que pasó en este lugar, según la fuente. “Me acuerdo que se comenzó a correr el rumor de que una niña del internado estaba como poseída. Todas se empezaron a asustar. Un día iba por el pasillo para mi pieza y me encontré con mucha gente. Lo raro es que había un cura que había venido a bendecir ese sector donde vivían unas 40 niñas. Todo estaba dividido por sector, y recuerdo que fue en el B”, aseguró esta persona que hoy es ya adulta.

El duende Ignacio

Lo que ocurrió a fines de abril del año 1992, en la villa El Parque de Las Compañías (La Serena), sin duda llamó la atención de todo el mundo. 

Fue un curioso fenómeno en un área donde se estaba construyendo un sector habitacional. Allí varios niños aseguraban que vivía un duende al interior de una tubería. Según los testigos, se trataba de una figura luminosa. Hasta se llegó a decir que, telepáticamente, el supuesto duende le había dicho a los pequeños que se llamaba Ignacio, por lo que fue bautizado con ese nombre.

La noticia se difundió rápidamente y decenas de personas iban cada noche al lugar para ver si podían observar al famoso ser. “Duende aterroriza a población”, se podía leer en la portada de nuestro medio del 29 de abril de 1992. La edición se agotó en pocas horas, mientras el tema también llegaba a la televisión. “Le  vemos las piernas y los brazos claramente. Pero la cara la tiene desfigurada. Es de aproximadamente 50 centímetros”, describió Erwin Torres, uno de los testigos.

Desde las 2 de la tarde, cientos de personas llegaban a esperar la noche, esperando ver a la figura. Los más entusiastas por acudir eran los niños, que se quedaban hasta la madrugada para ser testigos de la noticia del momento. 

“Yo no creía y me metí en el tubo sólo por curiosidad. Cuando me dijeron ‘¡ahí está!’ vi una cosa blanca. Me dio miedo y salimos arrancando”, contó César Contreras. En tanto, el pequeño de 11 años en aquella época, Rodrigo Gil, indicó que “yo sólo lo he visto 2 veces. No sabría decir qué cosa es. Sólo puedo señalar que todos los que entran conmigo al tubo se desmayan”.

La joven Mabel Gómez aseguró que los niños le cantaban a esa luz para que apareciera. “El domingo por la tarde, se metieron dos carabineros de civil. Ellos no creían. Ingresaron solos y no se les apareció. Pero cuando volvieron con los pequeños, ahí sí lo vieron. Salieron pálidos”. 

Por el contrario, Juan Maturana, que trabajaba en la empresa constructora presente en el lugar, fue uno de los pocos que desacreditó estos hechos. “Nunca vi nada. Creo que esto puede haber salido de algún cuento de un menor, que venía para acá y decía que jugaba con un niñito”.

En una entrevista concedida en aquella época a Diario El Día, la psicóloga argentina Marta Beatriz Oliveto atribuyó el hecho a una psicosis colectiva. “Basta que una persona comience viendo este tipo de visiones, para que se produzca una cuestión de identificación que se va trasladando a todo el grupo”.

Con el tiempo el rumor del duende se fue diluyendo, y quedaron en el aire varias posibles explicaciones. Se habló de un fenómeno físico, como la combustión de gases  de la tubería, de una lechuza atrapada en su interior y hasta de una simple alucinación.

En otra noticia recogida por la prensa, un joven en el año 2010 aseguró haber vivido una experiencia paranormal en la Ruta 5 Norte, junto a otros tres pasajeros y el conductor de un colectivo. Pero no fue el único. 

A través de llamados telefónicos, sumado a la versión de una pareja que pasó por lo mismo, nuestro medio en ese entonces se enteró de esta noticia que, a todas luces, apuntaba a un fantasma en el sector de Peñuelas. Esa vez se comentó que podía tratarse de un hombre que meses antes fue  embestido por un vehículo particular en el kilómetro 465. 0106

 

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