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Referencial / Lautaro Carmona
En menos de un año, son tres las denuncias realizadas por presunto acoso laboral y sexual al interior de la institución de Bomberos en La Serena y Ovalle. Ante este escenario, la falta de normativas para tratar este tipo de vulneraciones más allá del proceso legal, es una problemática que preocupa a los actores sociales de la región, quienes llaman a reforzar el sistema.

Complejo escenario se vive al interior de dos Cuerpos de Bomberos de la región frente a denuncias de presunto           acoso laboral y de índole sexual, que afectarían a funcionarias administrativas y voluntarias en la ciudad de La Serena y Ovalle.

El primero salió a la luz en marzo de este año, cuando diario El Día, daba cuenta de una serie de testimonios anónimos que aseguraban los hechos de acoso y abuso sexual por parte de los funcionarios e incluso altos mandos del Cuerpo de Bombero de La Serena.

Solo existen dos denuncias formales en la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones de La Serena, que corresponderían a “un funcionario del cuartel que se encuentra cerca de la Plaza de Abastos (Sexta Compañía), y para un oficial del cuartel de Avenida Aguirre con Balmaceda”, así explicó en su oportunidad a El Día, el comisario de la unidad, Eduardo Rojas.

Ambas denuncias son de índole sexual y aún se encuentran en investigación según informa el superintendente del Cuerpo de Bomberos de La Serena, Ángelo Pizarro. Sin embargo, al interior de la institución, existen más testimonios y casos en donde varias funcionarias habrían sido vulneradas, apuntando las acusaciones hacia el alto mando.

Pero, según las normativas del organismo -como entidad autónoma-, el Consejo Disciplinario está en manos de los propios sindicados y fuentes al interior del Cuerpo de Bomberos señalan que “por eso que no lo acusan y si lo acusan, terminan sancionando a la denunciante. Aquí hay un abuso de poder evidente”, precisan.

El último caso, se dio a conocer por el diario El Ovallino, donde una funcionaria administrativa, habría sufrido acoso laboral y sexual por parte del superintendente del Cuerpo de Bomberos de Ovalle, Edgardo Díaz, realizando la denuncia en el Ministerio Público.

Entre los argumentos el documento precisa que “el superintendente se negó a cumplir con las estipulaciones de mi contrato de trabajo, específicamente, respetar mis horarios de salida de jornada laboral, en varias ocasiones, y a pagar mi remuneración según anexo vigente, ordenando el pago por mis funciones por bajo lo acordado, y escriturado, a partir del mes de marzo de 2020. Todo esto sin saber, yo hasta mayo de 2020, que la condición para que mis condiciones laborales vigentes se reflejaran en mis liquidaciones, era que accediera a salir con él y tener una relación extralaboral”, señala la demanda.

Respecto a la denuncia, el superintendente de bomberos, contradice los hechos, declarando que “las acusaciones son totalmente falsas (…) Existe Tutela Laboral, no se trata sólo de las acusaciones de acoso, también es un asunto de platas. La tutela laboral está en contra del Cuerpo de Bomberos y yo como representante legal tengo que ver de qué se trata” indicó Díaz, explicando que este tema está en manos de los abogados del Cuerpo de Bomberos de Ovalle.

¿Cómo funcionan los protocolos por acusaciones de abusos o acosos?

En relación a estas graves acusaciones, el Día intentó comunicarse con el presidente Regional de la institución de Bomberos para saber cuáles son los protocolos que se deben tomar en el caso que haya una denuncia de esta categoría y, a la vez, saber cómo se han abordado los casos ya existentes, pero hasta el cierre de este edición, no se logró el contacto.

Pese a ello, tras preguntar por dicho protocolo en algunos Cuerpos de Bomberos de la región, no existe una normativa estipulada para tratar casos de esta índole y así lo confirma al menos el superintendente de Los Vilos, Jaime Cortinez. “No tenemos un protocolo de esa índole o instaurado que nos norme a través de la junta. Gracias a Dios no hemos tenido problemas. Cada cuerpo, en base a sus sesiones internas, van tomando sus decisiones: hay algunos que tiene protocolos antidroga, pero en ese contexto, no tengo mucha información, porque cada Cuerpo de Bomberos toma sus propias decisiones”, sostiene el además secretario y tesorero del Consejo Regional de Bomberos.

Frente a la pregunta de cómo se opera cuando existe un caso de abuso y/o acoso sexual/ laboral y que este involucre directamente a un alto mando, el voluntario sostuvo que, “el Consejo Regional no tiene injerencia sobre las decisiones internas de cada Cuerpo de Bomberos. Cada cuerpo es autónomo”.

Exigen reforzar protocolos

A raíz de los últimos casos que aún se encuentran en investigación por los presuntos acosos laborales y sexuales al interior de la institución de Bomberos en la ciudad de Ovalle y La Serena, la Secretaría Regional Ministerial de La Mujer y Equidad de Género, no quedó indiferente frente a estas acusaciones.

La seremi Ivón Guerra, sostuvo a El Día que ambos casos “son situaciones lamentables que se deben investigar a fondo”.

Respecto a la última denuncia en Ovalle, Guerra indicó que había recibido el caso, en donde, “la derivé inmediatamente a SernamEG para que vieran la forma de apoyar y orientar a la denunciante”.

Ante los hechos que hoy apuntan a la institución zonal de Bomberos, la seremi manifestó que “estos no son casos aislados a nivel regional, por lo mismo es importante y urgente que Bomberos levante protocolos contra el acoso”.

Respecto a quienes se han sentido vulnerables frente a hechos vividos al interior de la institución, Guerra expresó que, “siempre estaré apoyando a toda mujer que sienta víctimas de todo tipo de agresión y es muy relevante que generen las denuncias para que el Ministerio Público se haga parte, investigue y, de encontrar culpables, la Justicia actúe”.

En tanto, la psicóloga Katherine Véliz, representante del Colectivo Feminista Úteras Proletas de La Serena, organización que ha atendido casos de orientación en este tipo de delitos, indicó que las dificultades que existen para quienes realizan denuncias de acoso o abuso, parten desde cómo están estructurados los organismos y cómo afecta la hegemonía en ellas.

“Las denuncias se están llevando a cabo de manera individual, no es la institución que está realizando la denuncia, sino que la afectada. Ahí hay una diferencia que es súper medular a la hora de cómo mira la institucionalidad los hechos que son constitutivos de delitos, pero en relación a la violencia de género, ahí está la diferencia”, explica.

En cuanto a los factores que se deben considerar cuando hay una denuncia de esta categoría, Véliz precisa que, “el Cuerpo de Bomberos tiene que tomar las medidas para que de una y otra forma, se pueda garantizar que efectivamente las víctimas no tengan un contacto directo, no se sientan más afectadas, o todo lo que ellas experimenten en ese momento de vulneración y de revictimización (…) Hay que ver cómo se destraban las institucionalidades, porque esto ocurre en toda orden de cosas y en todas las instituciones desde índole familiar hacia fuera”, finaliza.

 

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