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La evaluación externa y la revisión de las instalaciones son algunas de las etapas del proceso que se han postergado, ya que la gran mayoría de las universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica permanecen cerrados funcionando vía remota.

El presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), Hernán Burdiles, conversó con Agenda del Día, de El Día TV, acerca de cómo la pandemia afecta la calidad de la educación superior y el trabajo que realizan los comisionados en los distintos procesos de acreditación.

“El gran problema que tenemos es que una parte del proceso de acreditación requiere de la evaluación externa, que es efectuado por el comité de pares evaluadores que son asignados por nosotros, son expertos de distintos temas y tienen como objetivo entrevistarse con los estudiantes, académicos y directivos de la universidad, instituto profesional o centro de formación técnico”, contó.

Burdiles precisó que ese trabajo se ha visto postergado porque la mayoría de las casas de estudios permanecen cerradas funcionando vía remota, situación que ralentiza las etapas, ya que dentro de las tareas del comité también está visitar las instalaciones, laboratorios y “eso está siendo muy complicado hoy en día”.

Otro de los aspectos que se ha visto afectado es la revisión en la entrega de la formación en carreras que contempla procesos prácticos, como las del ámbito de la salud. “Ahí la formación en el recurso clínico es muy intenso y hoy estas instalaciones están destinadas a atender el tema del coronavirus y no se está desarrollando de manera normal la formación de los estudiantes del área de la salud”.

¿Disminución de calidad?

Al ser consultado por la posible disminución de la calidad en la educación, Burdiles recordó que toda contingencia tiene un impacto sobre los aspectos de la vida personal y laboral y que evidentemente hay un cambio en todos los niveles de educación, pero que lo importante es implementar medidas transitorias para una situación que pasará en algún momento.

“Lo que hay que hacer es enfrentar esta emergencia, que es transitoria, con medidas transitorias y con ello intentar proteger el proceso educativo con la mayor cantidad de recursos posibles. Yo no le puedo pedir que enfrenten para siempre una situación”, añadió.

La recomendación –dice el presidente de la CNA- es elaborar un registro de lo que un curso alcanzó a hacer, llevar los logros alcanzados por los estudiantes y hacer una medición de los logros faltantes y que una vez cuando se pueda regresar, entregar esos aprendizajes que fueron postergados.

“En aquellas carreras que hay más trabajo práctico se pueden adelantar los contenidos teóricos y dejar para más adelante los casos clínicos y los laboratorios, aunque es una cuestión de caso a caso”, precisó.

No hay cambios de estándares

Respecto a un posible cambio de estándares al momento de comenzar con un proceso de evaluación,  Hernán Burdiles lo descartó, ya que la revisión que se hace es integral y no se enfoca en un momento determinado.

“Eso no es posible, supongamos el caso de un instituto profesional que fue acreditado por 5 años y hoy, en este momento está en su tercer año y le faltan dos años, entonces cuando inicie su proceso de acreditación nosotros no nos fijaremos únicamente en lo que ocurrió con la pandemia, nos fijaremos en lo que hizo en los tiempos siguientes para amortiguar sus efectos”,  puntualizó.

Por otra parte, el presidente del CNA, agregó que también evalúan si lograron resolver las observaciones realizadas al momento de haber obtenido la acreditación, “en ese momento le dijimos cuáles eran los problemas que tenían que resolver durante los 5 años. Por lo tanto nos fijaremos en todo el periodo que tuvieron para mejorar su calidad, no me voy a dedicar exclusivamente a un sólo momento”.

La importancia de la acreditación

Es de conocimiento público la importancia que tiene una institución acreditada, idea que reforzó Burdiles, ya que es un aspecto relevante tanto para los futuros estudiantes como para la propia institución.

“Para los estudiantes es importante que una universidad, instituto profesional o CFT esté acreditado porque le permite acceder a ciertos beneficios como el Crédito con Aval del Estado y becas del Estado y, adicionalmente, si la acreditación es por 4 años o más, eventualmente la casa de estudios podría permitir a sus estudiantes acceder a la gratuidad”, recordó.

Y, en segundo lugar, desde la perspectiva de las instituciones, estar acreditadas les permite impartir carreras de pedagogía, medicina u odontología. Además, recordó que ahora es obligatoria y que si no se acredita en dos periodos consecutivos entran a un proceso de tuición con el Consejo Nacional de Educación (CNDE).

“Ahí tienen la última oportunidad para poder lograr la acreditación y si no lo logran se tienen que cerrar, pero hoy afortunadamente el proceso es mucho menos traumático porque hay un acompañamiento muy cercano por parte del  organismo del  Estado, para que sea más ordenado”, cerró.

Por último, Burdiles detalló que los institutos profesionales, los CFT y las universidades tienen la obligación de estar acreditadas al menos en dos dimensiones, en docencia de pregrado y vinculación con el medio local, nacional o internacional. Pero que también se puede en docencia de posgrado y en el ámbito de calidad.

 

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