• El joven diputado de la Región de O’Higgins, visitó la semana pasada la zona participando en distintas instancias donde dio a conocer su postura de cara al Plebiscito Nacional y argumentó el polémico eslogan “Rechazar para reformar”.
Crédito fotografía: 
Leonel Fritis
El congresista de Renovación Nacional aseguró que de aquí a marzo sectores que hoy están por la opción del Apruebo cambiarán de postura, incluso gente de la exConcertación. Con el mismo ímpetu señaló que la vía correcta para responder los “malestares sociales” son las reformas y no una nueva Constitución.

El diputado de Renovación Nacional participó el fin de semana  pasado en actividades en las comunas de Vicuña y La Serena, donde entregó su postura respecto al plebiscito. En las distintas instancias lo acompañó su par Francisco Eguiguren, quien contó a El Día que la gente lo había “solicitado” por su “liderazgo y notoriedad”. 

Tras la firma del Acuerdo por la Paz y una nueva Constitución del 15 de noviembre del año pasado, el parlamentario de la Región de O’Higgins se ha convertido en uno de los rostros de la opción del Rechazo.

-¿Cuál es ese sentido “profundo” que le atribuye al Plebiscito Nacional? Porque ha dicho que no se trata de ir sólo por la opción del Rechazo

“Aquí hay dos cosas muy importantes. Primero está el esfuerzo que vamos a hacer muchos en la centro derecha para enfrentar la derrota cultural de la que hemos sido víctimas porque todo lo que está ocurriendo en Chile tiene que ver con que el pensamiento que el sector ha ido cediendo en todos los ámbitos de la sociedad. Entonces, vamos a decir que la centro derecha tiene convicciones y las vamos a defender con fuerza y por eso hemos presentado un proyecto de reforma. 

Y lo otro tiene que ver con lo que se busca con el plebiscito en sí y esto es algo que se ha dicho poco. Una de las diferencias que ha tenido Chile con los países latinoamericanos es que estos oscilan entre dictaduras y revoluciones. Nuestro país en cambio se ha logrado consolidar con un camino de reformas, la de 1989 y del 2005. Y en este punto también agrego que se han comprado el camino de la nueva Constitución imitando otras sociedades y yo no creo que sea bueno imitarlas porque es creer que el malestar social se soluciona mediante un proceso refundacional y –guardando las proporciones- revolucionario desde el punto de vista institucional, porque vamos a partir de cero”. 

-¿Y no cree que la vía de las reformas fue la que originó lo ocurrido en octubre del año pasado?

“Es que rechazar para reformar no es sólo una opción táctica para nosotros, sino que es una cuestión muy de fondo, queremos que Chile entienda que aquellos países que estamos mirando con atención canalizan sus malestares sociales por la vía de las reformas, por la vía de entender que las cosas se van mejorando sin la necesidad de hacer un nuevo pacto social, que suena muy bien, pero que en el fondo es decir de cuajo que Chile tiene que arrepentirse de los últimos 40 años y yo al menos no creo que Chile deba arrepentirse”. 

-¿No debería arrepentirse de nada?

“Tiene que arrepentirse que quizás hemos sido lentos en hacer las reformas, que hemos sido una élite que ha estado desconectada de la realidad de muchos chilenos, pero eso no justifica que tengamos dos caminos, el de la inestabilidad y la incertidumbre, además de un doble Congreso, financiado por usted y yo, no me parece que ese sea el camino”. 

-¿Entonces cuál es el mensaje que quiere entregar al ir por la opción del Rechazo?

“Nuestro mensaje es muy sencillo...señores, reconozcamos que hay cosas que debemos mejorar pero no nos compremos que aquí todo se ha hecho mal y que para solucionarlo debemos tener una nueva Constitución, sino que hagamos las reformas necesarias entre los sectores más moderados. Hace dos meses atrás, estar por el Rechazo era estar de parte de un extremo islámico porque era como estar fuera del sistema y en cambio hoy, estar por esa opción demuestra viabilidad porque se nos han ido sumando grupos de Evópoli, Convergencia Liberal liderada por Sebastián Sichel y otros más”. 

 -¿Cree que de aquí a marzo se sumen más sectores o grupos a la opción del Rechazo?

“Eso es algo que yo anticipo, de aquí a marzo vamos a tener sectores social demócratas y social cristianos que antes se habían sentido atraídos por la otra opción ¿Y sabe por qué? Porque cada partido ha planteado sus propias reformas y hay gente que no se compra el modelo refundacional que promete la oposición y eso lo veo en personajes de la ex Concertación. Es obvio que ese locatario que levantó un negocio hace 30 años quiere mejores pensiones, que su hijo no tenga deuda por estudiar pero no quiere que para eso tengamos que partir de cero, lo que quiere es que hagamos las reformas necesarias sin ese estrés de dos años al que nos quieren someter”. 

-¿Evitar ese estrés sería parte de ese “sentido profundo” que argumenta?

“Mire yo estoy muy contento porque desde RN hemos podido levantar una cuestión que es mucho más profunda, esto no es una campaña del terror como han dicho algunos, no. El planteamiento de fondo es que hemos escuchado el clamor por la moderación, por las reformas, el clamor por cuidar Chile y no someterlo a estrés e incertidumbre por dos años y medio. Si en la última Cadem la opción del Rechazo subió 8 puntos, creo que el proceso va hacia esa tendencia. Aclarar que los países sólo subsisten con reformas no comprándose la refundación. Y eso es muy curioso porque yo sostengo que –aquí me van a retar después – en la centro derecha es muy difícil compatibilizar sus identidades doctrinarias con el diagnóstico refundacional de la nueva Constitución porque es comprarse el nuevo modelo, un modelo del que muchos hablan y usted tuvo aquí mismo a Fernando Atria”. 

-Pero la gente lleva esperando esas reformas mucho tiempo ¿Qué puede garantizar que se harán ahora?

“Con el diputado Francisco Eguiguren tenemos en común que estamos hace muy poco en el Congreso, yo entiendo que la clase política y en general la élite empresarial, política y comunicacional no goza de mucha credibilidad para hacer reformas. Respecto a la pregunta puedo decir dos cosas, el viernes hicimos una presentación física y comunicacional de reformas para que la gente sepa qué es lo que vamos a reformar. Me parecía impresentable que dijéramos ‘Rechazar para reformar’ sin tener claridad qué queremos cambiar. Y en segundo lugar, porque yo creo que el clamor que hemos sentido de la ciudadanía, especialmente los que somos nuevos, nos empodera y nos emplaza a tener que hacer los cambios ahora.

Cuando uno mira las reformas que ha presentado el Gobierno del presidente Sebastián Piñera, digámoslo bien en castellano, van mucho más allá de lo que se atrevió a hacer la Concertación y la Nueva Mayoría. Cuando en materia de salud, es la centro derecha la que dice que vamos a tener un plan único de salud y que en definitiva vamos a ponerle límite a las listas de espera, la verdad es que nadie se esperaba que la centro derecha diera ese paso. Y esto demuestra una derecha muy distinta a la que ellos están acostumbrados ¿Y por qué le digo esto? Porque parte de nuestro desafío con el diputado Eguiguren será mostrarle a la ciudadanía que aquí hay una convicción de una centro derecha moderna y con compromiso social pero también responsable y reformista. Queremos hacernos cargos de este malestar social sin demoler lo que hemos construido en los últimos 40 años”. 

Del apruebo al rechazo

-¿Qué le pareció el cambio de postura del diputado Francisco Eguiguren?

“Francisco Eguiguren es un diputado que reflexiona sus posturas, yo, al igual que él, originalmente tenía un entusiasmo por lo que significa un cambio, sobre todo para los que somos nuevos, embarcarnos en algo como una nueva Constitución, pero cuando se piensa más detalladamente nos encontramos con aspectos que ya le mencioné y otros que son más bien coyunturales. 

Cuando a usted le dicen que van a construir una casa común pero a renglón seguido lo único que hacen es pegar brochazos de color rojo, usted comprenderá que a esa casa común sólo podrá entrar en la medida que comulgue con las estrategias y posiciones de la oposición y entonces si ellos quieren construirla en el formato del ‘si baila pasa’, francamente eso no es una casa común porque por la vía de la fuerza y de la presión nos dicen cómo se va a desarrollar este proceso constituyente”. 

-¿Lo dice porque algunos sectores de oposición no condenan la violencia?

“La oposición no ha sido capaz de condenar la violencia de manera tajante y con eso deja de manifiesto que no contamos con un espíritu de diálogo como se espera para construir algo que realmente sea común. No puede ser que sean tan patudos para decir que debemos tener una nueva Constitución que represente a todos y luego si ven que algo no les gusta lo echan para afuera...¿Cómo interpretar eso? O de frentón deberían decir que aquí lo que quieren hacer es pasar la aplanadora con un nuevo modelo...pero que no nos tomen por giles”.

 -¿Entonces el diputado Eguiguren es bienvenido más allá de esta “voltereta”?

“Es muy bienvenido, hay temas que son muy relevantes y Pancho los ha defendido con fuerza en la Comisión del Trabajo. Nosotros tenemos clarísimo que las pensiones debemos reformarlas y en eso Francisco ha sido insistente y tenaz. Porque muchas veces ha estado disponible, incluso, para ir más allá de las posturas del Gobierno... si hasta se ha agarrado con los ministros. Y aquí hago la diferencia porque la oposición es campeona para ofrecer cosas que no puede cumplir, pero nosotros tenemos el desafío de ofrecer como alternativa reformas concretas”. 

Exposición pública

-De aquí hasta el 26 de abril estará en distintas instancias públicas ¿No le da temor la exposición o las funas?

“Le voy a decir que he estado meditando y esto no lo he dicho en ninguna parte y aquí me arriesgo mucho. Cuando en tiempos de dictadura el Estado ejercía violencia sobre los opositores, nosotros sufrimos mucho y de manera transversal condenamos esa violencia política...y ahora a mí me gustaría que tuviéramos la misma convicción para entender que cuando las funas se imponen, el matonaje, la violencia se impone es una forma soterrada de dictadura, porque esos violentos dictan lo que se puede decir y lo que no, lo que se puede hacer y lo que no, lo que se puede plantear y lo que no. Y eso es algo que no podemos aceptar porque cuando en las democracias es la violencia la que determina la pauta es imposible avanzar. Cuando es la violencia la que determina lo que se puede hacer en una sociedad entonces retrocedemos a tiempos que realmente no queremos para Chile y si no hago nada, me convierto en un cómplice pasivo de esa violencia y yo al menos no estoy disponible para eso”. 

-Pero la violencia también se puede ejercer a través de discursos de desinformación...

“Yo rechazo cualquier forma de violencia porque es incompatible con la democracia. Hemos sido víctimas de mucho matonaje en el Congreso pero no estoy dispuesto a claudicar porque algunas personas se sienten con el poder que pueden imponer su punto de vista por la vía de la violencia y agresiones. Esto lo conozco desde cuando era dirigente estudiantil y ciertos colectivos usaban la violencia para tratar de imponer sus puntos de vistas y nosotros nunca claudicamos y les ganamos siempre con ideas y argumentos. Y no tengo dudas que el 26 de abril vamos a ganar por la vía de los votos”.

 

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