Intensas y constructivas reuniones han surgido desde el seno de un grupo de personas que están pensando en una idea que aguardan que traiga resultados pronto y se transforme en una medida innovadora.
Hablamos de la creación de una amplia política de inclusión en restaurantes del sector de Peñuelas, en Coquimbo, y que paulatinamente incorpore a otros recintos de la comuna puerto. Y para esto, se ha dispuesto que personas y familiares de quienes tienen diversos tipos de discapacidades físicas u otras, como son la ceguera o condición como el autismo o el síndrome de down se vayan sintiendo cada vez más incorporados, esto por medio de reuniones con los dueños de los restaurantes y sus trabajadores.
Y en efecto, padres de personas con autismo, síndrome de down, personas ciegas y discapacitados físicos se hicieron presentes en un destacado recinto de la comuna de Peñuelas, con la finalidad de entregar ellos mismos, sus familiares o parejas aquellos detalles que debieran ser resueltos en baños, accesos, disposición de artículos en las mesas, cartas de productos, etcétera, para facilitar y hacer más amigables estos recintos. También se espera que personas con otras discapacidades se unan, como por ejemplo aquellas auditivas.
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Respecto de estas primeras reuniones, la jefa de la Oficina de Gestión Inclusiva para personas con discapacidad del municipio de Coquimbo, María Eugenia Dubó, comentó que “precisamente trabajamos mucho con el diagnóstico participativo. En primera instancia, tuvimos una reunión con el alcalde, le planteamos esta idea a los restaurantes y luego me reuní con mi equipo y los restaurantes para conversar sobre las dinámicas y cambios y se planteó la posibilidad de traer a los distintos usuarios con variadas discapacidades a los restaurantes y que ellos mismos plantearan sus necesidades y requerimientos”.
Lo ideal, a juicio de la corporación, es que la carta de menú que se ofrezca no sea escrita, sino con fotografías. “Tal vez lo ideal es que sean pictogramas con dibujos, porque no todos nuestros niños tienen lenguaje ni saben leer ni escribir”
Miguel Rojas, que trabaja en la Oficina de Discapacidad e Inclusión de Coquimbo y que usa silla de ruedas en forma permanente, en conversación con El Día, comentó que “es importante mejorar las rampas y su inclinación, los accesos, asegurar el ingreso a un baño y poder cerrar la puerta en un giro óptimo y poder contar con las barras que permitan desplazarse de la mejor forma”.
Sobre si existe o no la intención de hacer recintos más amigables, Miguel sostiene que hay atisbos, pero “son pocos los restaurantes que cumplen con algunas de estas medidas básicas en la comuna de Coquimbo por ahora. Y esperamos que con esta medida se aumente en forma significativa no sólo acá, en La Serena, en la región y en el país”.
SER AMIGABLES
Otras discapacidades que deben ser atendidas de forma muy cariñosa y paciente en los diversos recintos son aquellos referidos al autismo.
Sin embargo, a diferencia de otras, esta no es fácilmente detectable, sólo hasta que ciertas características particulares de estos niños o jóvenes se manifiestan.
"Actualmente es muy difícil poder acercarse a estos centros gastronómicos y disfrutar como cualquier familia de una cena, un almuerzo o un desayuno", Nelson Carvajal López, presidente de la Corporación Inclúyeme.
"Mi hijo tiene 16 años y es autista, y suelen desconcentrarse con mucha facilidad. Por ende, los tiempos que ellos manejan de espera o de concentración son muy cortos. Y por esto necesitamos que el personal o los meseros se capaciten. Y también queremos que los dueños de los restaurantes sean asistidos por nuestras agrupaciones y el municipio en estas capacitaciones. Estamos contentos con la dinámica que se está produciendo, y esperamos pronto contar con las bondades de los distintos locales”, dijo.
Para Nelson y su familia, lo complicado era encontrarse con miradas inquisidoras, con el murmullo y las malas caras, además de no contar con lugares aptos. Sin embargo, han encontrado espacios donde han encontrado aceptación y respeto, como en un restaurante en Guanaqueros. “Llegamos hasta allá y nos encontramos con una cálida recepción. Y realizamos una pequeña inspección, lo que le explicamos a su dueño y él comprendió perfectamente. Nosotros quedamos tan felices, que a las siguientes visitas se fueron sumando otros familiares, porque estábamos en un lugar donde nos sentíamos en confianza”.
PUNTO APARTE
Para esto, la Oficina de Gestión Inclusiva para personas con discapacidad del Municipio de Coquimbo está trabajando aceleradamente. La entidad, que es liderada por María Eugenia Dubó, está en un proceso de cambio incluso dentro de la propia casa edilicia.
“Anteriormente, era conocida como la Oficina de la Discapacidad y decidimos incorporar el concepto de gestión inclusiva, ya que nuestro planteamiento era poder generar un puerto más amigable”, sostuvo Dubó, fonoaudióloga de profesión, que subraya que la administración del alcalde Marcelo Pereira ha avalado estas instancias. “Hay una voluntad política importante para lograr estos cambios”, comentó.
Además, la responsable de esta importante oficina sostiene que “la inclusión se está generando en todos los departamento del municipio. Por ende, si hay una persona joven con discapacidad y que tenga las mismas condiciones que otras, puede trabajar y es el gran compromiso del municipio. Pero debe ser de toda la sociedad. Hasta el momento, ha habido muy buena recepción”.