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El Día
La mayoría de las colectividades han manifestado la voluntad de cambiar el calendario electoral debido a la emergencia sanitaria que atraviesa el país, sin embargo, la diferencias estarían en los nuevos plazos que se estarían conversando y la posibilidad de realizar la consulta vinculante junto con las elecciones municipales de octubre.

La rápida propagación del Covid-19 ha obligado a las autoridades a adoptar medidas restrictivas y junto a ello cancelar o suspender eventos masivos para promover el distanciamiento social.

Fue ante el actual escenario que se instaló el debate por una eventual suspensión del Plebiscito Nacional que se realizará el próximo 26 de abril. El lunes los presidentes nacionales de la mayoría del espectro político se reunieron con el Colegio Médico para conocer los alcances de seguir adelante o bien, cambiar la fecha de la consulta vinculante.

 A la fecha la totalidad de los parlamentarios y dirigentes políticos han manifestado la voluntad de apoyar un cambio e impulsar un nuevo calendario electoral, sin embargo, no habría coincidencia con la fecha tentativa, se ha hablado de tres meses o derechamente realizarlo el 25 de octubre junto con las elecciones municipales y de gobernadores regionales.

La eventual prórroga no pasa solo por un acuerdo o la unión de las voluntades de los actores involucrados, sino que necesariamente requiere de una reforma constitucional, la misma que habilitó la consulta, por lo tanto requiere un quórum de 2/3 del Congreso.

Acuerdos y diferencias

La presidenta regional del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Daniela Velásquez, contó que la tienda está dispuesta a buscar un consenso en materia electoral pero que lo “más importante” en este momento es resguardar la salud de los chilenos y chilenas.

“Las nuevas fechas tienen que ser recomendadas por las voces expertas y científicas, hemos esperado 40 años por un cambio constitucional y retrasarlo un par de meses no es nada, habían muchas expectativas por el inicio del proceso constituyente pero no es momento para egoísmos políticos”, agregó.  

Velásquez reconoció que hay una voluntad transversal para modificar el calendario pero no existiría un acuerdo respecto a los plazos, ya que algunos partido de la oposición han declarado que no se puede esperar hasta octubre y proponen ejecutarlo en tres meses más.

“Tenemos un punto de encuentro y según las recomendaciones del Colegio Médico, el peak de contagios sería entre abril y junio y la mejor fecha que se vislumbra es la que ya está establecida por el Servel en octubre…si se va a hacer un cambio que sea definitivo y con la seriedad que amerita la situación, tenemos que ser consecuente con lo que dicen los expertos”, añadió.

 Desde el Partido Socialistas (PS), también manifestaron la intención de apoyar un cambio y coinciden que la prioridad es salvaguardar la salud de la ciudadanía.

“Hoy el único objetivo es cuidar la salud de los chilenos y chilenas, no podemos presionar con realizar un evento y poner en riesgo a las personas, aunque sabemos que el proceso constituyente es una demanda legítima”, aseveró Clara Olivares, presidenta regional de la colectividad.

Sin embargo, la dirigente confesó que octubre es una “realidad lejana” y que el Gobierno tiene que ser garante de la realización del plebiscito así como también impulsar medidas restrictivas reales.

“No es momento para hacer cálculos políticos, pero una vez superada esta crisis sanitaria se tiene que dar respuesta a las demandas de la ciudadanía y octubre es una realidad bastante lejana”, aseveró.

La voz parlamentaria 

Los diputados de la región también se pronunciaron y las posturas, al igual que la de las dirigentes, es dispar. Por una parte, Matías Walker (DC) aseguró que la decisión tiene que ser tomada en base  a criterios médicos y científicos y no con fines políticos, mientras que su par de la UDI, Juan Manuel Fuenzalida, dijo que los recursos destinados a la preparación y ejecución del plebiscito se deben priorizar en otros ítems relacionados a la prevención y combate del Covid-19.

“Una decisión de esta naturaleza nos dolería mucho, pero la postergación debe adaptarse en base a criterios científicos y no en base a los políticos, esto no puede ser con calculadora y ver a quién le conviene o a quién no”,  respondió.

El democratacristiano dijo que la DC está disponible para evaluar una postergación si de ello depende proteger la salud de millones de chilenos.

“Si hay que cambiar todo el calendario electoral, también hay que hacerlo. Estamos  plenamente disponibles a ello y tiene que ser  una decisión que genere un amplio consenso entre la comunidad médica científica. Esta decisión se tendría que tomar esta semana para generar certeza a todos los actores de cuál sería el calendario electoral definitivo”, agregó.

En tanto, el gremialista se cuadró con la postura de Walker, pero fue categórico al decir que los recursos deben “priorizase” y que hoy por hoy el foco está en mejorar la salud pública y la recuperación de los contagiados.

“Me parece prudente y de sentido común suspender el plebiscito de abril, porque tiene un costo de más de $25 mil millones de pesos y hoy el foco debería estar en la salud pública y en tratar de mejorar la atención y la recuperación de las personas y los problemas económicos”, aseveró.

Fuenzalida detalló que esos recursos se podrían utilizar para hacerle frente a la pandemia, “tenemos que priorizar los recursos y no podemos seguir adelante con un tema electoral donde hoy lo más importante es la salud, el empleo y la economía del país”.

La mirada experta

Quien también comentó el escenario sanitario y político del país fue el presidente de la Fundación Participa, Daniel Ibáñez, el que aseguró que ve una voluntad política para buscar alternativas y que la prioridad debe estar puesta en el resguardo de la salud de la ciudadanía.

Ibáñez hizo un análisis acucioso del debate e indicó que hay dos motivos para impulsar la postergación, primero la protección de los chilenos y en segundo lugar, el escenario sanitario tiene que garantizar un nivel de participación que permita darle legitimidad al proceso.

“Si el plebiscito se realiza el 26 de abril como está programado y seguimos con esta crisis sanitaria, lo más probable es que la participación sea como la de Francia, que tenga una baja importante y por lo tanto, la legitimidad de este inédito proceso se vería afectada”, detalló.

“Tiempo prudente"

Respecto a la discusión que se generará dentro de los próximos días y cuál sería el nuevo plazo para la realización del referéndum constitucional, Ibáñez señaló que octubre es un tiempo prudente porque se debe considerar la realización de campañas, que se vieron truncadas por las medidas restrictivas y, la franja televisiva que, según el cronograma actual, comenzaría el viernes 27 de marzo.

“A nosotros nos parece que lo más prudente sería postergarlo hasta octubre porque si hablamos de dos meses -eso sería en junio con las elecciones primarias- estaríamos en pleno invierno, no sabemos cómo será el escenario sanitario y podría afectar la participación”, reflexionó.

El líder de la Fundación Participa también dijo que no es momento para cálculos políticos, ya que habrían algunas voces que estarían instalando que si el plebiscito se realiza en octubre, la opción del Rechazo tendría más posibilidades para desplegar su campaña.

“Se tiene que establecer una fecha clara, no  puede ser que se diga que se verá más adelante, no, la fecha tiene que quedar clara para poder elegir a los convencionales en los meses siguientes.  Hoy día no es momento para ningún cálculo político, ni tampoco para mezquindades, estamos frente a una crisis sanitaria importante y hoy los esfuerzos de todos y todas deben estar en el resguardo de la salud de la población y si eso implica postergar el plebiscito es lo  que hay que hacer”, cerró.

 

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