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El integrante de la organización señaló que la sociedad chilena está al debe en relación al reconocimiento de las distintas realidades humanas que hay detrás de la comunidad LGTBI.

En el marco de la conmemoración del Día Internacional contra la homofobia, trans y  bifobia, fecha que celebra el momento en que la Organización Mundial de la salud eliminó la homosexualidad del listado oficial de enfermedades mentales.

La región de Coquimbo avanza en esta temática y desde junio de 2014 la organización SOMOS está presente, entidad que se enfoca principalmente a trabajar por la educación y el respecto a la diversidad sexual a nivel local.

Tomás Piñones Gutiérrez, secretario de SOMOS comentó a El Día los principales ejes de la entidad y se refirió al avance en materia de reconocimiento de derechos de la comunidad LGTBI.

-¿Cómo nace la organización Somos?

“SOMOS es una organización de base que nació en junio del 2014 luego de que un grupo de personas decidiera desmarcarse de la Fundación Iguales, que tenía presencia a nivel local, generando una organización autónoma enfocada en trabajar en diversidad sexual a nivel local”.

-¿En qué se enfoca el trabajo que realiza?

“Principalmente educación, a pesar de que como organización social hemos experimentado en distintos ámbitos, como creación artística, atención de casos, manifestaciones callejeras, entre otros, lo que ha sido constante en estos años ha sido nuestro rol en la educación a la comunidad en diversidad sexual.

Para lograr tal objetivo hemos participado en talleres, foros universitarios, capacitaciones a instituciones públicas, ejecución de proyectos municipales, módulos en colegios”.

- Quienes deseen participar en SOMOS ¿Cómo lo pueden hacer?

"Quienes quieran participar como activista en la organización SOMOS o necesita contactarnos, nuestro mail es somoscoquimbo@gmail.com y la fan page de Facebook es SOMOS".

-Según el XV Informe anual de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género, Coquimbo fue la región donde aumentaron las denuncias por homofobia ¿Cuál es su percepción frente a esta cifra?

“Lo relevante de esa cifra podría no ser necesariamente el aumento porcentual, sino que el escaso número de casos particulares denunciados.

Podríamos ser optimistas y pensar que la discriminación en la región se reduce a esos casos, o ser autocríticos y pensar que detrás de cada denuncia que se realiza por homofobia/transfobia en la región, hay muchos posibles casos que no llegan nunca a denunciarse por falta de información, falta de sensibilidad de las autoridades frente al tema, falta de confianza en la efectividad del sistema de denuncias, entre muchas otras variables”.

-¿Qué visión tiene de los 24 municipios que izaron la bandera de la diversidad en conmemoración al Día Internacional contra la homofobia?

“Es una muestra de buena voluntad que debería mantenerse en el tiempo, como ejercicio simbólico, pero las municipalidades podrían hacer más por la comunidad LGBTI en cuestiones concretas, como potenciar el trabajo de las Oficinas de la Diversidad con recursos adecuados y profesionales especializados”.

-¿Cree que la sociedad chilena ha avanzado en el respeto hacia la diversidad?

“Es relativo. Innegablemente la sociedad chilena tiene un mayor respeto y aceptación de los homosexuales, pero no es el mismo respeto y aceptación que reciben las mujeres homosexuales o las personas trans.

La orientación sexual es un tema que de a poco se naturaliza más en Chile, pero que también se intersecta con cuestiones de género, raza, condición socioeconómica, educación, aún queda un largo camino por recorrer".

-A su juicio ¿Qué hace falta?

“Muchas cosas. Pero acotándolo a lo que podría hacer el Estado, hace falta un compromiso más sólido con la diversidad sexual, no porque sea lo políticamente correcto, sino porque se trata de Derechos Humanos.

Hay proyectos como la Ley de Identidad de Género o el reconocimiento de los Derechos Filiativos de familias homoparentales que deberían ser normativa vigente hoy, por el sólo hecho de reconocer realidades humanas urgentes, que existen más allá del debate poco secularizado que se da –o debería darse- en el Congreso”.

-El actual gobierno está ad portas de finalizar ¿Cómo evalúa los avances que se han hecho en materia de diversidad sexual?

“No son suficientes, estas realidades humanas son urgentes, con necesidad de soluciones urgentes. También, cuando se habla de diversidad sexual, hay que tratar temas que se conectan, como la prevención del VIH, por ejemplo, que dista de alcanzar estándares internacionales para su efectivo control".

-¿Quedó algo pendiente respecto al reconocimiento de los Derechos Humanos de la Diversidad Sexual?

“En lo particular, falta dar la batalla política en la educación, para apostar que estos avances se realicen sí o sí en el futuro, cuando las generaciones venideras se desprendan de los prejuicios que arrastran nuestras generaciones.

 En cierta forma, hay muchas OSC (Organizaciones de la Sociedad Civil) que educan en diversidad sexual y que por tanto, hacen un trabajo que debería realizar el Estado. Falta una política permanente de educación sexual y género en nuestras escuelas”.

-¿Qué espera la comunidad LGTBI del próximo gobierno?

"Como organización difícilmente llevamos la representación de toda la comunidad. Sólo podríamos deducir que se tomen estos temas como lo que son: urgentes.

Aún se matan mujeres transexuales en las calles, aún hay golpizas a personas gay en espacios públicos. Esa es la punta de un iceberg muy extenso de intolerancia, ignorancia y prejuicios, que se combaten, como es nuestra apuesta, con educación”.

 

 

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