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El histórico dirigente social y hoy candidato a constituyente hizo una radiografía de cómo realizan sus labores estos funcionarios, los que, dice, se han llevado un gran peso durante la pandemia que los tiene abrumados. También se refirió a las críticas que reciben y las medidas que se toman para darles solución.

El conocido dirigente de la Fenats Coquimbo, Mauricio Ugarte, que ha llegado a alcanzar la dirigencia nacional en el gremio, hoy está en un camino de candidato a constituyente y desde esa tribuna, y con su experiencia como trabajador de la salud, hace una verdadera radiografía de las funciones que realizan los funcionarios de los hospitales.



-¿En qué pie se encuentra hoy la Fenats?

“La federación que representa hoy a los hospitales de la región ha ido en un proceso de crecimiento institucional, tanto nacional como regional. Los trabajadores la reconocen como una organización que los representa y hemos estado tratando de establecer tanto la defensa de los trabajadores en el ámbito laboral como también en la opinión pública respecto de los temas sanitarios que nos cruza como institución”.



-¿Cuál es la mayor lucha que deben dar este año?

“La confederación ha resuelto presentar una opinión, una propuesta de reforma constitucional en el ámbito de los trabajadores del sector de la salud. También ha construido una propuesta en función de los cambios en el ámbito de los trabajadores en general, en derechos laborales, la protección social, la seguridad social y los derechos fundamentales en el mundo del trabajo, y en ese sentido ha resulto postular a  dos de sus dirigentes nacionales como candidatos constituyentes: Patricia Banderas, presidenta nacional, que se postula por el Distrito 21 y quien habla, por el Distrito 5 en la Región de Coquimbo, en un cupo cedido por el Partido Comunista”.



-¿En qué condiciones están trabajando los funcionarios de la salud en estos momentos?

“Están, de alguna manera, con mucho estrés laboral, mucho cansancio, porque no es solo de estos meses, sino que viene arrastrándose desde el año pasado, donde se viven condiciones bien complejas y en algunos minutos sin todas las condiciones de protección laboral, personal, pero hoy día se adquirió cierta experiencia, un bagaje respecto la necesidad de cuidar a los trabajadores en el ámbito de su salud. Nosotros hemos valorado muy bien esto de la vacunación entre los funcionarios sin distinción y nos hemos sumado a la campaña de vacunación (…). Sin embargo, esto de la rotación permanente en turnos en sistemas de 24 horas se supone que descansan dos días, pero en esta oportunidad tienen que venir al segundo día a apoyar los turnos que se requieren”.



-¿Cómo creen que se ha manejado la pandemia?

“Hay aspectos de la pandemia que en algún momento en la política pública no se ha privilegiado, en mi opinión, el ámbito sanitario y se ha tenido otros cálculos más preeminentes en razón de la situación de control público de la pandemia. En esto yo recuerdo la discusión que tuvimos el año pasado sobre el tema de la trazabilidad, por ejemplo, donde hubo un déficit y la verdad es que no logramos observar bien dónde estaba expuesto el virus en algunos sectores. 

Nosotros hemos estado en desacuerdo con los permisos de vacaciones. Creemos que debió haber sido regulado, entendiendo que hay opiniones de otros actores que también pesan, como la reactivación económica y el turismo en la región, que tiene que ver mucho con el empleo. Nosotros entendemos eso, pero aquí también vamos a estar pagando, a partir de la segunda quincena de febrero, un costo en la tasa por este tránsito de personas que hemos tenido en estos meses, lo que redunda en un aumento sostenido de contagio. Esto está dicho no solo por nosotros, sino que por los expertos, los científicos que han planteado que a mayor volumen de personas, mayor nivel de contagio”.



-¿Cómo actúan cuando hay quejas en contra de funcionarios de la salud, tienen alguna herramienta de control sobre los trabajadores como gremio?

“Existen las OIRS, que es el mecanismo institucional que tiene el sistema para requerir las quejas, los reclamos, como las felicitaciones para los funcionarios públicos. Ese sistema está institucionalizado, funciona. Hay quejas que tienen que ver con el trato, con las formas a veces, de relacionarse con las personas y que originan sumarios administrativos o sanciones como amonestaciones, o terminan cambiando a la persona de la función que tiene. Nosotros como organización no tenemos herramientas concretas, porque no tenemos tuición ética sobe los trabajadores. Podemos hacer una reconvención, hablar con el funcionario cuando se nos hace llegar una queja, pero escuchar cuál es su versión de los hechos también. La OIRS también busca poner los dos antecedentes sobre la mesa antes de tomar una decisión de sancionar a alguien que ha cometido una falta”.



-Hay una queja histórica de la comunidad y es que los funcionarios y profesionales de la salud se van poniendo indolentes ante el trabajo diario que realizan, ¿qué hay de cierto en eso?

“No sé si la palabra es indolente, pero yo creo que efectivamente trabajar con el  dolor humano, con la vida, con la muerte, con las condiciones que enfrenta la miseria humana (…) afecta la salud mental de cualquiera. En ese sentido a veces se percibe como una cierta indolencia que no es. 

Nosotros hemos visto el sufrimiento de compañeros de trabajo que han visto la muerte de un menor, por ejemplo. No es fácil el tema de los sentimientos al interior de la red de los funcionarios y a veces a las personas se les olvida que muchos pacientes son traídos al hospital porque no pueden hacerse cargo justamente de estos aspectos. Las familias están un poco descansando en lo que puede hacerse en el hospital y no tienen asumido que hay parte de ese dolor que sufre ese ser humano. Hay un tema ahí que la sociedad todavía no logra resolver, pero creo en los pasos que da el sistema para involucrar más a la familia en el asunto”.



-¿En la eventualidad de ser electo constituyente en qué va a trabajar, qué es lo que más les preocupa?

“La posición nuestra como trabajadores de la salud es que vamos a propiciar un sistema público gratuito, universal, de calidad para la población. Creemos que hay que cambiar el principio de subsidiariedad que mantiene hoy día la Constitución en el ámbito de la salud, que permita que la población pueda tener garantías que el Estado va a resolver su problema sanitario y que la preeminencia no la va a tener el sistema privado. Como está planteada la Constitución hoy en día, si el sector privado no logra resolver el problema de la salud a la población, recién entra el Estado a ser garante de algún tipo de beneficio. Nosotros esperamos  lograr cambiar eso en la Constitución. Por lo tanto, garantizar el derecho a la salud pública gratuita, oportuna, universal, de calidad, como se merece la población”.

 

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