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Pese a que este tipo de construcciones están presentes en Estados Unidos y Alemania desde los años ‘90, recién en nuestro país se están convirtiendo en una tendencia.

Las viviendas verdes, sostenibles o ecológicas están cada vez más presentes en las calles chilenas. Pese a que este tipo de construcciones están presentes en Estados Unidos y Alemania desde los años ‘90, recién en nuestro país se están convirtiendo en una tendencia.

¿Las razones? Estas casas están pensadas para reducir el impacto que provoca una construcción tradicional, dado que otorgan varios beneficios a sus moradores, como mayor confortabilidad, temperatura estable, más durabilidad y mejor salud.

“En la construcción de estas viviendas suelen dejar fuera materiales tóxicos que puedan dañar la salud de las personas o perjudiquen el medio ambiente”, explica Laura Yáñez, gerente de Marketing WCP en HunterDouglas.cl, expertos en cortinas inteligentes comprometidas con el medioambiente.

Y agrega: “Por el contrario, están diseñadas con materiales reciclados o naturales, que además de ser mucho más duraderos, otorgan una mejor iluminación y ventilación, lo que genera una óptima temperatura y, en el largo plazo, se traduce en ahorro energético y económico”.

Los materiales: la clave del ahorro

Pese a que en nuestro país todavía no se han masificado las viviendas verdes, sí existe un importante número de inmobiliarias que incorporan los diseños o materiales sustentables y, otras empresas, directamente dedicadas a fabricar inmuebles ecológicos.

Según explican desde Doomos.cl, especialistas en venta o arriendo de terrenos, casas y departamentos, las principales características de las viviendas sustentables en Chile es que cuentan con materiales que generan ahorro.

Por ejemplo, se ocupan aguas lluvias para WC, colector solar de aire para calentar la casa en invierno, difusores de agua y chimenea de ventilación para enfriar el hogar en verano, y fachada ventilada para apoyar ambas estrategias: enfriar y calentar.

Juan Diego Avendaño, CEO de Doomos, explica que: “La electricidad normalmente se genera con paneles fotovoltaicos o se calienta agua con paneles termosolares, lo que genera un ahorro promedio de 54 % en agua y un 56 % en electricidad”.

Aunque todo indica que inicialmente se trata de casas más costosas que las tradicionales, dado que el valor mínimo está sobre las 3.000 UF, el ahorro llegará en el largo plazo. Sus materiales no sólo ayudarán a reducir los costos de sus habitantes, sino también disminuirá las emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto sobre el entorno.

 

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