Aunque algunas estadísticas indican un discreto aumento de la accidentalidad los días posteriores a un cambio de horario, es a partir de los 50 años de edad cuando quizá cuesta un poco más adaptarse a este cambio.
La población infantil también se verá afectada por el cambio horario y su efecto en ellos, puede manifestarse en una mayor irritabilidad y en algunas ocasiones alteraciones en su alimentación, principalmente en los lactantes.
Los niños mayores presentarán más dificultades a la hora de iniciar el sueño o al despertar, aunque no suelen plantear grandes dificultades y suelen desaparecer a los pocos días.
Para contrarrestar los efectos producidos por los cambios horarios, los especialistas recomiendan prepararse unos días antes realizando una adaptación lenta y progresiva al nuevo horario adelantando la hora de levantarse 15 minutos cada 2 o 3 días.
Importancia del sueño
La falta de sueño o el no disfrutar de un sueño de calidad puede llegar a tener consecuencias muy negativas en nuestra salud. Está comprobado que el déficit crónico de sueño es un factor que contribuye al desarrollo de la obesidad y a los trastornos metabólicos relacionados con la insulina. Un sueño insuficiente o de mala calidad va a condicionar la calidad de vida y el rendimiento intelectual y físico.
El sueño nos permite, entre otras cosas, mantener adecuadamente nuestras funciones ejecutivas; controlar nuestro humor, nuestros impulsos y nuestra capacidad de concentración.
Efectos en el organismo
Malestar general
Fatiga, baja en el rendimiento o menor productividad
Cambios en el estado de ánimo, depresión.
Trastornos digestivos, aumento de secreción del jugo gástrico, disminución diurna y aumento nocturno del apetito.
Aumento de molestias psicosomáticas