La tendencia para transformarlos en reservas naturales es casi una realidad

Como algunas especies animales, los zoológicos tradicionales están en vías de extinción y por ello se está consolidando en todo el mundo la tendencia para transformarlos en reservas naturales y bioparques. El de Santiago no es una excepción.

"El zoo recibe a la fauna silvestre para rehabilitarla, darle todos los tratamientos necesarios y después reintroducirla en la naturaleza. Recibimos 500 animales al año y no escatimamos en gastos para ayudarlos", explica en entrevista con Efe la directora del zoológico, Alejandra Montalba.

Montalba destaca que el parque animal, que en 2017 cumple 92 años y recibe cerca de 900.000 visitantes anualmente, ha ido "transformándose" en un zoológico moderno, que "cuida y protege" de 1.000 animales de 150 especies.

"Aquí tenemos desde animales que están próximos a la extinción, como el lemur rufo o el lemur blanco y negro, hasta fauna nativa que incluso los propios chilenos desconocen", añade.

De hecho, la directora del zoo anunció que varios expertos del parque han viajado a la región de O'Higgins para rescatar a una especie de reptil amenazada por los incendios que arrasan al país estos días.

"El Servicio Agrícola Ganadero (SAG) requirió nuestro apoyo para ir a rescatar a una especie a punto de extinguirse por el fuego. Nunca hemos dicho que no a ningún animal silvestre que necesite ayuda", incide.

Montalba se defiende así de las acusaciones de las organizaciones animalistas, que aducen que los zoos no son más que "espectáculos circenses" para mostrar a los animales.

"Hoy en día, la situación en el mundo animal es crítica. Estamos en una ola de extinción en masa, las especies se están perdiendo a una velocidad nunca antes vista. Hay hambre, caza furtiva, destrucción de sus hábitats. Por eso, ahora mismo los zoológicos están pasando a ser verdaderas centros genéticos para preservarlos", insiste.

La directora del parque puntualiza que ésta es la diferencia entre el zoo de Santiago y el de Buenos Aires, que cerró el Gobierno argentino el pasado 23 de junio por el mal estado en el que estaban los animales.

"Esto es un arca que cobija a criaturas amenazadas por la naturaleza. Aquí están bien cuidados: tenemos un equipo de veterinarios que está disponible las veinticuatro horas todo el año. Si tenemos que movilizarnos para operar a un animal que lo necesita a medianoche, lo hacemos", asegura.

El estrés que sufren los animales al estar encerrados, según los animalistas, es otro de los motivos que a juicio de estas organizaciones justifica el cierre del parque, pero Montalba niega este punto.


 

 

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