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EFE
Todavía existen personas que creen que la higiene bucodental se limita a un simple cepillado de dientes, sin embargo, para contar con encías sanas y una dentadura deslumbrante es necesario generar hábitos rutinarios de higiene bucal y dental y una práctica efectiva sería compartir estas actividades en familia, ya que promovería el refuerzo de vínculos entre hermanos, padres e hijos.

A menudo pequeñas acciones producen grandes beneficios. Por ejemplo, efectuar los cuidados bucodentales en familia, tanto en los tratamientos o revisiones periódicas como las rutinas diarias de higiene, ayuda a reforzar vínculos y la armonía entre hermanos, padres e hijos, explica una psicóloga experta en salud. 

“Compartir una actividad que fomente la adquisición de hábitos saludables como los cuidados bucodentales y acudir juntos a las visitas y revisiones dentales, beneficia al niño y a sus relaciones familiares. Es una oportunidad para estrechar los lazos afectivos”, indica la psicóloga Diana Camín.

Asimismo, “Al compartir actividades los hermanos aprenden a interactuar entre iguales y a desenvolverse en las relaciones sociales”, según Camín, quien sugiere establecer una rutina de limpieza después de la cena, en la que cada día un hermano se encargue de distribuir la pasta de dientes y guardar los utensilios. 

Del mismo modo, “Lavarse los dientes puede pasar de ser una actividad rutinaria a un momento único en familia, permitiendo que los padres pasen un tiempo de calidad de forma individual con cada hijo o como una actividad grupal, aumentando la autoestima y motivación de los hijos para hacer bien las cosas”, asegura la psicóloga. 

Conseguir la armonía, la salud y el bienestar de la familia y ofrecer a los hijos las máximas posibilidades de que se desarrollen como personas, se integren en la sociedad y sean felices, sin que ningún hermano “se quede tras otro”, son objetivos compartidos por la mayoría de los padres. 

El terreno para que estas aspiraciones florezcan puede sembrarse con grandes iniciativas como proporcionarles a los pequeños y jóvenes seguridad económica, un entorno seguro y las mejores opciones educativas, pero también puede abonarse compartiendo  pequeñas acciones y hábitos positivos en el ámbito de la salud. 

“Por ejemplo, cuidar la boca y la dentadura en familia puede ser una excelente manera de reforzar los vínculos entre sus integrantes”, según Diana Camín, psicóloga de BluaU, un servicio digital de cuidado de la salud de la aseguradora médica Sanitas. 

“Cuando en una familia hay más de dos hijos se suele decir que el del medio es el “hijo olvidado”, el que no llama la atención porque, ni es el mayor y, por tanto, pionero, ni el pequeño y necesitado de más cuidados”, señala.

“Según varios estudios, el orden de nacimiento puede influir en algunos rasgos de personalidad de cada individuo. Así, el denominado “hermano sándwich”, suele ser más independiente y menos apegado a la familia”, explica Camín.

Para evitar la sensación de desapego del hermano mediano, Camín recomienda a los padres que mantengan un trato igual para todos los hijos, sobre todo en edades tempranas, reconociéndoles los méritos y evitando las comparaciones, puesto que pueden acrecentar ese sentimiento de alejamiento. 

Asimismo les aconseja potenciar las actividades en familia, “para que todos los hermanos perciban que forman parte del grupo y que su participación es igual de importante que la del resto”, así como dedicar a cada hijo de forma individual parte de su tiempo, “para que cada hijo note que se le presta atención”.

“Estos planes en familia no tienen que estar vinculados solamente  a los momentos de ocio, sino que pueden incluir otras actividades como el reparto de las tareas domésticas o hacer deporte”, apunta.

 

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