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En esto tiempos complejos, se ha visto como la infraestructura pública-privada y la capacidad humana han jugado un rol vital para enfrentar las urgencias particulares de esta crisis.

La pandemia que atravesamos actualmente nos ha recordado la realidad que presenta nuestra región en términos de infraestructura, capacidad productiva y de autosustentabilidad. La Región de Coquimbo presenta múltiples oportunidades y desafíos sociales y tecnológicos que destacan a nivel país.

Las posibilidades de crecimiento dependen de las futuras mejoras en infraestructura, como la construcción del túnel de Agua Negra y el Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) del Hospital de La Serena; mientras que entre los desafíos de la región destaca la sequía y la necesidad de desarrollar el sector productivo hacia sectores más especializados y con mayor valor agregado.

A estos objetivos, ya conocidos por el sector público-privado, se ha sumado la actual contingencia por la pandemia provocada por el Covid-19, evidenciando otros desafíos como la limitada infraestructura a nivel de atención hospitalaria compleja, laboratorios certificados para análisis y diagnóstico y la escasez de tecnología productiva (pilotaje e implementación de líneas de producción de rápida), que ante esta crisis sanitaria y económica, deberán ser abordados con prontitud, de manera eficiente y sustentable.

En esto tiempos complejos, se ha visto como la infraestructura pública-privada y la capacidad humana han jugado un rol vital para enfrentar las urgencias particulares de esta crisis. Hoy, cuando la cuarentena en la Región Metropolitana lleva un de par meses, se evidencia claramente la realidad más cruda de la dependencia que tenemos de la capital en término de administración, logística y distribución, análisis y diagnóstico, no solo en lo relacionado al Covid-19, si no en todos los ámbitos.

Mostrando que en tiempos difíciles las prioridades se hacen muy evidentes, lo que decanta en que las autoridades regionales deban trabajar arduamente para asegurar insumos, recursos y capacidad humana para atender a las necesidades del territorio. De manera que, la infraestructura no solamente exista en la región, sino que además esté disponible y funcional en tiempos de crisis.

 

Calamar Gigante

Por esto es importante que en cuanto podamos sentarnos nuevamente a planificar, se debe apuntar hacia desarrollar aquellos aspectos que permitan el avance tecnológico sostenido y sustentable de la Región.

Por ejemplo, el proyecto “Calamar Gigante: Desarrollo de Bioproductos Marinos”, financiado por el Gobierno Regional de Coquimbo, a través del fondo para la innovación y la competitividad, FIC-r, y ejecutado en la Universidad de La Serena por el Dr. Ronny Martínez y la Dra. Claudia Bernal, busca fomentar el aprovechamiento productivo de este recurso marino generando procesos y protocolos para la obtención de nuevos productos a partir de lo que actualmente son desechos, lo que podría ser extrapolado hacia otros recursos que se procesan hoy.

El desarrollo de este proyecto ha evidenciado la importancia de coordinar esfuerzos públicos y privados, con el fin de potenciar al sector pesquero, para transformarlo en una industria que genere además de alimentos básicos y primarios, productos con mayor valor agregado y que puedan llegar a un público más especializado, que cada vez es más exigente en términos de conocer de los procesos y de la calidad del producto final.

Estos temas se abordaron el pasado 17 de Julio, en el Webinar “Desarrollo de Bioproductos de Jibia (Calamar Gigante)" el cual destacó por congregar a actores del sector productivo, investigación pesquera, procesamiento de la jibia y experiencias de empresas de alta tecnología que comenzaron valorizando subproductos acuícolas.

El principal consenso es que se necesita urgentemente tomar decisiones que apunten hacia fomentar el pilotaje de nuevos procesos y productos, apuntando a complejizar la actividad regional, para avanzar hacia una economía basada en productos y servicios de mayor valor agregado, que permitan asegurar la sustentabilidad de su industria y retener el recurso humano avanzado, lo que resultará en el largo plazo en el mejoramiento de la calidad de vida de todos sus habitantes.

 

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