La llegada del coronavirus a la región de Coquimbo, que cumple un año desde el primer caso detectado en la zona, ha modificado todos los ámbitos de la vida y, los trastornos del sueño, han sido una consecuencia recurrente de este impacto, de acuerdo a especialistas.
Para hacer frente a estas afecciones, el Hospital San Pablo de Coquimbo, a través de la Unidad de Neurofisiología, pionera en la zona norte del país, se encarga de detectar las causas de este trastorno, el cual tiene diversos motivos, algunos muy arraigados en la población incluso previo a la pandemia.
Actualmente, el hospital atiende a pacientes que presentan fragmentación del descanso nocturno o apnea del sueño, siendo este último síndrome considerado factor de riesgo importante que puede provocar hipertensión arterial, infarto de miocardio, enfermedades cerebrovasculares, entre otras patologías.
El Dr. Fernando Molt, neurólogo y especialista en sueño del Hospital de Coquimbo, explica que al llevar un año de pandemia se han generado cambios en nuestra forma de percibir y ver el mundo ya que “nosotros somos seres que tenemos ciclos, de estar despiertos, de actividades de ocio, pero también tenemos un ciclo tremendamente importante que es el ciclo de sueño y todo esto cambió”.
El especialista recalca que “al estar en confinamiento perdemos nuestros parámetros de ciclajes y estamos 24/7 en casa, los que estén en casa por supuesto, y en ese caso hacen su trabajo en la casa, estudio, momento de ocio y luego ciclo de sueño, lo cual trastoca el sueño como lo teníamos hace un año atrás”.
Pese a estas condiciones adversas, el Dr. Molt sugiere acercar la rutina pre pandemia a la actual. Esto significa tratar de levantarse a la misma hora, exponerse a la luz solar, aprovechar la franja de actividad física en la mañana procurando mantener las medidas sanitarias, entre otras medidas.
A lo largo de la vida, un tercio de ella se traduce en dormir por lo tanto a juicio del especialista “este tercio es tremendamente importante, no es soslayable, no es inactivo, eso significa que esta fase de sueño es importante para nuestra salud. Si yo tengo un buen sueño esto va a tener repercusiones en cómo estoy en el día a día y evidentemente cuando yo comienzo a tener alternaciones del sueño, cuando comienzo a dormir mal o a necesitar los fármacos para dormir estamos hablando de que estamos con algún problema en esta fase, por lo tanto, podría comprometer un tercio de nuestra vida”, enfatizó.
Tratamiento a pacientes
Para diagnosticar y tratar los principales problemas asociados a trastornos del sueño, la Unidad de Neurofisiología del Hospital de Coquimbo cuenta con la posibilidad de realizar exámenes neurofisiológicos, principalmente electroencefalograma, electromiografía y algunas otras prestaciones también.
Nidia Rocco, enfermera encargada de la Unidad de Neurofisiología explica que el principal grupo de pacientes que atiende la unidad son aquellos que presentan trastornos respiratorios del sueño, especialmente quienes sufren de apnea.
“Para estos pacientes que deben utilizar dispositivos llamado Cpap o Bpap, el hospital les entrega en comodato a quienes tienen prioridad para su tratamiento y ellos lo utilizan en su casa. Por lo general es un tratamiento indefinido, así que a veces los pacientes tienen por años estos equipos en sus casas. En este sentido mi principal rol es ver la adherencia al tratamiento, los cuidados que tienen que tener en su casa y obviamente, todo lo relacionado con su equipo, reponer sus insumos y sus mantenciones”. Señala.
Actualmente hay 149 pacientes en control, que utilizan algún tipo de equipo en su casa, ya sea un Cpap o un Bpap. “De todos estos pacientes, más del 60% son usuarios que han adquirido los equipos a través del hospital. Es decir, el hospital se los ha entregado en comodato. Y el otro porcentaje, son pacientes que los han adquirido por sus propios medios, pero que de igual forma se les da el control y el seguimiento”, concluye Rocco.