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La película invita a reflexionar sobre la vida y el dolor, a través del lamentable hecho ocurrido en 2005.

Han pasado casi 12 años de la tragedia de Antuco (18 de mayo del 2005), donde 45 soldados murieron de hipotermia, en la que es considerada la peor catástrofe vivida por militares chilenos en tiempos de paz. De eso trata el filme “Blanca Oscuridad”, que forma parte de los estrenos del programa Miradoc a nivel nacional.

El cineasta Juan Elgueta Ortiz reconstruye las circunstancias del lamentable episodio, a través de inéditas imágenes de archivo de los jóvenes dos meses antes de su muerte y de testimonios de sobrevivientes y familiares. Así compone un infierno blanco en el que, entre reflexiones y nuevas luces, también detalla cómo funciona el proceso de la hipotermia a través de un didáctico cortometraje.
El origen de “Blanca Oscuridad” se remonta a la ópera “Viento Blanco”, de Sebastián Errázuriz. “Mis amigos Felipe y Rodrigo Ossandón me pidieron realizar un documental sobre la composición, escritura y puesta en escena de la ópera. Esta fue realizada para la conmemoración de los 150 años del Teatro Municipal de Santiago y relataba la historia de la tragedia de Antuco”,  contó Elgueta.

“Fue trabajando en ese documental, ‘Huellas en la Nieve’, que me fui sumergiendo en la historia de esta tragedia y me fui dando cuenta que ya habían pasado 5 años. Aparte de las noticias y uno que otro programa de TV, nadie había producido un documental que abordara esta historia desde una perspectiva más profunda y menos mediática, que lograra impedir que se olvidara rápidamente, como el Estado así pretendía”.
El director agregó que las historias que algunos de los sobrevivientes le contaban de su experiencia post tragedia “me hicieron recordar la mía tras un accidente automovilístico que tuve a mis 21 años y que casi me cuesta la vida”, confesó. “Poco a poco me empecé a sentir de alguna manera conectado con sus vivencias, lo que le dio mayor sentido a mi necesidad de meterme en este proyecto”.

El proceso de investigación se realizó en Los Ángeles, con el contacto de las familias de reclutas fallecidos y sobrevivientes. “Íbamos a marchas, conmemoraciones y velatones, en las cuales tanto las familias de fallecidos como sobrevivientes buscaban tener respuestas de lo sucedido, agruparse, como también buscar indemnización, tratamientos sicológicos o simplemente una empatía por parte del Estado de Chile”, dijo el realizador. “Y en estos eventos era donde conocimos a nuestros personajes y a quienes nos ayudaron en la investigación”. 

Para el director era importante desarrollar una perspectiva más filosófica de la condición humana. “Buscábamos una reflexión en nuestra sociedad sobre la manera que hoy día lidiamos con este tipo de eventos y que, en mi opinión, debido al mundo en el que vivimos, siempre impera el ‘tenemos que seguir adelante’, ‘sin detenerse’, ‘no parar’. Lo que no nos da cabida a tener, aunque sea por un momento, la posibilidad de vivir el dolor sin presiones y sin culpas”.
La cinta se exhibe los días 4, 5, 6, 11, 12 y 13 de mayo en el Teatro Centenario de La Serena (20:00 horas), y el 5, 11, 18  y 25 de mayo en el Microcine Centro Cultural Municipal de Ovalle (a las 19:30 horas). 


 

 

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