El contrabajista fue invitado a participar de diversos conciertos de jazz fusión en Colonia, Alemania junto a destacados músicos.

Sonaba la campana del recreo y  Enrique Díaz Julio, escondido  bajaba al subterráneo de su colegio para tocar el piano. Sus amigos y compañeros le preguntaban dónde había estado y él respondía que jugando.  “Me fascinaba estar ahí, tocando las teclas, sin saber nada, sin tener técnica ni estudios, pero me encantaba escuchar  los sonidos que emergían del piano”.

Su padre, entre la década del 50 y 60,  participaba en diversos grupos de música popular en  Potrerillos y por ello siempre estuvo en contacto con los instrumentos y la música.  Hoy con más de 30 años de experiencia es un destacado  contrabajista  y docente de la Escuela Experimental de Música Jorge Peña Hen y del departamento de Música de la Universidad de La Serena. Años en los que se ha profesionalizado en Alemania en la Musikholschule de Colonia, ha compartido con  destacados y reconocidos músicos a nivel mundial, llevando su vida entre la composición, el jazz fusión y la música docta.

UN INSTRUMENTO VERSÁTIL.

En 1987, tras haber sido miembro de la Orquesta Sinfónica por más de 8 años, Enrique decide viajar a  Alemania para realizar un postgrado. Ahí estuvo más de 20 años,  estudió contrabajo y de forma paralela, estaba en el departamento de jazz. Recorrió diversos escenarios como músico en el país europeo y además dio paso a su veta de compositor, que le permitió participar con destacados músicos en grandes festivales.

Mientras estaba en Alemania, le informaron sobre la posibilidad de postular a ser docente  en la Universidad de La Serena. Un concurso específico de profesor de instrumento de contrabajo “y me preguntaron si me interesaba participar  para este puesto. Fue un llamado a nivel nacional e internacional”. De los cerca de 10 postulantes yo quedé  seleccionado. “Después vine al concurso de oposición donde se tiene que tocar, en el 2006 y quedé”.

El contrabajo fue el primer instrumento  de forma clásica que estudió, porque “siempre me han gustado las cuerdas bajas”. Sólo con observar su  gran estructura,  se percibe, que  desde  el transporte hasta tocarlo, es un instrumento difícil.

“No es un plus el contrabajo por su tamaño. Es complicado de transportar, es como tener un compañero grande al lado que hay que llevarlo de alguna forma. El contrabajo  no es un instrumento tan popular, pero ahora se ha hecho más conocido por los músicos de jazz”.

Sin embargo para este músico, el contrabajo es uno de los instrumentos más versátiles. “Naturalmente es un instrumento más lento que los otros, mientras más chico es más rápida la agilidad y las posiciones y  el contrabajo  es muy largo. Se necesita  mucha expansión, mucha paciencia para estudiarlo. Pero tiene mucha amplitud y puedes tocar sonidos muy bajos  y muy altos, Creo que es uno de los instrumentos  más versátiles, porque tiene las notas más graves, pero también hay una literatura musical que tiene sonidos muy agudos. Incluso hay conciertos de contrabajo ”. 

SU RETORNO A ALEMANIA.

Hace más de 20 años que  Enrique Díaz conoció al compositor y trompetista Markus  Stockhausen, hijo del  compositor Karl-heins Stockhausen quien es considerado  como uno de los más grandes y relevantes compositores de música contemporánea. “Esto es la música clásica, docta que es representación de nuestros días.  Karl-heins estuvo mucho más allá de nuestros tiempos, el estudiaba la química de los aires, los planetas , música electrónica y decía que había que hacer despertar, sentir y reflexionar ala gente con la música”.

Junto a Markus realizarán diversos conciertos  en Colonia los días 14 y 15 de octubre,  en escenarios como Stadtgarten o Leichlingen acompañados  también de Cristoph Hillman (batería)y Hanno Busch (guitarra)

 “Hacemos jazz fusión, no es el típico jazz que se escucha en los pubs. Tiene momentos reflexivos, tiene influencias de la música docta y contemporánea y sobre eso hay improvisaciones. Hay que estar atentos y concentrados y son composiciones propias”.
Díaz es el encargado de acercar lo latino a estas presentaciones  “que tiene sus complicaciones,  y si me acerco al mundo  Stockhausen que es muy intelectual y contemporáneo y más cerca a la música docta  en las composiciones de Markus,  la puerta  que abre  ese mundo y los une es la improvisación y no son las típicas de esas de tocar notas y notas, sino que estudiar mucho, estar concentrados . Es una conversación profunda y personal donde aparece un lenguaje”.

 Díaz espera que su retorno a Alemania en octubre,le permita impregnarse nuevamente de la fuerza musical europea  y transmitirla a los jóvenes que cada día viven de la música en nuestro país.

 

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