Sin duda, la terapia floral es una de las terapias complementarias más conocidas y utilizadas en todo el mundo. A través del uso de esencias se busca lograr el equilibrio emocional que un paciente necesita y disminuir emociones como el miedo, la angustia o la ira.
En la ciudad de La Serena, el centro integral Círculo de Luz es uno de los más reconocidos a nivel regional por ofrecer este tipo de terapia y, además, contar con 12 años de experiencia en formación de terapeutas florales.
LA HERENCIA DE BACH. De acuerdo a lo que indicó la psicóloga clínica, terapeuta floral y directora de Círculo de Luz, Ailin Lozan, el uso de las flores con fines terapéuticos nace de la mano del doctor Edward Bach (1886-1936), quien, durante años de estudio en busca de tratamientos médicos menos dolorosos e invasivos para el ser humano, se centró en la naturaleza y logró captar la alta vibración de determinadas flores silvestres, árboles y arbustos y observar que la energía de la planta está sintonizada en la flor.
“Las Flores Bach constituyen el primer sistema floral y consiste en un método de curación que se asienta sobre la base de que el origen de la enfermedad es emocional”, indicó.
De hecho, Edward Bach concluye que el gran transgresor o agente causante principal de una enfermedad o conflicto emocional lo constituye la disociación entre nuestro verdadero ser y la personalidad o máscara que adquirimos durante el desarrollo.
Esta disociación se lleva a cabo de 7 formas distintas, lo que da lugar a los 7 grupos bajo los que se dividen las 38 máscaras o las 38 formas de atentar contra nuestra naturaleza esencial. Cada una de estas máscaras da lugar a 38 variantes de comportamiento, todas ellas tratables mediante las 38 correspondientes Flores de Bach.
Tras la muerte del doctor Bach han ido naciendo otros sistemas como las Flores de California, las de Bush (Australia) o el sistema de orquídeas, entre otros.
ESENCIAS PARA EQUILIBRAR. Para Lozan las Flores de Bach son sólo un método complementario a la medicina convencional y en ningún caso una terapia que pueda sanar enfermedades graves como el cáncer o la depresión.
“Lo que logra esta terapia es equilibrar las emociones de las personas, por ende las esencias son personalizadas para cada paciente, en un momento particular de su vida”.
Inicialmente llega un paciente a la consulta y relata al terapeuta lo que le ocurre, en base a eso se seleccionan las esencias y se le explica al paciente que la terapia trabaja con las emociones y que va a comenzar a notar cambios en su diario vivir.
“Hay que tener en cuenta que los tiempo de respuesta de las personas son distintos, hay algunas que responden muy rápido en una semana o 10 días notan un cambio significativo, pero hay gente que es más lenta aunque la esencia esté bien prescrita”, advirtió la terapeuta.
Además, es enfática en señalar que “la idea es que la persona también colabore con su proceso porque no se trata de que sólo las gotas la van a cambiar. Esa es la diferencia con los medicamentos, mientras la persona más participe en el proceso, más efectivo será”.
Una vez que se logran equilibrar las emociones del paciente, Lozan señala que es necesario continuar por un tiempo con la terapia “para acostumbrarse a funcionar en ese equilibrio y luego dejar de tomar las esencias, ahí se ve un afecto a largo plazo”.
La psicóloga recalca que “la terapia floral es un proceso terapéutico y para que sea efectiva requiere constancia”.
RECONOCER A UN BUEN TERAPEUTA. Para Ailin Lozan es fundamental que el paciente que acude a la terapia floral se sienta escuchado por su terapeuta, “que se note que comprende lo que cuentas, que tenga una escucha activa, que te dé libertad y que no te imponga cosas”.
La psicóloga es enfática en señalar que “el rol del terapeuta es escuchar lo que pasa al paciente, traducirlo a esencias y acompañarlo en el proceso, pero no decirle lo que tiene que hacer”.
Por otro lado es importante que el terapeuta floral cuente con una formación integral que le permita reconocer las emociones, prescribir las esencias que correspondan y sobre todo que sea capaz de derivar al paciente a otro especialista en caso de ser necesario.
“Una cosa es que seas psicólogo o que tengas una profesión que a lo mejor te da muchas herramientas, pero otra es una herramienta especifica con la que tienes que aprender a trabajar, no la puedes aprender por internet, requiere que una persona que ha trabajado día a día y con mucha gente te pueda traspasar esa información para explicarte cómo se mezclan las esencias, para que sepas qué esencia prescribir y lo que le irá pasando al paciente cuando comience a tomarlas”, explicó la terapeuta.
EN BUSCA DE LA REGULACIÓN. Actualmente la terapia floral no está regulada ni por el Ministerio de Educación ni por el de Salud, pero existen esfuerzos concretos para lograr una certificación que acredite a los centros la entrega de un servicio de calidad. La psicóloga clínica Ailin Lozan forma parte de una comisión orientada a lograr este objetivo.
“El Ministerio de Salud hizo una catastro sobre terapias complementarias donde la floral es una de las más usadas y la que tiene mejores resultados. En base a eso nace la necesidad de regularla”, contó Lozan.
A pesar de los esfuerzos, la tarea no es sencilla ya que influyen varios factores, entre ellos, la formación del terapeuta y la fórmula para certificarlo, es decir, “que tenga los conocimientos técnicos necesarios y que, además, cuente con el perfil del terapeuta floral”.
Según indicó la terapeuta floral, por ahora el proyecto quedó detenido “porque se está reuniendo el material clínico para avalar el estudio”.
Formando terapeutas florales
••• Hace 12 años que el Centro Integral Círculo de Luz, ubicado en Larraín Alcalde 2226 en La Serena, se ha dedicado a la atención de pacientes y a la formación de terapeutas florales.
“Se busca que el alumno no sólo sepa prescribir las esencias sino que también tenga un manejo ético con el paciente, que sepa comprender lo que le está pasando al otro, que sepa cuáles son los límites de la terapia floral y que no pase a llevar otras disciplinas ni suspenda medicamentos, en el fondo que no se meta en áreas que no les corresponden”, afirmó la directora de Círculo de Luz, Ailin Lozan.
El curso tiene una duración de 15 meses donde, además, se le solicita a los estudiantes realizar una terapia floral de al menos seis meses “para que vivan la experiencia de ser pacientes y comprendan como se siente”, explicó Rosana Toro, asistente académica del Centro Integral Círculo de Luz y terapeuta floral. Toro agregó que los cursos no pueden tener una duración menor a los 10 meses ya que “las personas no logran asimilar bien la información. Lo importante es que durante estos meses los estudiantes reconozcan en ellos las emociones, así es mucho más fácil leerlas en otros”.
Para quienes estén interesados en realizar la terapia o inscribirse en el centro pueden visitar sus instalaciones o visitar www.circulodeluz.cl. También pueden encontrarlos en facebook bajo el nombre Círculo de Luz La Serena.