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Leonel Fritis
Expertos coinciden en que de aquí en adelante es muy difícil esperar una posible caída de los valores de las bencinas, incluso generando presión sobre el Mecanismo Estabilizador de los Precios, Mepco, que podría alcanzar el límite legal para su operación en marzo. Ello, además, generaría un efecto alcista en los ya altos índices de inflación que presenta el país.

Ya no es novedad para nadie los altos precios que hoy presentan las bencinas en el país y la región. De hecho son más de 20 semanas de aumentos continuos.

Por ejemplo, al revisar los valores promedio de  la gasolina de 95 en las ciudades más grandes de la Región de Coquimbo, es posible observar que en prácticamente todos los servicentros, éstos superan los 1.000 pesos. Según la página bencinaenlinea.cl, las gasolinas más baratas están en Coquimbo con valores que fluctúan entre 1.044 y 1.047 pesos.

En tanto, las más caras se ubican en Ovalle (1.064 pesos) y en Illapel (1.069 pesos).

Un panorama que, de acuerdo a los escenarios de los expertos, no se espera que tenga grandes variaciones. Es más, las alzas de precio podrían continuar. De hecho los combustibles están entre los tres productos que más se espera que suban su valor durante 2022.

Para peor, todas las estimaciones apuntan a una mayor presión sobre el llamado Mepco (Mecanismo Estabilizador de los Precios de los Combustibles), el cual llegaría a su límite de financiamiento, que contempla un tope de 500 millones de dólares en financiación en marzo, por lo que ya no podría seguir funcionando según establece la ley que dio origen a este mecanismo y que ha permitido aliviar en hasta 200 pesos el precio de la bencina.

De momento, el Ministerio de Hacienda ya está trabajando en extender el límite legal hasta los 750 millones de dólares. Pero ¿qué es lo que está generando estas imparables alzas?

Factores exógenos 



Para expertos como el académico de la Universidad Católica del Norte, Sergio Zúñiga, la respuesta a esta pregunta hay que encontrarla en la reactivación acelerada de la economía a nivel mundial, “lo que ha incrementado la demanda por energía. Junto con ello, la movilidad se ha normalizado bastante, y como sabemos, la principal fuente de energía del transporte sigue siendo el petróleo”.

En ese sentido, el académico de la Universidad de La Serena, Orlando Robles, agrega que esta mayor demanda de combustibles a nivel mundial está además, “un tanto restringida por la producción, al menos si hablamos de petróleo específicamente, pues gran parte de la distribución está en manos de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) que es un cartel y ahí ya se regula gran parte de la producción y las cuotas de esta producción, su distribución y los precios”.

En estos momentos, el nivel de precios del petróleo WTI –de referencia para Chile – fluctúa entre los 85 y los 88 dólares el barril, valores que no se veían desde 2014. Ante las fluctuaciones internacionales y un mayor avance de la variante Ómicron, que no ha golpeado tanto la demanda que sigue al alza, cada vez se hace más visible un aumento del precio del petróleo hasta los 100 dólares el barril, proyección con la que coincide el académico Sergio Zúñiga.

“Mi proyección es que dentro de este año o comienzos del próximo llegaremos a niveles cercanos a los 100 dólares el barril. Esto depende de lo que pase con la pandemia. Como sea, a partir de abril de 2020 en adelante, observaremos el mayor incremento histórico del precio del petróleo, que más bien es una recuperación de precios a niveles pre-pandemia”, opinó.

Efectos en la inflación 



De todas formas, un mayor precio de los combustibles como ya se explicaba al inicio de la nota, claramente influirá en la marcha del IPC, lo cual “es una mala noticia económica, pero también es algo totalmente previsible que los precios de la energía se normalizaran después de llegar a un piso de 22 dólares el barril WTI en abril de 2020”, señaló Zúñiga.

A juicio del académico Orlando Robles en tanto, es posible que esta situación reactive los debates en torno a impulsar eventuales reducciones del impuesto específico a los combustibles, además de los cambios ya descritos al Mepco.

De todas formas advirtió, “Chile no tiene muchas más alternativas a qué acudir finalmente, en la medida que la producción de combustibles fósiles aquí en el país es muy reducida, por lo tanto no tenemos capacidad de autoabastecernos. Estamos expuestos a los mercados internacionales ante dicha materia”, explicó.

 

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