Crédito fotografía: 
Guillermo Alday
Sus hermanos Rodrigo y Marcelo junto a una decena de instrumentistas conformaron “Cutu 49”, una banda que revivió la música del coquimbano, fallecido en marzo de este año.

“Caravan”, un tema clásico del jazz con el cual Cristian Cuturrufo cerraba sus presentaciones, fue también la interpretación elegida para finalizar un concierto en su honor, durante la noche del sábado en la localidad de Paihuano. Tras ello, los músicos -todos amigos del “Cutu” o “El gordo”, como cariñosamente le apodaban- se fundieron en un emotivo abrazo.

Fue un concierto especial. Cristian Cuturrufo ya no está en este mundo: falleció en marzo de este año, a causa del covid y, este viernes, sus restos fueron esparcidos en las aguas de la playa Changa, en Coquimbo. Sin embargo, sus amigos, aquellos con quienes compartió tocatas y grabaciones, se reunieron bajo el nombre de “Cutu 49” para revivir su música y rendirle tributo.

“Socos”, un nostálgico tema inspirado en el paisaje secano-costero de la región de Coquimbo, abrió el concierto, y luego siguieron clásicos del repertorio de Cuturrufo. “Cacharrito”, “Coquimambo”, “Porcinology”, “Song for my father”, entre otras, deleitaron y emocionaron al público que llegó hasta el viñedo Cavas del Valle.

La actividad correspondió a la tercera fecha de la séptima edición del Festival Chile Jazz, que contó, además, con el apoyo de la Municipalidad de Turismo  y del Ministerio de las Culturas, el Patrimonio y las Artes, cuyo representante, el seremi Francisco Varas anunció nuevas presentaciones de “Cutu 49” en La Serena, Coquimbo e Illapel, en el mes de noviembre.

 

Legado musical

Los hermanos de Cristian, Rodrigo (percusión) y Marcelo (batería), fueron los organizadores del concierto y lograron reunir en escena a Ignacio González, Alejandro Espinoza, Carlos Cortés, Federico Danneman, Dani Lencina, Jorge Díaz, Cristian Monreal,  Felipe Chacón, Nelson Arriagada y Jasper Huysentruyt.

Rodrigo explicó que en el escenario, no hubo trompeta ni trompetistas, porque la idea era que todos recrearan con sus propios instrumentos  las composiciones de Cristian y sus temas más queridos.  

El saxofonista Ignacio González al tiempo de valorar las cualidades musicales de Cuturrufo -”era extraordinario”-, resaltó su principal aporte a la escena musical de Chile. “Antes de Cristian, el jazz se veía como una música para la elite y cierto tipo de personas conocedores de música, pero él se encargó de borronear esas barreras, de acercar este estilo a toda clase de personas, al pueblo: con el Cutu tocamos en el matadero en Santiago o en feria de Tongoy”, precisa.

El baterista Alejandro Espinoza, quien se ha convertido en un importante difusor del jazz chileno, destaca que “Cristian tenía una tremenda  cercanía con el público” y que era un músico muy inquieto y creativo. “Se paseaba por una diversidad de estilos, desde el jazz, funky, pero también por el tango o el bolero”, acota.

 

Cristian presente

Quien vivió de manera muy especial el concierto fue Magdalena Cousiño, esposa de Cristian Cuturrufo. “Es un evento maravilloso. Él está muy presente con su música, su amor, su genialidad”, indicó.

Acerca de la liberación de las cenizas de Cristian en la playa Changa, comentó “él está en su mar, donde se crió y se formó, él fue lo que fue en ese paisaje, volvió a la naturaleza y a lo primordial, es donde debe estar”.

 

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