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Desde Miami, uno de los pioneros de la televisión chilena y de la TV en español en Estados Unidos conversó con diario El Día sobre su más reciente libro, “Con ganas de vivir”. En la publicación, hace un resumen de los últimos 20 años de su vida, donde se vio enfrentado al cambio generacional, tecnológico y al final de “Sábado Gigante” en 2015, marcando un cambio crucial en su vida.

Antes de iniciar la conversación, posible gracias a la tecnología, Mario Kreutzberger se excusa ante una breve tardanza. Aprovecha de saludarnos y de contar que está algo preocupado por la situación del edificio que se deslplomó en Miami hace pocos días, que ha sido -lamentablemente- el tema de los últimos días en aquella ciudad del estado de Florida.

“¿Y cómo está Chile?”, pregunta de vuelta, y aprovechamos de contarle el panorama en pocas palabras, pero en pocos minutos entramos en materia de conversación.

Aprovechando, justamente, las ventajas de las aplicaciones vigentes, conversamos con “Don Francisco” sobre uno de sus más recientes proyectos: el libro “Con ganas de vivir”, lanzado hace pocas semanas tanto en Chile como en el extranjero, y donde el octogenario animador cuenta aspectos muy íntimos de su vida, pero sobre todo se refiere a lo que han sido los últimos 20 años. Recordemos que en 2001, lanzó “Entre la Espada y la TV”, último libro donde repasa lo que significa llegar a los 60 años de edad, pero aún en medio de una vorágine intensa.

Hoy en “Con ganas de vivir”, del sello Aguilar de Penguin Random House, se enfrenta a si mismo con un Mario muy diferente, que además lo puso cara a cara con una prolongada estadía en Santiago producto de la pandemia -un año completo- donde estuvo con Temmy, su esposa y un par de personas que les ayudaban en las diversas actividades domésticas.

Sin embargo, este proyecto literario tuvo su origen en 2019, donde toca los más variados tópicos tras casi seis décadas en pantalla. Aborda el hecho de ser hijo de padres judíos- alemanes huyendo de los horrores del nazismo, reconstruyendo así una parte de su vida incluso tras la muerte de su padre, quien estuvo en un campo de concentración. Pero también encara lo que significa llegar a una etapa donde su relación con las nuevas tecnologías también está en entredicho, pese a desarrollar varios proyectos en redes sociales y otros con CNN, junto con el cambio al que se ha enfrentado Chile y el mundo tras diversos estallidos sociales.

-En uno de los capítulos del libro usted señala que “me he sentido protegido por la pantalla pero me vuelvo vulnerable cuando no la tengo” ¿Se siente así también ahora?

“Yo creo que sí, es algo que se mantiene y me imagino debe ser lo mismo que le pasa a un futbolista sin la pelota y los botines o al tenista sin la raqueta y sin el court. Seguramente también le ocurre al profesor sin el aula, sobre todo cuando uno le ha puesto pasión a la vida”.

-En otro pasaje del libro también reconoce que en sus inicios en TV usted estaba asustado, pero el público también. Lo que sí, usted estaba decidido a entretenerlos.

“Es verdad, y esto fue ocurriendo de manera paulatina, poco a poco. Luego uno se va profesionalizando, y posteriormente, cuando tuve la oportunidad de internacionalizarme. Entonces, he tenido una vida muy grata, bonita, reconfortante, pero también con situaciones de dulce y agraz, las que nunca pueden faltar”.

-Usted reconoce en la publicación que en los primeros “Sábados Gigantes” hubo una utilización del machismo, situaciones que hoy no sería posible encontrar en la televisión.

“Claro que si hubo machismo, pero las condiciones no sólo han cambiado para la televisión. En la medicina o en las regulaciones del tránsito también ha habido modificaciones. Lo importante es que uno debe ir adaptándose a los cambios, por lo tanto, lo que se hacía hace 40 ó 50 años en la televisión no es lo que hoy se debe realizar. Además, la industria era muy diferente y la vida de los individuos era muy distinta. La interacción entre hombres y mujeres era muy distinta, porque la gracia que tuvo Sábados Gigantes y su mérito fue llevar a la gente común y corriente a la televisión. No lo había hecho nadie antes, lo mismo que hicimos en Estados Unidos años después. Seguramente, un espacio como éste se tendría que realizar de una manera distinta, porque el futuro de esta industria está en los aparatos pequeños que tenemos en nuestras manos y que llamamos celulares. Y en alguna época, un minuto de satélite llegó a costar como 5 mil dólares, y hoy podemos realizar contactos como el que estamos realizando con diario El Día prácticamente a costo cero”.

El futuro de las comunicaciones

En uno de los capítulos del libro “Entre la espada y la TV” (2001), que es citado en “Con ganas de vivir”, Mario Kreutzberger realiza un juego imaginario y vuela al año 2040, donde estaría cumpliendo 100 años, y anticipa un futuro altamente tecnologizado. Sin embargo, queda la sensación que mucha de esa tecnología es parte del presente.

-Además, se da una curiosa coincidencia, Don Francisco...

“Claro, porque señalé en ese capítulo del futuro un hecho que podría pensarse fue una premonición, pero nunca lo preparé realmente, pues señalé que en el año 2015 dejaría de realizar Sábado Gigante, luego de 53 años de emitirse al aire, lo que efectivamente sucedió”.

-Si bien usted siempre ha dicho que no ha echado de menos el programa, al principio la noticia lo golpeó bastante.

“Yo tenía un compromiso con Univisión, de palabra, de que yo dejaría la conducción del programa en diciembre del 2015, pero queríamos seguir produciendo para otros animadores. Pero lo habíamos dejado conversado de palabra. Finalmente, me informan a inicios de ese año que el programa se cancelaría 12 semanas después, pero logramos postergarlo hasta el 19 de septiembre, y nos fuimos con todo el orgullo”.

 

Hablando de la vida

A inicios de la década pasada, “Don Francisco” se vio enfrentado a una demanda de paternidad, llevada adelante por Patricio Flores Mondaca, quien aseguraba que su madre lo había conocido en 1968, por lo que de ese supuesto encuentro, el demandante habría sido concebido. El duro transe para el animador, relatado en “Con ganas de vivir”, pone a juicio de Mario una voz de alerta en torno a la forma de hacer comunicaciones en Chile. Pese a todas las especulaciones, distintas pruebas de ADN descartaron cualquier lazo entre Kreutzberger y Flores.

“Hay algo bien curioso en Chile. Hay una tendencia a extrapolar todo lo malo y no destacar nada bueno. Si uno observa los programas de televisión,hay asesinatos, cuchillazos y portonazos, pero no hay nada positivo, no vemos gente que se besa, se casa y logra cosas. Eso nos falta, porque todo se centra en el sensancionalismo, y también eso puede suceder con las personas populares. Tiene que haber crítica, pero también debe haber de lo otro”.

-Hablando de otro tema, su padre sufrió los embates del alzheimer, ¿no teme que también pueda pasarle?

“Claro que puede pasar, y quizás ya me está visitando. Es una cosa paulatina, normal, pero depende de muchos factores, sobre todo el hereditario. Mi padre comenzó a sufrir alzheimer a los 83 años, pero hasta ahora estamos bien, lo importante es que en este momento no me olvido que estoy conversando con el diario El Día (señaló con una sonrisa)”.

-¿Hay Teletón este 2021?

“Por lo pronto, estamos trabajando para realizarla, porque lo necesitamos, considerando el contexto actual. Y por supuesto, no nos olvidamos de la pronta inauguración del Instituto de Coquimbo, donde agradeceremos a la Universidad Pedro de Valdivia por su respaldo. Eso está pendiente”.

 

 

 

 

 

 

 

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