• En el local 41 del Caracol Colonial está ubicado Good Ink donde atienden Eduardo y Jennifer, quienes trabajan agendando horas a través de whatsapp.
Crédito fotografía: 
Alejandro Pizarro
El tiempo en las casas, el retiro del 10%, incluso la pandemia, han sido algunos de los factores que han influido en el aumento de quienes han agendado una cita para tatuarse. Mensajes con sentido, leones y naturaleza han sido la tendencia hasta el momento en esta crisis. Sin embargo, artistas apuntan que cada cliente tiene una intención e historia tras el diseño que escogen para llevar permanentemente en su piel.

Ni la crisis ni la distancia social han sido impedimento para quienes aman la tinta en su cuerpo, es más, ha sido justamente la pandemia la que ha motivado a quienes alguna vez pensaron en grabarse la piel pero no se atrevían, y también para quienes no tenían la idea en mente y se aventuraron a realizar su primer tatuaje.

“Yo les pregunto ¿Qué te motivó a venir y hacerte tu primer tatuaje en plena pandemia? Y me dicen que la crisis les dio otra visión de vida, cosas que quizás no iban a alcanzar a hacer y se atreven”, relató Eduardo Molina, artista tatuador del estudio Good Ink, ubicando en el Caracol Colonial de La Serena.

Incluso personas que antes “odiaban los tatuajes” y de la tercera edad han sido clientes de Eduardo, luego de que retomara su trabajo tras el desconfinamiento hace algunos meses.

El factor tiempo también es importante, contó, puesto que un tatuaje requiere dedicación, ya sea para hacérselo, como también para los cuidados. Tiempo que antes de la crisis muchas personas no tenían en sus trabajos y que les ha significado una oportunidad para concretar un sueño pendiente.

“Yo creo que hay personas que están viendo que ahora en pandemia es la oportunidad”, añadió.

Incluso ha habido quienes han decidido recordar de manera permanente este 2020, tatuándose algún diseño relacionado con la crisis sanitaria.

“Frases alentadores, frases en memoria de personas que fallecieron por el covid, el dibujo de como es el coronavirus han sido algunos. Igual ha sido fuerte, al principio tatué a dos personas que perdieron a sus familiares a causa del coronavirus y el tatuaje es algo íntimo, uno está en contacto con la persona y te está transmitiendo todo”, admitió Eduardo.

Distinta ha sido la experiencia de Lorenzo “Dotline” Marín, quien atiende en Sibilia. Confiesa que la pandemia no ha sido un gran cambio en el concepto que sus clientes tienen de lo que quieren grabarse. “Tengo una agenda muy llena y tengo personas que vienen reservando desde hace uno o dos años para tatuarse conmigo y vienen conservando la misma idea”, indica.

La tendencia de este año

Lorenzo cuenta que las mujeres han optado más por mensajes de resiliencia, de amor propio y palabras cortas. “Eso sí ha sido mucho más que antes, estoy tatuando más este tipo de cosas que hace un año atrás, esa sería la diferencia en cuánto a lo que piden los clientes”, dijo.

Eduardo, quien también atiende mayoritariamente a mujeres, comentó que la naturaleza, flores y animales han sido los diseños más cotizados este año.

Leones han sido uno de los mayores requerimientos que ha recibido Kevin Guaman de Line Tattoo I Supply, quien ha trabajado distintas variaciones del animal para sus clientes.

Lorenzo tiene su estudio en el centro estético Sibilia. En la fotografía tatúa a una madre y su hija de 18 años, quienes comparten el mismo diseño.

Por otra parte, desde Made Ink Serena, admiten que trabajan en diferentes estilos. Ignacio Chávez de dedica al puntillismo y lineal. Mientras que Miguel “Miguelars” se especializa en acuarelas, por lo que el público que llega al estudio es derivado entre los cinco tatuadores que allí trabajan. Eso sí, Miguel confiesa que últimamente los diseños personalizados con dibujos antiguos han tomado bastante fuerza.

Efecto del 10%

No fue la crisis sanitaria la que más afectó a este rubro, sino el estallido social por los desórdenes que se produjeron en el centro de las ciudades.

No obstante, este año el hecho de poder retirar el 10% de los ahorros previsionales permitió que personas que antes no podían invertir en un tatuaje ahora lo hicieran, especialmente aquellos más grandes y costosos, como son las mangas y espalda completa.

Cambio cultural

Una oportunidad que no ha sido solo para los jóvenes, como se suele pensar o como era tradicionalmente. Poco a poco se han ido superando los tabúes que antes encasillaban y estigmatizaban a las personas que decidían dibujar su piel.

“He tatuado a varios adultos mayores, son súper atrevidos los abuelitos, al menos los que me han tocado a mí. Se tatúan en lugares íntimos, diseños más extrovertidos, yo creo que siempre habían querido de más jóvenes y no pudieron. Antes el tatuaje era asociado a lo carcelario o a las pandillas” indicó Eduardo.

Un cambio cultural que han notado los tatuadores. Kevin señaló que los lugares donde las personas deciden marcarse también han variado con el tiempo, prefiriendo ahora estilos más osados y en lugares del cuerpo antes impensados, como el cuello, el rostro y las manos.

Lorenzo Marín comenta que ha trabajado para mantener su línea de trabajo. “El tipo y lista de clientes que tengo son generalmente personas que no se iban a tatuar y que nunca se hubiesen tatuado. Entonces lo que yo diría que ha influenciado en mi trabajo es que siempre he querido llegar a un target de clientes que están en un nivel educativo más alto y más exclusivo”, explicó.

Pese a las diversas preferencias, el público y diseño, los artistas del trazado en la piel concuerdan que las preferencias de las personas siguen siendo las extremidades, principalmente el antebrazo, los bíceps y los hombros.

 

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