El 7 de abril todos los partidos de oposición propusimos una Renta Básica de Emergencia, que permitiera a las familias más vulnerables y de clase media afrontar un duro invierno bajo medidas de aislamiento sanitario efectivas, tanto para trabajadores formales como informales, además de proteger a las pymes. Lo cierto que ni el Ingreso de Emergencia, ni la Ley de Garantía Fogape, (a pesar de nuestro intento por mejorarlas en el Congreso) han permitido cumplir este objetivo. 

Entonces surgió la idea del  Gobierno de entregar 2,5 millones de canastas básicas de alimentos al 70%, después al 40%, luego al 70% del 40% o al 40% en promedio más vulnerable de familias de… la Región Metropolitana. Ante esta confusión pública en las cifras tuve la posibilidad de comunicarme con el Ministro del Interior y el Ministro de Desarrollo Social, para plantearles algo tan básico como que las familias vulnerables son vulnerables en todo el territorio nacional, que Chile es uno solo -como decía el Presidente Aylwin-, y que en el caso de nuestra Región de Coquimbo son además 10 años de sequía, con la gente más sencilla en el campo sobreviviendo con 50 litros de agua al día. Fue así como se anunció posteriormente que las regiones también iban a ser incorporadas; pero de nuevo la letra chica: 80 mil cajas de alimentos que la logística permitirá distribuir en no menos de 8 semanas, y que cubrirán solo el 50% de las familias pertenecientes al 40% más pobre del Registro Social de Hogares. Por supuesto no con recursos del nivel central, como se hizo en la Región Metropolitana, sino que una vez más exigiendo los cada vez mas escuálidos dineros del FNDR. 

Las cajas en cuestión se comenzarán a entregar recién en una semana más, el 8 de junio, y su distribución, que ya sabemos será lenta e insuficiente, requiere de la máxima generosidad y coordinación de todos los actores públicos. Desde luego los municipios han debido y deberán complementar estas canastas “del gobierno” con recursos propios, y serán los que deberán poner la cara ante familias vulnerables para quienes no alcancen. Por lo mismo resulta imprescindible apoyar la capacidad logística de los entes comunales para llegar con esta necesaria ayuda a todos los rincones rurales, en una de las regiones más dispersas del punto de vista geográfico del país. 

Por nuestra parte seguiremos abogando, en el marco del Acuerdo Nacional al que nos ha invitado a construir el Gobierno, que esta necesaria ayuda social llegue a todos, en tiempo y forma. Como dijo nuestro Partido Demócrata Cristiano, es la hora de que la máxima autoridad se deje ayudar.

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