En todo el mundo y también en nuestro país hemos sido testigos de manifestaciones exigiendo a los gobiernos que implementen acciones para detener el cambio climático, en lo que se ha llamado “Huelga Mundial por el Planeta”. En Chile, desde la Cámara de Diputados ya le hemos pedido al Presidente de la República -prácticamente por unanimidad-que se declare el país en emergencia climática y ecológica; y que se regule a través de una ley el proceso y los plazos para llegar a la carbono neutralidad.

Las señales del cambio climático son evidentes. Desde nuestra región vemos como el desierto avanza hacia el sur y vivimos una sequía permanente, con 5 regiones declaradas en emergencia agrícola. En el sur, las zonas que se caracterizaban por abundancia de lluvias han visto disminuir en un tercio las precipitaciones y un numeroimportante de familias no tienen acceso al agua durante varios meses. El retroceso de los glaciares y la fractura de la península antártica son una realidad; y cada vez es mas habitual conocer de varazones de especies marinas que buscan aguas con más oxígeno y menos sal.

En este escenario, de poco y nada sirve ser sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) si no se ratifica el Acuerdo de Escazú, y se asume un compromiso de liderazgo con iniciativas y políticas públicas que ya han adoptado países como Suecia, Francia, España o el Reino Unido, para hacer frente a los graves efectos del calentamiento global, el que hay que enfrentarlo desde el multilateralismo y con los instrumentos que se han establecido entre los distintos países, porque no podemos seguir la política de Donald Trump que niega el cambio climático o la de Jair Bolsonaro que se opone a la colaboración internacional en temas como la protección del Amazonas.

Así, hace ya algunas semanas solicitamos al Presidente de la República que declare una situación de emergencia climática y ecológica, para facilitar la movilización de recursos del presupuesto, preparar a la comunidad y la institucionalidad para enfrentar algo evidente y con efectos irreversibles si no actuamos hoy. Hablamos, por ejemplo, de medidas como reciclaje obligatorio y tratamiento de la basura, electromovilidad y avanzar hacia un 100% de energía renovables, siguiendo precisamente lo que hizo la región de Coquimbo hace un tiempo, cuando pasó a la acción con los parques eólicos y plantas fotovoltaicas, mucho antes de que este tema se tome la agenda y las calles en todo el mundo.

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