Hemos vuelto a conocer los resultados de una de las encuestas de opinión más sólidas e importantes del país, la encuesta Adimark, cuyos principales resultados muestran que la Presidenta Bachelet sigue manteniendo un 67% de desaprobación a su gestión y sólo un 26% de aprobación. Esta tendencia se ha mantenido por 11 meses consecutivos, que es el período más largo en la historia de estas mediciones.

También es importante señalar que al consultar por los atributos del Ejecutivo, todos tienen una tendencia negativa. El atributo “Cuenta con liderazgo”, con un 36%, presentó un descenso de 10 puntos, así como el atributo “Cuenta con capacidad para enfrentar situaciones de crisis” cayó 7 puntos, lo que golpea en el corazón del principal capital de la coalición gobernante, que siempre han sido las características personales de la Presidenta, por encima del proyecto político.

Respecto a la evaluación del gobierno, tiene sólo un 20% de aprobación y un 74% de rechazo... Si alguien tiene alguna duda de lo que piensan los chilenos, creemos que estas cifras son una clara señal para el gobierno de Bachelet, que no entiende nada de lo que la opinión pública piensa y siente y sigue diciendo que la obra gruesa de las reformas propuestas ya está terminada y sólo falta consolidar las reformas.

Vale la pena traer a colación lo que la CEPAL señala en su “Panorama Social 2015”, donde reconoce que Chile es el tercer país que más redujo la pobreza en el período 2010-2014, en el gobierno del Presidente Piñera y se hizo al doble de la velocidad que en todos los gobiernos anteriores. Además el organismo reconoció que en el mismo período, el país fue menos desigual y que estuvo en la media en Latinoamérica.

Lo más importante que se señala es que el crecimiento que el país tuvo en ese período hizo crecer el empleo y al haber mayor empleo, crecieron los sueldos y la pobreza disminuyó, no sólo porque había más trabajo y más recursos, sino que además más personas del grupo familiar tenían empleo… una ecuación simple, pero efectiva… exactamente lo contrario de lo que está haciendo el gobierno de Bachelet. 

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