La recaída de los hermanos Ponce Lerou en SQM; es una de esas noticias que son como un cólico fulminante en la dignidad de un pueblo. SQM; la empresa ejemplo del saqueo a nuestro estado durante la dictadura de Pinochet; volvía a las primeras planas para recordarnos que no solo financió ilegalmente la política nacional durante años, fue entregada como regalo de matrimonio de un Pinochet/Suegro a su Yerno y tiene capturado al Litio Chileno.

En las postrimerías del gobierno de Bachelet 2; CORFO y SQM firmó un “histórico acuerdo”; dirían algunos, que dejaba fuera de órbita a Julio Ponce Lerou en el control y administración de la empresa.

Pero hoy; cinco meses después, los hermanos Ponce nos comunicaban que tienen otros planes para SQM y el Litio Chileno. Habían decidido retomar su influencia en la empresa por la vía de asesorías externas en el mismo edificio y piso de la Alta Gerencia de la minera no metálica.

El Programa de Much*s; levantado por el Frente Amplio en las pasadas elecciones presidenciales; instalaba la necesidad de Nacionalizar SQM y Desarrollar una Política Nacional del Litio creando una empresa mixta con capitales extranjeros. Una política capaz de llevar al siglo 21; la extracción, investigación y la incorporación de valor agregado al Litio, desde nuestro territorio.

Pero esta propuesta también tenía relación con nacionalizar la dignidad arrebatada en dictadura por los jerarcas del régimen cívico-militar. Nuestros recursos naturales; que debieran ser la cuna y motor de nuestro desarrollo; están hoy (mayoritariamente) en manos de capitales privados y preponderantemente extranjeros. Todo lo anterior a través de privatizaciones espurias y legislaciones débiles cooptadas por el poder del dinero a través del financiamiento ilegal de la política durante los últimos 30 años.

El Chile de hoy; demanda con urgencia la Nacionalización de SQM; la Recuperación del Litio para los/as chilenos/as y su desarrollo y la instalación de un muro corta fuegos entre la política y el poder del gran empresariado.  

Si en el corto plazo nuestro país, no asume con seriedad, profundidad y modernidad dicho desafío nuestra dignidad seguirá hipotecada al flujo del mercado y su mano invisible; tan invisible como corrupta. Los derechos sociales y nuestra política/modelo de desarrollo deben ser una casa común desde donde buscar el desarrollo, la integración y el buen vivir a la chilena.

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