El Comité de Ministros establecido en la Ley del Medio Ambiente ha rechazado el estudio de impacto ambiental del proyecto minero y portuario Dominga en nuestra región. Refrendó así la opinión negativa que ya se había expresado en la etapa anterior.Valoro y respaldo profundamente este rechazo. Creo que viene a resguardar reservas naturales y lugares de enorme valor ambiental y turístico, donde existe flora y fauna únicas, que podrían haberse visto gravemente afectadas por este proyecto.Considero que tal como se ha resuelto, los análisis y antecedentes aportados por los proponentes no habían logrado descartar en forma categórica los eventuales efectos negativos del proyecto en el entorno, especialmente por la actividad vinculada al puerto y la navegación.Destaco la labor técnica de los servicios públicos y de la Comisión Evaluadora Regional, presidida por el intendente, Claudio Ibáñez, que se habían pronunciado sobre este proyecto, en este mismo sentido.Lamento las opiniones destempladas de algunos personeros, tanto políticos como del ámbito empresarial. No es justo sostener que la institucionalidad está en riesgo cada vez que un proyecto se rechaza y que, en cambio, funciona perfectamente cuando éstos se aprueban. Lo mismo cabe para los dichos del expresidente Sebastián Piñera. Puede gustar o no la decisión, pero esta vez los procedimientos funcionaron cabalmente. Ello es muy distinto a cuando las cosas se resolvían con telefonazos desde La Moneda y no a través de los canales formales y legales.Hay que atenerse a las reglas del juego. La normativa que nuestro país se dio es de tres instancias. Una técnica, otra política y una última judicial. Cada una expresa cierta visión respecto de este tipo de proyectos.Lo anterior no obsta para expresar la necesidad de potenciar el empleo y la actividad económica en La Higuera. Sin embargo, esa urgencia no puede llevar a impulsar proyectos a cualquier costo. Un daño ambiental en este lugar sería irrecuperable y es un riesgo que no podemos correr. 

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