Estamos en una fecha especial; no sólo conmemoramos un nuevo Aniversario Patrio, con todas las celebraciones que esto implica a lo largo del país, sino que además en nuestra región de Coquimbo tenemos  los potentes recuerdos del impacto que sufrimos con el terremoto y tsunami de hace un año. A pesar del tiempo transcurrido, seguimos expresando nuestra preocupación por la lentitud con que el Gobierno Central y el Regional, han actuado para entregar las soluciones urgentes que los vecinos de los sectores más afectados requerían.

Al revisar los estados de avance del proceso de reconstrucción de la zona afectada, las cifras de ayuda concreta y real son muy bajas. Sabemos que los efectos de un evento de esta naturaleza son múltiples y requieren distinto tipo de soluciones, pero acá estamos hablando de ineficiencia y lentitud para enfrentar situaciones que requieren un compromiso global del Estado con los damnificados.

No es posible que a un año del terremoto, recién se estén entregando sólo propuestas de solución habitacional a los vecinos del sector Baquedano en Coquimbo, las que podrían haberse entregado a semanas del terremoto. Éstas  deben ser debatidas por los vecinos  y recién ahí se iniciarán las acciones para transformarlas en proyectos, lo que en la práctica significa que estas familias deberán seguir esperando para poder recuperar condiciones dignas para vivir.

No son el único caso, aquí no hace falta una varita mágica para lograr resultados  como lo señaló el Intendente; lo que se requiere son autoridades que realicen una gestión más eficiente y pensando en las personas damnificadas. Llama la atención que a días de la próxima elección municipal, aparezcan todas las autoridades de Gobierno prometiendo lo que no hicieron en un año y señalando cifras de  ayuda entregada, que no coinciden  con lo que los propios servicios involucrados, como el MINVU, señalan en sus informes.

Las cifras nos muestran que el proceso de reconstrucción en Coquimbo,  presenta un preocupante retraso en la entrega de viviendas, situación que mejora un poco  en la entrega de subsidios para comprar materiales, pero sin hacerse cargo plenamente de las soluciones más complejas en relación a las familias  que lo perdieron todo. Estos compatriotas nuestros no pueden seguir esperando,  tenemos todos el deber moral de presionar al Gobierno para haga su tarea bien hecha y sin más retraso.

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