Tartufo es un canalla santón que manipula a una familia francesa del siglo XVII. Con su estridente beatería, Tartufo logra enceguecer a Orgón, su anfitrión, a tal punto, que cuando intenta seducir a su mujer, Orgón no sólo no lo percibe; cuando le cuentan no lo cree. Incluso echa a su propio hijo de la casa nada más que por haberle dicho la verdad. Orgón sólo reconoce la verdad cuando descubre que Tartufo piensa despojarlo de todos sus bienes. Orgón y su familia son salvados sólo por la intervención del príncipe, quien ha descubierto la impostura de Tartufo.Moliére escribe la obra en 1664, en medio de una pugna en la corte de Luis XIV, en que los cortesanos más viejos, liderados por la reina madre, Ana de Austria, y por la Compañía del Santo Sacramento, se oponen al supuesto libertinaje de los más jóvenes. Como saben que Moliére es partidario de éstos, toman a Tartufo como un ataque frontal, y logran que sea prohibido. La obra sólo es autorizada por el rey en 1669.Si bien no sobrevivió la primera versión, hay evidencia de cambios que empeoraron la obra. Se cree que en las primeras versiones Tartufo triunfó. En realidad el desenlace feliz con que contamos parece forzado. Además el primer Tartufo de Moliére era aparentemente un personaje más equívoco. Su hipocresía era más perniciosa porque no era tan fácil detectarla. En cambio, como dice el mismo Moliére, el Tartufo cambiado “no da lugar a  dudas ni por un instante; no pronuncia una sola palabra que no confirme su carácter de hombre malo”. Este Tartufo, con sus ojos volteados al cielo y sus suspiros exageradamente humildes, tiene momentos de cinismo sublime, como cuando alega a la mujer de Orgón que ella no corre riesgo si hace el amor con él, ya que a un santo le conviene ser discreto.   El Tartufo caricaturesco al que Moliére fue obligado da lugar a una buena comedia burlesca, pero es inferior al Tartufo más matizado, y por tanto más temible que Moliére hubiera querido. 

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