Sin resultados positivos habían terminado ayer las pesquisas para hallar a Javier Castro (36), labores que seguirán hoy por parte del personal de la Armada

La angustia fue la tónica de ayer en Tongoy, desde que a las 5 de la mañana se supiera del drama que afecta a toda una familia, manteniendo aún muy afectados a los habitantes de esta localidad. Todo esto a raíz de la desaparición del pescador artesanal Javier Castro Zepeda, de 36 años, quien cayó al mar por motivos que aún no se aclaran, cuando estaba trabajando junto a otros dos pescadores; Sergio Alcayaga y Pascal Castro, cuñado e hijastro respectivamente.

Tras conocerse el hecho, se desplegó un amplio operativo por parte de funcionarios de la Gobernación Marítima, lo que incluyó un helicóptero de la Armada. También llegó al lugar desde La Serena personal de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI), para realizar pericias al bote desde donde cayó Javier Castro.

El desaparecido es padre de 7 hijos y trabaja en el rubro de la captura de jibia desde los 16 años, nunca había tenido un accidente hasta el año 2010, relata su sobrina Paola Cisternas, cuando mientras trabajando como buzo, bajó a una profundidad no apta y sufrió una descompensación que lo mantuvo con problemas médicos durante todo este tiempo. “Cuando tuvo este problema,después estuvo un tiempo sin trabajar porque se enfermó, hasta un pre infarto tuvo”, indicó la familiar.

Este problema de salud es la principal hipótesis que se maneja en relación al motivo de su accidente, ya que Castro, según señalan sus compañeros de trabajo, “era un pescador muy experimentado”.

La segunda tesis es que el peligro que tiene el rubro de la jibia haya causado la tragedia. “Aquí no podemos usar chaleco salvavidas porque es muy incómodo, además para pescar este tipo de especie tenemos que estar siempre parados al borde del bote y el peligro de resbalar es muy grande”, señaló su hermano Carlos Castro.

La familia del desaparecido se manifestó visiblemente afectada. Su esposa Delia Barahona comentó que recibieron la noticia a las 6 de la mañana cuando su hijo, Pascal, quien también iba a bordo del malogrado bote, los llamó de la Gobernación. “No lo pudimos creer, yo aún no lo creo, es algo terrible”, dice, agregando que ella acudió en el acto a la Gobernación a buscar más noticias de su esposo y estuvo ahí hasta las 2 de la tarde., buscando a su marido.

Una de las más afectadas es la hija del pescador, Mirta Belén Castro, de 17 años, quien relata que todavía tiene esperanzas de que encuentren a su padre con vida. “El trabaja todo el día , llega, duerme un rato y se vuelve a ir”, comenta.

Los pescadores de Tongoy informaron que mañana no trabajarán y saldrán en masa a buscar a su compañero.

 

 

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