“Yo pienso que lo mataron. Y que lo hicieron desaparecer”. Así de segura responde desde su restaurante en Guanaqueros Susana Muñoz, una de las grandes amigas de Fritz Willy Lindenmann (77), empresario que fue popularmente conocido en esa localidad como “El Suizo” por su procedencia. Muñoz, una de las propietarias junto a su familia del local “El Pequeño”, lo vio por última vez tres días antes de su desaparición, consignada con fecha 6 de agosto de 2012. Un misterio que nunca se aclaró.
En 2011, el Gobierno inició un proceso para avaluar y, posteriormente, rematar sus bienes, ello luego de que un particular denunciara que, en este caso, existía una “herencia vacante”, es decir, pese a que había pasado cerca de una década, aún no aparecía ningún heredero. Posteriormente, Bienes Nacionales tramitó la posesión efectiva e inscribió la herencia a nombre del Fisco. El trámite propiamente tal del remate estuvo a cargo de la Dirección General del Crédito Prendario (DICREP) de La Serena, desarrollándose en enero de este año.
Ese día 18, hasta con lágrimas en los ojos, algunos de los habitantes del balneario presenciaron el proceso de remate de lo que todavía quedaba en el local llamado precisamente “El Suizo”, un tradicional centro de entretenimiento del cual este europeo era propietario. El martillero público remató los lotes compuestos por diez mesas de pool, 2 vehículos, nueve taca-tacas con fichas, máquinas de videojuegos y flippers.
Pero también una de las más importantes obras de este empresario fue la creación del Centro Gastronómico “El Suizo”, el cual hoy le pertenece a nueve socios que poseen cocinerías donde la especialidad son los productos del mar. En su momento, el terreno donde se emplaza este establecimiento le perteneció a Lindenmann, pero fue cedido a los microempresarios a cambio de un pago anual que se mantuvo hasta el día de su desaparición. Afortunadamente para ellos, antes de extraviarse, el europeo dejó legalizado el traspaso de la propiedad.
UN TROTAMUNDOS
Hay coincidencia en señalar que 1969 fue el año en que llegó “El Suizo” a Guanaqueros y empezó a formar parte de su historia, convirtiéndose en un filántropo que colaboró en la construcción de la iglesia del pueblo, donó terrenos y también propició la creación de poblaciones. “La Villa Los Pescadores la hizo él”, señaló uno de los habitantes que precisamente vive en ese sector, ubicado sobre los cerros, con una vista envidiable desde donde se puede ver incluso la famosa torre de su propiedad que es todo un símbolo del balneario, aunque hoy luce descuidada, como reafirmando la ausencia de quien la instaló.
“Ahí antes había una bomba de agua y hacíamos fila para ir a sacar. Me acuerdo que él era el único que tenía agua para sacar abriendo una llave”, relató Irelba Zambra, una de las propietarias actuales del Centro Gastronómico “El Suizo” junto a su hermana gemela, Silvia Zambra. Ambas contaron que antes llegaban sólo camiones aljibe con agua que enviaba la municipalidad de Coquimbo, hasta que Lindenmann propició la instalación de alcantarillado. Federico Schaeffer, quien es sindicado como el dueño de todos los terrenos con que nació Guanaqueros, fue quien propició la llegada de “El Suizo” a esas tierras.
Pero, ¿cómo arribó este personaje desde tan lejos a nuestra región? El mismo europeo fue quien contó a varias personas su historia. Si era verdad o no, sólo él lo sabía. Su relato apuntaba a que él tenía una vida feliz en Suiza, en medio de las montañas y los bosques que eran el entorno preciso para estar en plenitud. Estaba casado y tenía un hijo de 14 años llamado Peter, aunque existe otra versión que dice que en realidad se trataba de una hija. Lo cierto es que un día su señora y el adolescente fueron a esquiar, sufriendo un accidente no detallado que terminó con la vida de ambos.
Lindenmann trabajaba como paramédico en el centro asistencial de su ciudad hasta que llegaron dos heridos en riesgo vital al servicio de urgencia. Cuando vio de quienes se trataba, descubrió con horror que era su familia. La mujer y el joven fallecieron a los pocos minutos, cuando eran atendidos. Al enterarse de la noticia, el hombre quedó en estado de shock. Pero eso no fue todo, ya que literalmente se fue a negro y perdió la memoria, pasando de ser trabajador a paciente del hospital en que trabajaba. Esto habría sido a comienzos de los años ’60.
“El Suizo” estuvo con tratamiento psiquiátrico y psicológico hasta que pudo superar la amnesia, pero en un período de 3 años. Después de eso vino la depresión. Quería estar siempre solo y no relacionarse con nadie. A pesar de los bienes que poseía, se encerró en sí mismo y se negó a disfrutar de los aspectos positivos de la vida. Hasta que un médico amigo le recomendó que lo mejor era salir de Suiza y empezar todo de cero. Con dificultad, logró convencerlo y Fritz se decidió a emprender rumbo a Estados Unidos. Pasó un tiempo y decidió cambiar de aire, yéndose al calor de Brasil. Posteriormente llevó sus pasos a Argentina. Cuando ya estaba bien establecido en el país vecino, el mito dice que hizo amistad con un futbolista chileno que andaba de vacaciones, el cual le habló maravillas de la actual Región de Coquimbo. Sin pensarlo dos veces, el hombre cambió su destino primero por La Serena, luego por Vicuña y finalmente por su querido Guanaqueros, donde se quedó hasta el día de su desaparición.
EL ENIGMA
Las hermanas Zambra, que eran niñas cuando llegó “El Suizo”, coinciden en destacar que este extranjero se supo ganar el cariño de la comunidad, no sólo por las obras que hizo sino por su manera de ser, siempre amable y gentil con la gente. “Era una excelente persona, un hombre muy movido. Le gustaba mucho Guanaqueros. Participaba con la comunidad y ayudó a hacer muchas obras hasta el último”, sostuvo Silvia. Ambas primero trabajaban como temporeras, pero se acabó el empleo. Hasta que hablaron con una persona de la municipalidad porteña, que habló con Fritz Willy y éste decidió arrendarles un terreno para que pudieran vender productos del mar. Ese es el mismo lugar donde hoy se levanta el concurrido centro gastronómico del pueblo.
Posteriormente se abrió el centro de juegos justo al frente y Guanaqueros se llenó de vida, concentrándose en el lugar por el día, con mucha entretención para los niños y la familia y por las noches se erigió en un epicentro de la diversión juvenil. “Él siempre quiso impulsar el turismo. Desgraciadamente ahora tenemos espacios que quedaron perdidos o que quedaron para Bienes Nacionales”, agregó. Los vecinos en general lamentan que no se haya aprovechado un lugar que en vida Fritz dijo que donaría para una escuela, así como también la ayuda que concretaría a Bomberos. Este último es un problema que se arrastra hasta el día de hoy. “Necesitamos urgente un carro nuevo, porque a los incendios llegan primero los bomberos de Tongoy”, aseguró Irelba Zambra.
En tanto, su hermana no quiso desaprovechar la ocasión para hacer un buen recuerdo de esta persona. “Él hizo muchas obras sociales en silencio. Porque era un hombre abierto, de corazón a corazón, que no le importaba ni raza ni situación socioeconómica, aunque se pensó muy mal de él. Pero él no era así. Nosotras lo conocimos a fondo, desde que éramos chicas”. Esto en referencia a algunas acusaciones que salieron en contra de Fritz a modo de rumor, que lo vinculaban con supuestos actos de pedofilia en el mismo pueblo.
Para Susana Muñoz nada de eso es cierto. “Él sólo era muy cariñoso con los niños. No recuerdo a nadie de Guanaqueros hablar mal de él, pero sí lo ha hecho la gente de Santiago. Todos los que hablan mal son de afuera”. En verdad jamás se formalizó ninguna denuncia. De todas formas, el año pasado, previo trabajo de la Brigada de Ubicación de Personas de la PDI, se declaró oficialmente fallecido a “El Suizo”. Así aparece ya en el Registro Civil, por muerte presunta