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Lautaro Carmona
Los ocho fallecidos en accidentes de tránsito dejan de manifiesto, según los expertos, que el avance hacia una mayor facilidad de movimiento y una menor percepción de riesgo pudieron ser causas directas de una festividad marcada por el duelo.

No cabe duda que esta fue una de las Fiestas Patrias más trágicas de los últimos años, con un factor en común: la conducción irresponsable, la alta velocidad y el consumo de alcohol.

En efecto, hasta el cierre de esta edición, ocho decesos se habían producido en el marco de una festividad que se extendió desde el jueves, la cifra más alta de los últimos años en la zona y que representa además el 50% de lo anotado este fin de semana a nivel país.

Recordemos que sólo el pasado jueves se reportaron cinco fallecidos en accidentes fatales ocurridos en Tongoy (2), Salamanca (2) y Vicuña (1). Al día siguiente, una colisión frontal terminó con un fallecido en las cercanías de Islón, en La Serena; y la noche del sábado, un accidente de alta energía en el sector de Baquedano en Coquimbo cobró la vida de un adulto y de una menor de edad.

Todos estos hechos develan una baja percepción de riesgo, aspecto que fue ampliamente abordado por las autoridades antes de estas fiestas.

En ese contexto, el teniente coronel Francisco Aravena, de la Prefectura Coquimbo, señaló a El Día que “en algunos casos en particular, estos accidentes se asocian efectivamente al consumo directo de alcohol en la conducción, otros a no estar atento en el manejo o al exceso de velocidad”.

La autoridad policial recordó que “Carabineros lanzó la campaña denominada ‘La otra pandemia’, analogía asociada al Covid-19, que nos mostraba que para la ‘pandemia’ de los accidentes de tránsito no existe vacuna y el único método era ser responsables en la conducción. Lamentablemente, los hechos registrados y la pérdida de 8 vidas nos muestran que aún existen conductores que incumplen las normas y ponen en riesgo la vida de otras personas por acciones abiertamente irresponsables e ilegales”.

En otros indicadores, Aravena informó que “en estas jornadas (jueves, viernes, sábado y domingo) Carabineros realizó 4.100 controles vehiculares en la conurbación, cursándose 600 infracciones por diversos motivos como exceso de velocidad o no uso de cinturón de seguridad, habiéndose también realizado controles de alcohotest y narcotest, lográndose la detención de al menos 14 conductores por conducir bajo influencia del alcohol o drogas, quienes fueron puestos a disposición del Ministerio Público”.

Leer tambuén: Fiestas Patrias de luto: a ocho ascienden los fallecidos en accidentes de tránsito en la región 



Perder los límites   



La psicóloga de la Universidad Central sede La Serena, Marisol Urrutia, aseguró que “el haber vivenciado este encierro tan prolongado fue clave. En esta oportunidad, se da una celebración entre comillas normal; pero, lamentablemente, se pasan ciertos límites y esa baja percepción del peligro o del riesgo queda en evidencia, sumado al consumo de alcohol, y por tanto hay mayores posibilidades de accidentes y por cierto de perder la vida”.

A su juicio, eso determina que “en el actual contexto, las personas quieran hacer muchas cosas o compartir con todo el mundo. Así, se favorece que asumamos más riesgos de los que corresponden, con las consecuencias conocidas. Queda la sensación de que la pandemia está quedando un poco más lejos y así es como las personas toman riesgos innecesarios, por eso es importante encontrar los equilibrios”, acotó.

Por su parte, el sociólogo Juan Rojas, también realizó su análisis ante la gran cantidad de accidentes ocurridos durante estas fatídicas Fiestas Patrias.

“En este momento se está produciendo una apertura y una sensación de libertad. Así es como se establece una crisis de individualidad, donde el yo es el que prima. Ya pasamos por un período en el que muchas personas estuvieron en cautiverio, sometidos a distintas formas en las que no hemos podido ejercer la libertad. Por lo tanto, no es extraño desde el punto de vista de la sociología crítica que aumenten este tipo de conductas que pueden interpretarse como kamikaze”, subrayó.

En esa línea, el profesional señaló que “podría tratarse, perfectamente, de una autodestrucción anunciada. Por tanto, como se teme a la libertad, se atenta contra ella. No se sabe administrar esta posibilidad, y tal como pasó después de la pandemia de la peste negra en Europa, sin duda habrá más espacio para la festividad y sus consecuencias”.

 

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