• La madre de la víctima despide a Damaris Coronado junto a familiares y amigos.
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
Las jóvenes volvían a su casa tras las celebraciones cuando se encontraron con el agresor, quien luego de un altercado con la víctima, le disparó con una escopeta en la zona del tórax, lo que le produjo la muerte en el lugar.

La familia de Damaris Coronado Riveros recibió el 2018 de la peor manera. Luego de darse el abrazo de año nuevo junto a amigos en una fiesta, la joven se reunió con su hermana Cesia para volver a su casa, ubicada en el pasaje José Antonio Valdés en Las Compañías, donde viven ambas con sus respectivos hijos.

Sin embargo, lo que en principio fue un buen término de las celebraciones, finalmente se convirtió en una tragedia para la familia. La joven de 33 años recibió el impacto de una escopeta por la espalda, que le causó la muerte en el lugar.

Diario El Día llegó hasta la villa Los Torreones, donde pese al dolor, la familia recibió de la mejor forma al equipo de prensa. La rabia e impotencia aún presentes los motivó a detallar lo sucedido, con la esperanza de que se conozca la verdadera historia del crimen y se logre detener al autor del homicidio.

Tras casi dos días enteros llorando su partida y con la celebración empeñada, recordaban como no pudieron hacer nada para salvar a Damaris y la única testigo presencial de los hechos, su hermana Cesia, relató los últimos minutos antes del disparo.

Las jóvenes estaban llegando al hogar que comparten luego de haber pasado el año nuevo con amigos, cuando a unas cinco casas de la suya, un sujeto salió desde el interior y al verlas las comenzó a molestar.

A penas lo notaron, trataron de evitarlo. El sujeto sería conocido en el sector, ya que pese a que no tenía residencia fija en el lugar, desde los tres meses que Cesia vive en el pasaje, lo había visto varias veces.

La mujer relató que el individuo se intentó sobrepasar con su hermana, ante lo cual la joven se defendió. Damaris le pegó, pero él respondió con un golpe en la cara y no la dejó tranquila.

Para defenderse, la víctima levantó del piso una botella y lo golpeó hasta derribarlo. Según señalaron los familiares, su buen estado físico, debido a una práctica constante de gimnasia, le permitía defenderse cada vez que un desconocido intentaba sobrepasarse, sin embargo, esta vez el resultado fue diferente.

Con el agresor en el piso, las hermanas pudieron salir y seguir en dirección a su casa, pero en ese momento el sujeto entró nuevamente a su casa, “cuando miré para atrás había salido con una escopeta, le grité a mi hermana y ella ni siquiera alcanzó a voltearse cuando le disparó”, dijo Cesia.

Uno de los impactos le llegó en la pierna, el otro en el tórax, tras lo cual la víctima se desvaneció. La mujer corrió a ayudarla, pero la herida le causó la muerte en el lugar “murió instantáneamente, no alcanzó a despedirse, o a decirme cuida a mi hijo, nada”, relató.

Vio al hombre cargar nuevamente el arma y temió lo peor. Con el dolor latente debió dejar el cuerpo de su hermana y correr para pedir ayuda en las casas aledañas, pero nadie salió socorrerla.

Cuando el individuo vio que la mujer daba gritos de auxilio, huyó del lugar. Vecinos llamaron a las unidades de emergencia, pero no pudieron hacer nada, Damaris había muerto en los brazos de su hermana en pleno año nuevo.

“Teníamos planes, proyectos, paseos programados”, dijo la hermana, que intenta reponerse tras perder a la persona con quien compartía todo. Además deberán quedarse al cuidado de su hijo, el pequeño de 8 años, de quien Damaris debió hacerse cargo por completo, luego de que el padre del menor no se hiciera responsable.

"Entró a la casa y salió con una escopeta, le grité a mi hermana y ella ni siquiera alcanzó a mirar para atrás cuando disparó, se desvaneció y murió". Cesia, hermana de Damaris Coronado.

“Le quitó la vida a una persona inocente, que quiso defenderse de los manoseos de un psicópata”, señaló la afectada, que no encuentra palabras diferentes para describir lo sucedido cada vez que intenta recordarlo.

Ahora solo espera que se haga justicia, con el constante temor de volver a encontrase con el autor del homicidio, que hasta el cierre de esta edición seguía siendo buscado por la PDI.

Según comentaron los familiares de la víctima, algunas personas lo habrían visto en las cercanías de la población, indicando que se encontraría escondido en una casa cercana.

Sin embargo, desde la Brigada de Homicidios detallaron que tras recibir esa información al nivel de emergencia 134, los detectives se dirigieron al lugar, pero el sujeto no se encontraba en el domicilio señalado, por lo que su paradero sigue siendo desconocido. 6301

Con la dinámica clara PDI va tras el autor

El subprefecto Cristian Ara, jefe de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones de La Serena, señaló a El Día que las diligencias están avanzadas, “hay un imputado, estamos estableciendo fehacientemente que sea el autor de los hechos”, indicó.

En virtud de la declaración entregada por la testigo de los hechos, la dinámica estaría clara, por lo que ahora los detectives se dedican a empadronar nuevamente el sector, ya que producto de las fiestas las primeras diligencias se complicaron.

“La gente no estaba o se encontraban en estado de ebriedad, por lo que hoy (martes) a primera hora hubo que conformar nuevamente la historia”, indicó Ara.

Según lo detallado por la PDI, el hombre a quien se le imputa el crimen no tendría residencia permanente en el lugar donde se registraron los hechos. Además presentaba antecedentes por distintos delitos, pero no tenía órdenes de detención vigentes. 

 

Damaris Coronado Riveros, de 33 años, vivía junto a su hermana y su hijo de 8 años de edad. 

 

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