• Richard mostró algunas de las marcas que quedaron de la agresión en su cuerpo y en las paredes de su casa.
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
Asegura que fue brutalmente golpeado por los funcionarios y que estos habrían vuelto a su casa a agredirlo tras el control de detención, lo que lo llevó estar hospitalizado en el centro asistencial de la ciudad y buscar amparo en el Instituto Nacional de Derechos Humanos para presentar una querella. Por su parte desde Carabineros recalcaron que los hechos no han sido demostrados.

Le advertimos que las imágenes presentadas en el siguiente reportaje pueden herir su sensibilidad. 

Más de dos días estuvo hospitalizado Richard Ortega en el centro asistencial de La Serena, luego de resultar con diversas lesiones tras un confuso incidente registrado en un operativo de detención llevado a cabo por funcionarios de Carabineros.

Ortega asegura haber sido brutalmente golpeado por los uniformados en dos oportunidades al interior de su casa y una vez en el hospital, situación que lo llevó a denunciar los hechos frente a la justicia e incluso buscar amparo en la dirección regional del Instituto Nacional de Derechos Humanos.

Con las heridas algo más deshinchadas, pero claramente afectado y con algunas complicaciones para que se difundieran fotografías de su rostro por miedo a represalias, a lo que finalmente accedió, recibió a El Día en su casa, cuyas paredes aún mantienen las consecuencias de lo sucedido el pasado fin de semana: hoyos en las paredes y la chapa de la puerta dañada son solo algunas de las marcas.

Según su relato, la noche del domingo 11 de marzo se encontraba en compañía de su pareja y un amigo compartiendo un asado en el patio de su casa, momento en que entra el inmueble a buscar platos. Fue en ese momento, que un grupo de policías irrumpió para detenerlo por una orden vigente de los tribunales.

Richard cumplía sentencia por un delito de hurto por el que fue condenado a 30 días de pena sustitutiva (nocturna), pero no se presentó a una audiencia fijada días antes, por lo que se emanó la orden de detención en su contra, por la que asegura, no habría llegado notificación a su domicilio.

Sin saber de la búsqueda vigente les habría preguntado a los carabineros si tenían orden del tribunal o fiscalía y habría pedido conocer las razones de por qué entraron de esa forma a su casa. Para él todo seguía siendo confuso.

Al pedir la orden, los policías habrían llamado a otras cinco patrullas, “cerca de diez carabineros me agarraron a patadas, a palos, me pusieron corriente, de todo…”, relató Ortega, que al momento de la agresión ya se encontraba esposado y asegura no haber puesto resistencia que justificara el uso de la fuerza.

Luego de golpearlo contra la pared, destruyendo parte del material de la casa, "me arrastraron una cuadra, hasta la esquina y me tiraron como un saco de papas al furgón”, declaró.

EN EL HOSPITAL Y EL TRIBUNAL.

Los carabineros lo llevaron al Hospital de La Serena para constatar lesiones, desde donde se dio cuenta de lesiones leves. Él declara no haber visto el informe.

Pero en el recinto asistencial las agresiones habrían continuado. “Me tiraron a un baño y me golpearon de nuevo” indica, para luego ser trasladado a la unidad policial y posteriormente ser puesto a disposición de los tribunales.

En la audiencia de control de detención, realizada en la segunda sala del Juzgado de Garantía de La Serena se dio cuenta de las lesiones al magistrado Alain Maldonado.

La defensora penal Fabiola García, quien lo representó en la audiencia, asegura haber sido “bastante enfática al momento de alegar la ilegalidad de la detención”. La abogada tomó fotografías del cuerpo de Richard para mostrarlas al juez de garantía.

“Llegó con lesiones visibles en el torso por la espalda y tenía unas laceraciones en el costado derecho delantero que habrían sido provocadas por conexión a corriente por parte de funcionarios de carabineros”, detalló.

Frente al magistrado se presentó la denuncia contra los funcionarios por las lesiones sufridas, “que a juicio nuestro eran constitutivas del delito de apremios ilegítimos”, agregó la profesional.

Según recuerda la abogada, el juez declaró legal la detención y ordenó a Ortega cumplir con los tres días restantes de condena. Sin embargo surgió otra confusión, ya que en el acta de la audiencia aparece la detención declarada como ilegal.

El tribunal dispuso la remisión de la denuncia al Ministerio Público pidiendo que se acompañaran todos los antecedentes que constaban en esa causa, por lo que la abogada envió por correo electrónico las fotografías que daban cuenta de las lesiones.

Además, García confirmó que los antecedentes también fueron puestos en conocimiento de la defensora regional Inés Rojas “porque se ha estado haciendo un trabajo intensivo en denunciar los excesos policiales en las detenciones”.

Si bien la defensoría no puede interponer querellas, todos los informes se remiten al Instituto Nacional de Derechos Humanos, con quienes se canalizan las acciones a seguir. “Sin perjuicio de eso, en la defensoría que está haciendo todo un seguimiento a este tipo de situaciones que son totalmente anómalas”, indicó la abogada.

NUEVA AGRESIÓN.

Luego de la audiencia de control de detención Richard volvió a su casa, esperando olvidar lo que había pasado. Sin embargo, solo 15 minutos después cuando iba a tomar una ducha para quitar los rastros de sangre de su cuerpo,  un nuevo llamado lo detuvo.

“Alto, carabineros”, le habrían gritado desde la puerta de su casa. Esta vez sujetos vestidos de civil irrumpieron en su casa y sin previo aviso le dispararon en el rostro. El proyectil impactó en su pómulo, estuvo a punto de perder la conciencia y los hombres le continuaron pegando.

Asustados, su amigo y su pareja salieron de la casa, ambos declaran que pensaban que lo habían matado, por lo que fueron a pedir ayuda, “pero no sabía qué hacer, obviamente no podía llamar a carabineros, ni hacer nada”, declaró el amigo de Richard, que vino desde Santiago a pasar algunos días en su casa.

Dentro de lo que recuerda Richard, los supuestos carabineros le preguntaban por “la Simcard”, dispositivo que utilizan para acceder al registro de los imputados y que aparentemente este se había perdido en el procedimiento anterior. Además le decían que “no anduviera sapeando” y luego de golpearlo, salieron de la casa.

Su amigo volvió y tras varios minutos fuera de la casa, sin el valor para entrar por el miedo a encontrarlo muerto, pudo ingresar y lo halló en una de las habitaciones gravemente golpeado y lleno de sangre.

Rápidamente lo llevó hasta el Hospital de La Serena, donde pasó el lunes y martes hospitalizado por una fractura en el rostro, además de las otras lesiones y el miércoles fue dado de alta.

En su casa, junto a sus cercanos, continúa sin entender los motivos de las agresiones. No pudo comprobar que los involucrados en el segundo hecho fueran de carabineros, debido a que estaban de civil, pero para él todo está enlazado.

Con dificultades intenta retomar su vida con normalidad. Debido a los daños en uno de sus ojos no ha podido desempeñarse en la soldadura como está acostumbrado.

En su círculo cercano aún hay temor. Claramente afectada, su pareja aún no logra reponerse del impacto y prefirió no estar en medio de la conversación para no recordar los hechos.

VERSIÓN POLICIAL.

Desde la institución, el Mayor Juan Carlos Pérez, comisario de La Serena, aclaró no conocer detalles del procedimiento y recalcó que ninguno de los hechos ha sido demostrado, por lo que rige la presunción de inocencia amparada por ley.

Sin embargo, indicó que si los funcionarios estuvieron involucrados en algún tipo de hecho ilícito “estos no son aceptados en la institución, por traicionar nuestra doctrina, principios y valores”.

“Sería un delito, que se tipifica como violencia innecesaria y apremio ilegítimo, si la persona estuvo detenida”, dijo el policía, que no entró en mayores detalles sobre el caso.

Según se detalla en el parte policial emanado tras la detención, al cual El Día tuvo acceso, el procedimiento estuvo a cargo de funcionarios del cuadrante 9, quienes llegaron hasta el domicilio debido a que vecinos denunciaban una quema de pastizales.

Al llegar, habría salido Richard, quien en versión de los policías ante el Juzgado de Garantía, habría indicado que no era el dueño de casa, sino que estaba haciendo uso ilegal del inmueble, ante lo cual los carabineros procedieron a detenerlo.

El hombre tenía una orden de detención vigente por parte de los tribunales y al ser detenido opuso resistencia, por lo que debieron aplicar la fuerza, resultado con lesiones leves, constatadas ante el hospital local, se detalla en el documento.

También se indica que el detenido “puso férrea resistencia a la detención, motivo por el cual el personal policial tuvo que usar la fuerza necesaria para la reducción”, indica el documento emanado por los uniformados.

Posteriormente detalla la constatación de lesiones leves y su traslado a custodia policial, para luego ser llevado al control de detención.

Los segundos hechos denunciados no son constatados en el parte y aún no han sido demostrados, sin embargo Ortega ya inició acciones contra la institución de Carabineros, debido a la agresión que hasta el momento lo mantiene con constante miedo y claras evidencias corporales que registró en fotografías de la cuales se compartieron en este medio las menos impactantes. 6301ir

Derechos Humanos revisa el caso

Hasta el Instituto Nacional de Derechos Humanos recurrió Richard Ortega para llevar su caso. La directora regional Tarcila Piña confirmó que se recibió al afectado “quien de primera apariencia venía con bastantes lesiones notorias”.

Se reunieron con el abogado y la psicóloga de la institución, junto a los cuales se están revisando los antecedentes para posteriormente valorarlos y determinar si se llevarán a cabo acciones judiciales por el hecho.

El Indh se encuentra revisando los partes policiales y manteniendo conversaciones con el Ministerio Público, a quienes el juez de garantía también habría remitido la denuncia recibida en la audiencia.

“Como siempre lo hemos hecho, si valoramos los antecedentes (…) con el objetivo de la promoción y protección a los Derechos Humanos de todos los habitantes de la región”, dijo la directora regional.

(Algunas de las fotografías tras la detención de Richard. Las lesiones se agravaron en el segundo hecho, tras lo cual resultó hospitalizado. Fotografías cedidas)

 

"No se ha demostrado nada (...) sin embargo esos hechos no son aceptados en la institución, por traicionar la doctrina, principios y valores y además sería un delito". Mayor Juan Carlos Pérez, comisario de La Serena.

 

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