El homicidio que enluta a los colectiveros y deja demasiadas incógnitas

La del domingo 25 de junio estaba llamada a ser una jornada normal para Ricardo García Muñoz. Por más de diez años se desempeñaba como colectivero de la línea 44 cuyo recorrido comprendía Tierras Blancas y La Serena. 

Se levantó para efectuar su turno de día, porque consideraba riesgoso realizarlo de noche. Ya varios de sus compañeros habían sido víctimas de asaltos o robos. Es por ello que desde hacía bastante tiempo abandonaba su habitual circuito de trabajo cerca de las 21:00 horas. 

Eran cerca de las 20:30 horas de ese domingo cuando García llamó a su señora para avisarle que iba en camino al hogar. Entre su grupo familiar este contacto no era sorpresivo. Lo hacía constantemente. 

Pero esa tarde, algo estaba ocurriendo. Los minutos pasaban y Ricardo no llegaba. La preocupación comenzó a aumentar y  se instalaba la incertidumbre. Un compañero de trabajo  admitió a El Día que la desesperación aumentó cuando horas más tarde, tras insistentes contactos, ingresó una llamada, pero quien contestó no era él. 

Fue en ese momento cuando su familia se dirigió hasta la Primera Comisaría de Carabineros de La Serena, donde presentaron una denuncia por presunta desgracia. A esa altura se temía lo peor. Y con el paso de las horas se corroboró el dramático presagio. García Muñoz fue encontrado muerto en una parcela en las cercanías de la localidad de Altovalsol y su colectivo, que no tenía ni siquiera una semana de circulación, estaba calcinado 10 kilómetros más hacia el valle de Elqui. Todo esto ocurría en la madrugada del lunes 26 de junio.

Quien estuvo al tanto de esta situación y se hizo cargo de las primeras investigaciones fue el coronel de Carabineros y prefecto de Coquimbo Luis Carrera, quien conocía a un sobrino del conductor del colectivo que vive en Arica. Esos lazos permitieron entregar a esta familia una primera contención.

“Tomé contacto con la mamá de mi amigo, quien me pidió que yo me encargara de comunicarme con la señora de este conductor y entregarle esta mala noticia. Lo cierto es que en ese momento no había certezas de si se trataba de un homicidio o no, y posteriormente fue el fiscal respectivo el que solicitó la presencia en el lugar de la Brigada de Homicidios”, indicó el coronel Carrera a Radio Mistral.

De acuerdo al registro de Facebook, García Muñóz en paralelo

efectuaba labores en audio y sonido.

EL PUNTO DE LA TRAGEDIA

En medio de la lluvia que arreciaba en La Serena la mañana del lunes 26 de junio, el movimiento en la ruta de Altovalsol era fuerte. Bajo el liderazgo del fiscal Eduardo Yáñez, se comenzaban a realizar las primeras pericias al cuerpo y luego  quedaba al descubierto otra pieza del puzzle cuando se encontró el vehículo totalmente quemado. 

En una primera instancia, no pudieron determinar si se trataba de una muerte originada por intervención de terceros, ya que no se registraban heridas cortopunzantes, golpes visibles o disparos en el cuerpo del fallecido.

Sin embargo, tras los exámenes realizados con posteridad en el Servicio Médico Legal se estableció que sí hubo otras personas involucradas en su fallecimiento. 

A pesar de que en los últimos días el caso se lleva adelante con total hermetismo y desde el Ministerio Público se habla de una causa “reservada”, el jefe de Brigada de Homicidios de la PDI, subprefecto Jaime Rojo, admitió el carácter complejo de la investigación.

“De acuerdo a estos resultados, la causa de muerte sería por la acción de terceros, por ende estaríamos en presencia de un homicidio. Cuando nosotros realizamos el reconocimiento externo presencial del cuerpo, en primera instancia no fue posible pesquisar la acción de terceras personas, porque las lesiones se encontraban en forma interna", acotó. 

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Por esto se esperó el pronunciamiento del SML al respecto y se ratificó lo anterior. "Con esto no quiero señalar ni anticiparme al mecanismo o a la dinámica de la muerte, toda vez que son antecedentes que nosotros guardamos para nuestra investigación y así poder hacer comparaciones”, precisó Rojo, admitiendo que si en 48 horas la investigación no tiene resultados con prontitud, todo se complica.

El desafío pasaría por definir qué artefacto o en qué circunstancias se produjeron esos golpes. El fiscal Yáñez tampoco descartó la posibilidad de nuevos peritajes para  determinar, incluso, si esta persona sufrió algún ataque cardíaco o se autoinfirió algún golpe.

LA HORA DEL ADIÓS

El miércoles 28 tuvo lugar el funeral de Ricardo García Muñoz, en la iglesia Santa Teresita de Los Andes, a la altura del paradero 5 de Balmaceda, en La Serena. Junto con la tristeza, entre familiares y amigos reinó el hermetismo. 

Sin embargo, El Día tuvo acceso a relatos con cercanos y compañeros de trabajo quienes entregaron mayores certezas respecto a la fatídica noche de su muerte. Coincidieron en lo cruento de la muerte y admitieron que no entendían el  porqué se decidió quemar el colectivo Hyundai Accent nuevo, cuando la mayoría de las veces estos son robados para ser desarmados y vender posteriormente sus piezas. 

En todo caso, compañeros de trabajo que asistieron al velatorio comentaron que habitualmente la víctima entregaba cantidades importantes de dinero recaudadas al dueño de este móvil.

Es por ello que se cree que en ese momento Ricardo cargaba con una cifra elevada. “Presumimos que personas se habrían percatado de esta situación y se habrían subido al vehículo en ese intertanto con el propósito de encararlo y quedarse con sus pertenencias”, confidenció uno de sus compañeros.

Aníbal Muñoz Zepeda, presidente de la Línea 44, se considera cercano a Ricardo y destacó su lado humano. “Llevaba más de 15 años trabajando con nosotros, era un hombre muy sociable. Así es la vida, siempre se lleva a los mejores. Era un excelente compañero y un gran colaborador”, indicó.