Un vecino del sector de El Olivar, en Coquimbo, cansado de la venta de drogas en su población, dejó el temor de lado para actuar y denunciar de forma anónima el hecho ante la Policía de Investigaciones, que por orden del fiscal Carlos Vidal comenzó la investigación del caso, que terminó con la detención de 11 personas vinculadas a una potente red dedicada a la venta de drogas.
En base a la denuncia, se pudo identificar al primer involucrado en una red de microtráfico en la comuna de Coquimbo, que además develó conexiones con el narcotráfico a través del abastecimiento de grandes cantidades de cocaína base desde el norte del país.
Una denuncia anónima permitió iniciar la investigación que terminó con la detención de un clan familiar de microtráfico.
A este sujeto, un hombre de 30 años de edad, los detectives lo llamaron “Blanco número 1” para efectos de la investigación. Comenzó así un constante trabajo de seguimiento al individuo, que se dirigía hasta otros 11 domicilios de siete sectores de Coquimbo para traficar las sustancias.
De esta forma, el radio de investigación escaló hasta otros seis sectores: San Juan, Punta Mira Sur, Villa Portugal, Sindempart, Rinconada el Sauce y Guayacán, de la comuna de Coquimbo, donde se identificó a los demás involucrados y se constató su participación en el negocio ilícito.
Desde la unidad “Microtráfico Cero” (MT-Cero), el subcomisario Juan Cáceres, de la Bicrim PDI La Serena, describió la investigación como un “trabajo de largo aliento”, para cuyo éxito se requirió el esfuerzo constante de reunir evidencias, antecedentes, seguimiento y establecer conexiones, que permitieran el éxito en la detención y formalización de los sospechosos.
Con nuevos seguimientos, la PDI pudo esclarecer las conexiones entre todos ellos, investigaciones que revelaron relaciones de parentesco y amistad entre los microtraficantes, que tenían una estructura de trabajo establecida y con labores diferenciadas en la adquisición y distribución.
Este trabajo investigativo permitió a PDI llevar a cabo, durante el fin de semana del 3 al 5 de octubre, uno de los operativos contra el microtráfico de drogas más grande del último tiempo en la región, donde más de cien detectives irrumpieron en 11 domicilios de la comuna de Coquimbo, desbaratando un clan familiar dedicado al microtráfico.
De manera casi paralela a estos movimientos, la Brigada Antinarcóticos de la misma institución detuvo a tres sujetos que al interior de una camioneta, que transportaban más de 103 kilos de cocaína base desde la región de Antofagasta, la que sería utilizada para abastecer a los microtraficantes que la comercializan en los barrios de la ciudad puerto.
Estrucutra al descubierto
El inspector Francisco Ramírez, otro de los detectives de PDI que lideró la investigación desde MT-Cero, describió la forma de operar del clan familiar, que a diferencia de otras organizaciones criminales, no tenían intermediarios. “En drogas siempre hay tres niveles de tráfico; primero la persona que adquiere la droga en grandes cantidades, posteriormente hay intermediarios y desde este entran los microtraficantes. Aquí era de forma directa, por tratarse de un clan familiar”.
Las operaciones comenzaban con la adquisición de las sustancias en el norte del país. En base a las investigaciones se pudo constatar que Blanco 1 estaba viajando a la región de Antofagasta junto a otros dos sujetos, que serían primos. Allá, los traficantes conseguían la droga mediante un ciudadano extranjero y las transportaban a la región.
Para evadir el control policial, los sujetos utilizaban el método de “Punta de Lanza”, que consiste en que el vehículo que lleva la droga está siendo constantemente informado sobre los controles carreteros y fiscalizaciones de las policías, por otro vehículo que va en frente, para de esta forma llegar a destino sin ser descubiertos.
Una vez en la región, los sujetos repartían la droga en “casas de acopio”, desde donde se llevaba a su vez a los microtraficantes de la comuna de Coquimbo. En este caso los otros miembros de la familia y amigos.
“Punta de Lanza” es el método que usaban para trasladar la droga desde el norte sin ser descubiertos.
Estos microtraficantes la distribuían a su vez en bolsas o papelillos con dosis de gramos, o incluso kilos, dependiendo de las compras que concretaran. Estas transacciones se realizaban en puntos determinados de venta, que estaban cubiertos por miembros del grupo delictual, que realizaba turnos para que la venta se mantuviera durante todo el día.
Posteriormente, los microtraficantes se dedicaban a cobrar la droga que habían logrado vender y en base a las ganancias y las sustancias restantes, se organizaban nuevos viajes para abastecerse de más insumos.
Este negocio dejaba grandes cantidades de dinero a cada uno de los miembros, en total, la cocaína base decomisada estaba avaluada en cerca de 2 millones de dólares, en base a las proyecciones de venta, lo que permitía a los traficantes darse una vida de lujos.
El perfil de los involucrados es similar: sujetos que adquirían objetos de alto valor sin acreditar ingreso de dinero por trabajo legal remunerado. Los detectives constataron el gran poder adquisitivo de los miembros de la banda en sus allanamientos y también en medio de la investigación.
Poseían autos del año y estarían próximos a renovarlos por vehículos de 2018. Pero no solo eso, la ropa de marca es otro de las principales adquisiciones, en este caso destacan Giorgio Armani, Lacoste, entre otras líneas.
Además de objetos tecnológicos de gran valor, como televisores de último modelo y teléfonos celulares de alta gama y grandes cantidades de dinero en efectivo.
Incluso registraban propiedades en otros lugares de la región, donde destacaban las casas de veraneo equipadas y con piscinas en diversos lugares de la región, todo sin trabajo remunerado. Hechos que también confirmaban su participación dentro de negocios ilícitos.
Operativo exitoso
MT-Cero está dedicada a la investigación del tráfico de pequeñas cantidades de droga, principalmente en barrios de las diferentes comunas, por lo que tras la sospecha de que el blanco principal estaba viajando al norte del país, la unidad coordinó con la Brigada Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones, cuyos detectives se dedican a seguir las redes del narcotráfico.
De esta forma, se planeó un operativo completo, que permitiera detener de manera paralela a toda la red de tráfico. “No sacamos nada con que Antinarcóticos se lleve a alguien que tiene 100 kilos de drogas, porque acá el sujeto al que le vende encontrará otro proveedor”, por lo que la intención era desbaratar toda la red de tráfico, indicó el inspector Francisco Ramírez.
Con un trabajo de seguimiento e interceptación de llamadas telefónicas, los detectives pudieron comprobar sus sospechas de que la droga comercializada estaba siendo trasladada desde el norte del país.
Con todos los antecedentes sobre la mesa, el fiscal Carlos Vidal, persecutor a cargo del caso solicitó la detención de los involucrados. De esta forma, comenzó el operativo el viernes 3 de noviembre, con la detención del blanco 1, junto a otros dos sujetos en el norte del país. En el lugar se logró incautar 103.690,8 gramos de cocaína base, equivalentes a 1.555.362 dosis, avaluadas en más de 1.555 mil millones de pesos.
Los operativos se extendieron hasta el domingo, luego de que la detención de los blancos principales por la Brigada Antinarcóticos diera paso a MT-0 a realizar allanamientos en las viviendas identificadas como parte de la red de microtráfico.
Así, con el apoyo de más de cien detectives, se realizó de forma simultánea el allanamiento a cuatro primeras casas y luego a otras siete. Registrándose en total 8 detenidos: tres mujeres y cinco hombres. Además, como parte de estos operativos, se logró incautar 212,91 gramos de cocaína base, 60,72 gramos de cannabis sativa, avaluadas en la suma de $3.554.590 y diversas armas de grueso calibre.
Con miras al juicio oral
Tanto desde PDI como de Fiscalía indicaron que el arduo trabajo para levantar pruebas concretas fue crucial para el éxito del operativo. De la misma forma, el fiscal Carlos Vidal, a cargo del caso, indicó que los medios de prueba son fundamentales para obtener buenos resultados en el juicio oral.
En general, indicó el persecutor, en casos de tráfico de drogas las sentencias son bastante adecuadas al delito, pero además se debe tener en cuenta los antecedentes generales del caso y los particulares de cada imputado.
En aspectos generales, la pena establecida para estos delitos comienza en los 5 años y 1 día y termina en 15 años en caso de tráfico de drogas. “A eso hay que sumar otros aspectos, como lo son las modificaciones de responsabilidad penal. Por lo menos uno de los imputados que fue formalizado tiene la agravante de haber sido condenado anteriormente por delitos de la misma especie”.
Este antecedente impediría que se le aplique la pena mínima, arriesgando desde 10 años y 1 día de presidio, “A lo hay que sumar la tenencia ilegal de armas de fuego y la formalización por acción ilícita”. Por lo que las penas podrían aumentar a 10 años y un día para cada delito.
Sin embargo recordó que para el juicio oral se deben tener otras circunstancias en consideración, “por ejemplo si deciden cooperar esas figuras podrían permitir rebajar un poco la pena, de lo que es 5 años y un día hacia arriba”.
En el caso de los imputados por el tráfico ilícito de drogas en pequeñas cantidades, las penas comienzan en los 641 días y terminan en los 5 años, “A ello hay que sumar las otras formalizaciones, que para cada caso habrá que seguir en detalle”, finalizó.
Mientras se espera que llegue a esa instancia, para la cual se fijó un plazo de 60 días de investigación, los principales imputados, cabecillas de la banda, se encuentran en prisión preventiva, mientras que otros miembros que tenían la función de colaborar y no registraban antecedentes penales quedaron con arresto domiciliario total. 6301R
Efectividad de la denuncia
Los detectives de la unidad MT-Cero evaluaron de manera positiva los resultados obtenidos en el combate al microtráfico tanto a nivel nacional como regional. En este sentido indicaron que los oficiales policiales trabajan en base a instrucciones de la fiscalía, las que generalmente se dan luego de una denuncia ante los funcionarios.
La denuncia anónima de un vecino del sector de El Olivar en Coquimbo fue clave, gracias a este antecedente la PDI pudo desbaratar una gran red de microtráfico de un grupo familiar. El subcomisario Cáceres indicó que todo aporte que puedan hacer los vecinos es fundamental.
“Es vital para la investigación, ya que son estos antecedentes lo que nosotros podemos concretar en una investigación”, comentó. En este sentido hizo un llamado a realizar denuncias ante las policías, para lo cual los detectives se reservan la identidad de los denunciantes.