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cedida
El salvaje crimen ocurrió en el centro de Concepción y quedó al descubierto cuando la víctima fue vista tendida en la calle.

El salvaje crimen ocurrió en el centro de Concepción  y quedó al descubierto cuando la víctima fue vista tendida en la calle Tucapel, unos 30 metros antes de llegar a Barros Arana, donde una escalofriante mancha rojiza ofrecía una idea de las demoledoras heridas sufridas en la cabeza.

Para provocar las lesiones él o los implicados usaron un palo rectangular, de medio metro de largo, con clavos en las puntas, el que quedó abandonado junto al agonizante herido, quien fue llevado al Hospital Regional a las 04:30 horas y cuyo deceso se constató dos horas después.

En este contexto, el Ministerio Público instruyó diligencias a la PDI, desde donde informaron sobre las primeras diligencias que llevan a cabo la Brigada de Homicidios (BH) y el Laboratorio de Criminalística (Lacrim).

“Estamos empezando a trabajar en el principio de ejecución, investigando cámaras de seguridad que hay en el sector, empadronamiento de personas para poder obtener la identidad del imputado”, detalló el comisario Claudio Ortiz, quien confirmó que la víctima tenía “varios golpes” en su cabeza.

En tanto, el seremi de Desarrollo Social y Familia, Alberto Moraga, confirmó que el joven fallecido era usuario de la red que ayuda a personas en situación de calle.

“Es una situación que nos entristece, es un hecho presuntamente delictual, no sabemos cuál es la naturaleza, causa o motivo de las lesiones… debe investigarse con la misma rigurosidad que cualquier otro caso, las personas en situación de calle merecen dignidad”, recalcó la autoridad.

La víctima (28) deambulaba por ese sector de forma periódica, con su inconfundible vestimenta asociada a la cultura punky.

A veces tenía arrebatos que atemorizaban a los transeúntes, pero no era un buscapleitos, aseveró Feliciano Muñoz, dueño del quiosco de la esquina y quien conocía desde hace tiempo a Carlos.

“A veces andaba tranquilo, otras veces era muy agresivo, andaba agresivo con la gente, pero no para pelear sí. Siempre hacía cosas raras (…) Lo lamento por él porque era joven”, indicó el kiosquero.

Los detectives buscan imágenes captadas por cámaras de seguridad de los locales o edificios cercanos para obtener pistas que conduzcan al esclarecimiento del crimen y la identificación de los responsables.

 

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