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En la región, empresas fantasmas y otras de “fachada” que emitían boletas falsas, facilitaban la acción de una banda que lograba blanquear oro proveniente del Amazonas. Sin embargo, desde la PDI aseguran que la red puede ser aún más extensa y compleja.

Durante la semana pasada, un hecho marcó la pauta noticiosa policial del país. Se trató de la denominada “Operación Rey Midas”, que durante meses fue desarrollada en forma sigilosa y bajo total secreto por parte de la Brigada de Activos de la Policía de Investigaciones de Chile.

La incautación de más $12 mil millones en efectivo, oro de alta pureza en diferentes presentaciones, más otros bienes cuantiosos, dejaron en evidencia un “Cartel del Oro” que se extendía por diversos puntos del país y que tuvo como resultado la detención de 35 personas. Entre ellos, cinco vinculados a la Región de Coquimbo. Todos poseían una enorme cantidad de efectivo y otras especies.

Una amplia red de influencias, de personas de buena situación económica, conformaron además un entramado de empresas de papel y otras de fachada, para transformar a Chile en un país de paso para finalmente “exportar” estos minerales de gran valor, principalmente a los Emiratos Árabes Unidos.

 

Nuevos antecedentes

Quien conoce de primera fuente esta investigación es el inspector Óscar Gutiérrez, jefe de la Brigada de Lavado de Activos (Brilac) de la Policía de Investigaciones, que en conversación con diario El Día, profundizó en el modus operandis de esta organización y explicó cómo sus redes fueron llegando a Chile y poco a poco hasta la Región de Coquimbo.

“Se nos encomendó la misión de e investigar este caso. Esta organización nace a fines del 2019 por una denuncia que realizó el Servicio Nacional de Aduanas a la Fiscalía, la que generó la orden de investigar, en específico a la Brilac Metropolitana”, señaló el detective, quien reafirma que se trata de una gran organización con un amplio alcance.

 “En un principio, la denuncia ligaba a una sola ‘familia’ u organización en particular, y que estaba efectuando grandes exportaciones de oro hacia Dubai y Suiza. Nosotros comenzamos a investigar y nos dimos cuenta que el origen del problema radicaba en Sudamérica, específicamente en el Amazonas, donde el crimen organizado mantiene a personas prácticamente esclavizadas, sacando día y noche oro de los ríos. Por sus características físicas y geográficas, ese oro alcanza una alta pureza, por sobre el 95%. Por tanto, el delito en sí nacía en el extranjero y Chile se estaba transformado en un país de paso para el material que posteriormente se exportaba, en forma legal y con papeles, pero hay otras situaciones irregulares”, acotó.

 

Un negocio lucrativo

Las personas involucradas, tanto en Andacollo y Coquimbo como en Serena Golf, poseían altas sumas de dinero a razón de estos negocios. En algunos casos, era tanto el efectivo que no tenían certeza de cuando circulante era. No se trata de una organización criminal tradicional.

“El oro ingresaba por el norte del país, y en la medida que avanzaba hacia Santiago, aparecían distintos actores o imputados”, afirmó el inspector Gutiérrez.

En ese contexto, el jefe de la Brilac sostuvo que la Región de Coquimbo era muy importante para la puesta en marcha de estos planes. “La comuna de Andacollo es conocida por la extracción de oro, y uno de los imputados de esa comuna era un proveedor del imputado principal. Este oro ilícito lo justificaba con diferentes empresas dedicadas al rubro minero. Esta persona vendía altas sumas de oro al imputado principal, entregándole cada dos semanas cerca de tres kilos, lo que es equivalente a 150 millones de pesos. Y así, en forma constante lo estuvo abasteciendo durante mucho tiempo”, señaló el detective.

Cabe indicar que cuando esta persona recibía los pagos de dinero para poder justificar esas altas sumas, desviaba esos fondos hacia dos empresas de explosivos que creó. “Este sujeto operaba junto a toda su familia, que en la zona tienen relación con el rubro minero, por lo que es natural que tengan mucho movimiento. Pero, ellos crearon esas empresas sólo para poder lavar los dineros que venían por la venta del oro ilícito. Así lograban, al menos un poco, justificar esas altas sumas de dinero en su cuenta. De manera posterior, se contactaba con una persona de nacionalidad argentina, que cuenta con unas empresas del rubro minero, quien le entregaba la factura ideológicamente falsa. Es solamente el papel para poder justificar”, aseguró el inspector.

Cabe destacar que a cambio de esas facturas, al empresario se le pagaba una “comisión” y en su contabilidad aparecía con mayores ventas, con lo cual podía lucrar y obtener créditos. “Así fue como esta persona logró comprar un velero de 100 millones de pesos, un buggie de $20 millones o motos para sus hijos. También adquirió una casa avaluada en $300 millones en el sector de Serena Golf, además de vehículos de lujo”, acotó el jefe de Brilac.

Otro hecho al menos curioso es que la policía civil pensaba que se encontrarían con cerca de una tonelada de explosivos en Andacollo “lo que les permitía moverse y lavar el dinero. No obstante, nosotros incautamos 12 mil kilos de explosivos. Por tanto, fue un 120% más de lo que proyectábamos”.

 

Graves delitos en cuestión

Son varios los hechos reñidos con la ley los que podrían estar involucrados a la vista de estos sucesos, donde la Región de Coquimbo tiene un importante protagonismo. Pero la línea más relevante dice relación con los delitos tributarios en cuestión. Esto, porque las exportaciones al salir en forma legal del país, no dejaban espacio a dudas, pero las facturas y boletas emitidas eran ideológicamente falsas.      

“Esta organización, además de exportar el oro, de forma posterior solicitaba de manera fraudulenta la devolución del IVA exportador, lo cual alcanzó una cifra aproximada de $3.100 millones. Por eso estamos trabajando en línea de los delitos tributarios, porque son operaciones ficticias que le sirvieron a todas las empresas para ir justificando el IVA”, aseguró el inspector Óscar Gutiérrez.

Es importante señalar que esta organización contaba con empresas de papel, pero se dio una situación aún más curiosa en la comuna de Combarbalá. “Había una empresa que supuestamente hacía el prerrefinado del oro, en el marco de una trazabilidad falsa. Lo cierto es que la empresa existía físicamente, pero se encontraba en situación de abandono, pues no funcionaba, no tenía camiones, no había personal. En definitiva, existía sólo para generar los documentos tributarios y así justificar que se trataba de oro chileno. Pero como sabemos, el oro que se exportaba tenía una pureza de casi un 99%, y según estudios de Sernageomin, el oro nacional no supera el 88% de pureza”, acotó el detective.

 

Nexos investigativos

Todo indica que este negocio tiene un enorme alcance, el que supera largamente las fronteras de Chile. Consultado si las investigaciones podrían tener ribetes internacionales, el jefe de la Brilac sostuvo que “es importante considerar que los carteles están invirtiendo en oro porque ocupa menos volumen y es irrastreable. Hasta el día de la formalización de los sujetos involucrados, nuestra investigación estaba bajo secreto, por tanto no se podía realizar ninguna coordinación con las policías ni organizaciones foráneas. En las actuales condiciones, la Fiscalía podría coordinar acciones con sus pares en el extranjero para solicitar información, ya que es un fenómeno mundial”.

 

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