Pedro Velásquez: "Hoy día yo no estoy para hacer pactos”

Bastó que ingresara a un restaurante de Peñuelas para que una de sus dependientes lo abrazara y felicitara por su triunfo. “No ve que resultó, todavía la gente se acordaba de usted”, le replicó. Es viernes por la noche y el electo diputado Pedro Velásquez Seguel elige ese lugar para conceder una entrevista a diario El Día donde repasó su triunfo en las pasadas elecciones parlamentarias. 

Se advierte sereno. A ratos intenta ser crítico, pero se contiene. Asegura que se ha juramentado a sólo dedicarse a su labor de diputado y colaborar por la región. Pero, además, insiste en que comenzará la ofensiva para tratar de reivindicar su nombre y lograr que en el futuro pueda volver, incluso, a la alcaldía de Coquimbo. Confiesa que es lo que más desea. 

Aseguró que hace cuatro meses había descartado toda posibilidad de postular al Parlamento, pero la insistencia de sus electores por las redes sociales lo alentó. “Con un clan familiar iniciamos este proceso, no fue fácil, teníamos muy pocos recursos, pero mucha ayuda de gente voluntaria. No teníamos publicidad en los principales medios de comunicación. Sacamos una folletería que al final se terminó, pero ideamos el sistema puerta a puerta, boca a boca y otras iniciativas de gente joven que nos colaboró. Comprábamos helados y les pegábamos adhesivos y los regalábamos. Fue una campaña creativa, pero finalmente la gracia de Dios es superior y ahí están los resultados”. 

- ¿Pensaba que la gente, sobre todo de Coquimbo, aún lo apoyaba y recordaba?, porque la reelección del 2013 la perdió

“Pienso que influyó la crisis que tiene la política donde en la misma región se han visto involucrado parlamentarios, directa o indirectamente. Y una política a nivel nacional donde se está desenmascarando, como Soquimich y la gente entendió que lo que a mí se me acusaba no era nada comparado con lo de ellos. Lo otro que influyó fue la gestión municipal, donde la gente me paraba en la calle y me decía ‘don Pedro, mire la basura, la ciudad está cochina’, nadie nos atiende, nos pelotean’. Pero, jamás hablé mal del alcalde, siempre decía que el pueblo tiene los gobernantes que se merecen y también hubo un tema de añorar lo que había sido el pasado”. 

- Cuando plantea que tiene un plan personal, ¿es limpiar su imagen?

“Más que limpiar mi imagen porque a esta altura no tiene sentido porque ya me la han lavado con cloro y Omo, lo que tiene que quedar de manifiesto es la verdad. La colusión, la omisión intencional de abogados, de testigos y una Fiscalía que para poder ganar un juicio puede pactar hasta con el mismo diablo. Pero, tampoco pretendo hacerlo de una manera odiosa. Aquí hay dos personas responsables y la que menos (culpabilidad) tiene es la de Evelyn Matthei, pese a que dirigió el tema.

Ella fue un instrumento para recibir una información, la canalizó mal, no investigó porque estaba usando una estrategia de cómo acusarme. La idea es reivindicar que eso no fue un delito y segundo, mi familia, mis hijos; y tercero, con la comunidad, donde ha existido un alcalde con defectos y virtudes y la forma de sacarlo fue la más fácil, porque por una elección no me iban a sacar”. 

- ¿Esta alta votación fue una forma de reivindicarse?

“Sí, la vez anterior perdí por menos de 800 votos producto de una contracampaña de los dos grandes poderes fácticos que son la Nueva Mayoría y la derecha”. 

-¿Tampoco llega con sed de venganza?

“No, ya pasó esa época”. 

NO MÁS MONIGOTE

- En el 2009 está en la retina lo que hizo entre la primera y segunda vuelta, cuando apoyó a Eduardo Frei Ruiz-Tagle, ¿en esta oportunidad hará lo mismo por Alejandro Guillier o Sebastián Piñera?

“Haberle entregado el apoyo a Eduardo Frei Ruiz-Tagle fue un error y una de las cosas de las que me arrepiento, porque eso significó el abrazo del oso. Hubo un acto (apoyo) en el Barrio Inglés, pero después perdió y luego el ataque fue peor”. 

- ¿Se sintió utilizado?

“En el fondo fui un monigote utilizado, que es lo mismo que quieren hacer ahora”. 

- ¿Lo han llamado de ambos comandos?

“El comando de Guillier me había estado llamando, pero no estoy en esa”. 

- ¿Si lo llaman del lado de Sebastián Piñera?

“Igual, porque no tuvieron ninguna piedad, habiendo tenido un pacto con ellos en respetar la vicepresidencia (2012). Pero cuando se junta la derecha y la izquierda jamás serán vencidas, por lo que lograron su objetivo”. 

- ¿Tras esa operación quedó golpeado?

“No sólo marcado, sino que también enfermo, porque no puedo entender hasta donde llega esa capacidad de hacer daño y de no informarte. Pero hoy día yo no estoy para hacer pactos. Quedo absolutamente en libertad y con la experiencia que ahora tengo, esa libertad tendrá un condicionante y un precio y olvidarse de esa solemnidad de cuidarse entre parlamentarios”. 

- El diputado electo Juan Manuel Fuenzalida deslizó que con usted la derecha tenía cuatro diputados…

“No, él no tiene ninguna autoridad (para decir eso), porque que yo sepa no hay ninguna reunión donde me lo hayan pedido. Y si hubiese existido un calendario o a lo menos una reunión antes, creo que ahí se desesperan. Una cosa es que confundan la amistad y amabilidad que uno tiene con ellos y se sumen a un carro político donde soy el menos indicado en subirme”. 

-¿Qué tiene que ocurrir para apoyar a uno u otro sector?

“No, yo no firmo nada, pero sí tengo que claro que no seré oposición a ninguno de los dos gobiernos, porque ahí se pierde el sentido de servir a tú patria y cuando se dé la oportunidad de que mi voto sea fundamental tengo muchos proyectos que se pueden respaldar. Por ejemplo, el hospital regional Tipo 1 ubicado en La Serena y que tenga todas las comodidades y posibilidades. El proyecto de la Doble Vía hacia Vicuña”. 

- ¿No ha tenido la fuerza para armar un movimiento propio como lo intentó a principios del 2000?

“La verdad es que nunca lo hice por mi estado anímico, mi opción es que existan diputados regionales”.

- ¿En esta segunda oportunidad intentará no cometer los errores de su primer periodo?

“Voy al Congreso con una misión y en el interior iremos viendo, pero daré a conocer las cosas que no están bien. Por ejemplo, algunos políticos hablan por la TV, pero después que desarman el escenario, se ríen de todos. Pero también intentaré sacar algunos proyectos que quedaron y duermen en el Senado, como el Día Nacional de la Familia”. 

- ¿Advierte que en esta oportunidad se le abre la opción incluso de una senaduría, por el cuadro que se proyecta?

“Es verdad, se abren posibilidades, no tan sólo para el Senado, sino que también para una alcaldía o si se promulga la ley de gobernadores regionales. Eso me seduce para hacer cosas, porque esta región está inoperante y no lo digo por la figura del intendente, sino que por la estructura. Hay una clase política que está cansada y que lleva mucho tiempo en el poder, que no tiene creatividad y no hay una pizca de innovación.

No hay una política de traer inversiones, de fortalecer el tema científico. Una región donde no llegan los grandes encuentros o seminarios y congresos. Es una región a la que le falta mucho. Por ejemplo, en la explotación de sus recursos naturales vemos el caso de Dominga,  por cálculos políticos o egoístas. El PPD es la fuerza ecológica más importante, pero se pierde una cantidad importante de empleos”. 

- Si se da la oportunidad en el Congreso, ¿apoyaría el proyecto Dominga?

“En la medida que se pueda, por eso hablo de los diputados regionales para dejar estos proyectos en la zona. Por ejemplo, en el tema de salud no es posible que Salamanca o Illapel no tengan escáner ”. 

- Esta oportunidad de llegar nuevamente al Parlamento, ¿la toma como una nueva resurrección?

“Es que en cada momento uno resucita, por ejemplo cuando una pequeña está enferma y se mejora. Pero, tampoco es con el estilo que aquí llega Pedro  y de creerme el dueño de la verdad. Hoy vengo a servir, sé que aquí hay un propósito. La justicia tarda, pero llega”.

- ¿Qué le dice a la gente que aún no le cree que no tiene recursos?

“La gente vive mucho de los mitos urbanos”.