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Efe
La Cancillería chilena invitó a Nicolás Maduro al cambio de mando a realizarse el 11 del próximo mes, suscitando gran cantidad de críticas tanto a nivel nacional y regional. Además, la ciudadanía también tiene una opinión dividida.

"No puede entrar ni al suelo ni al cielo porque no será bienvenido", fueron las declaraciones que emitió la primera ministra peruana, Mercedes Aráoz, tras reiterar que el Gobierno de Perú no permitirá el ingreso del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, al país para asistir a la Cumbre de las Américas a realizarse en abril en Lima.

Estos dichos provienen después de casi dos semanas, cuando la Cancillería chilena extendiera la invitación al Jefe de Estado de Venezuela para asistir el próximo 11 de marzo a uno de los actos republicanos donde los valores democráticos de una nación se ven reflejados: el cambio de mando presidencial.

Lo que dijo Aráoz refleja la opinión que tiene gran parte de la ciudadanía regional y la de autoridades de la zona que están en contra de la supuesta venida de Nicolás Maduro, además de cómo el Gobierno chileno manejó la situación. Sin embargo, las opiniones respecto a su invitación y su eventual visita a Chile se dividen, ya que por ser un tema protocolar de Estado, la presencia del mandatario durante el evento a realizarse en marzo, podría ser considerado una contradicción democrática, y por otros como un acto republicano al cual deben asistir todos los presidentes que han sido electos por vía democrática independientemente de los cuestionamientos.  

¿QUÉ PIENSA LA GENTE?

De un total de 50 personas encuestadas en la Plaza de Armas de La Serena, 27 estuvieron en contra de la invitación que se le extendió a Nicolás Maduro para asistir al cambio de mando. Es decir, el 54% contestó que no fue apropiado extenderle la invitación y el resto manifestó que está bien que se le invitara.   

Dentro de las respuestas que rechazan la acción del Gobierno en esta materia, argumentaban que su negativa se debe a que “sería un visto bueno a la administración de Maduro”, que “nosotros ya pasamos por una dictadura y sabemos de lo que son capaces los dictadores” o que su venida “podría contagiar al Gobierno de tomar el mismo rumbo”. También, algunas opiniones dejan atónitos a quien las escucha, como por ejemplo: “ya tenemos a muchos venezolanos, ¿para qué queremos a otro más?”.

Por otra parte, los que dijeron estar de acuerdo con la invitación decían “compartir la ideología con el Gobierno de Maduro”, “necesitamos dejar los conflictos de lado para mantener relaciones diplomáticas” o “porque fue democráticamente electo y se merece ser parte de estos actos”.

A pesar de lo que contestó la ciudadanía en primera instancia, las opiniones ampliaron su diferencia levemente respecto a que si consideran pertinente que Nicolás Maduro debería venir a Chile por ser invitado.

Dentro del mismo universo, 29 personas consideraron que no sería pertinente que viniera, es decir, el 58% de los encuestados. Mientras que un 42% seguía apoyando la invitación y que además el mandatario debería aceptarla.

En las opiniones que respectan a una aprobación de la invitación pero que el Jefe de Estado debiese rechazarla (4%) se encuentran argumentos como: “está bien extender la invitación por diplomacia, pero él no debería dejar su país en ningún momento por la crisis que está viviendo Venezuela” o “porque es un acto republicano democrático y éste es un dictador”.

VENEZUELA PRESENTE

Johana Fernández es una periodista venezolana, llegó en diciembre de 2016 a la Región de Coquimbo en busca de nuevas oportunidades.

Al preguntarle si está o no de acuerdo con una eventual venida del presidente de su país, responde que entiende que la invitación fue extendida por un tema protocolar. Sin embargo, como todo en su país está tan complicado, piensa que Maduro no debería venir “para que se ocupe de los problemas reales que atraviesa Venezuela”.

 A Johana no le parece bien que se le haya extendido la invitación por sólo protocolo, porque piensa que a pesar de que Chile ha estado presente en diálogos venezolanos a modo de observador, también critica la postura neutral que ha tenido el país respecto a esta situación. “No saben realmente cómo se vive la política y la democracia allá, entonces verlo desde afuera puede resultar muy fácil decir que lo van a conversar u observar, pero el problema seguirá allí si no se ponen firmes”.     

Además, agrega que si Maduro llegase a venir habría una contradicción entre lo que significa un cambio de mando ejecutado por vías transparentes y democráticas con la presencia de un “dictador”. “Aquí todavía existe respeto por el otro, así piensa distinto o no, las diferencias de algún modo se respetan. En mi país eso no sucede”.

Gabriela Alcalá, de profesión abogado, lleva cinco meses en Chile y al igual que muchos otros inmigrantes, vino al país en búsqueda de mejores circunstancias.

Comenta que si Maduro viniera, estaría lejos de considerarse un avance, sino,  que sería un “retroceso absoluto en la ideología de Nicolás Maduro y también en la amnistía internacional”.

Con una evidente angustia marcada por su tono de voz, manifiesta que no fue pertinente la invitación que se le extendió a Nicolás Maduro para estar presente el próximo 11 de marzo. Esto se debe a que la única solución que tienen los venezolanos, tanto los que están fuera o dentro de Venezuela, es el “ojo de la comunidad internacional”. “Y lo que hace esta invitación, es prácticamente legitimar un Gobierno dictatorial, mientras este (Nicolás Maduro) viola todos los derechos legales, constitucionales y humanos”.

OPINIONES DIVIDIDAS

El Intendente de la Región de Coquimbo, Claudio Ibáñez, dice que hay que saber distinguir entre la postura personal respecto a la figura de Nicolás Maduro con la visión de Estado que se debe tener en relación a las invitaciones internacionales. “La Cancillería no puede dejar de lado el protocolo y se le debe invitar a todos los presidentes a este tipo de actividades por ser políticas de Estado”, dice Ibáñez.

Según él, el canciller Heraldo Muñoz ha sido muy claro respecto a la postura que tiene el Gobierno en cuanto a la situación del país caribeño. “Lo que puedo señalar es que el ministerio de Relaciones Exteriores y la diplomacia chilena tiene la obligación de invitar a todos los presidentes, da lo mismo si estoy de acuerdo o no, se le debe invitar a todos los países siempre”, sentenció el Intendente.

El diputado de Renovación Nacional (RN), Francisco Eguiguren, considera que es una “muy buena oportunidad” para que Maduro venga al país por tres razones: “para que se pueda reunir con los miles de venezolanos que se han ido de su país por un Gobierno de hambre que él ha liderado, para que tenga la oportunidad de saber cómo es la izquierda democrática y para que se dé cuenta lo que es un sistema democrático de verdad donde existen elecciones libres e informadas donde se respeta la opinión de la ciudadanía”.

Además, señala que el presidente venezolano es una persona “básica” y que no le extrañaría que “no tenga idea” de cómo funciona la democracia en otros lados.

Eguiguren recalca que Nicolás Maduro “representa los antivalores de la democracia” y si es que llegase a venir “sería una excelente oportunidad para que él se reúna con los venezolanos que han escapado de su Gobierno por generarles hambre y mucha injusticia”.

El representante de RN sentencia diciendo que “hay que ser consecuente” y que si  “este Gobierno tuviera los pantalones y la fortaleza para hacerse respetar no lo hubiese invitado”. También, se pone en un ficticio escenario donde si de él dependiera, “yo habría tenido los pantalones bien puestos y un mínimo de respeto por las ideas que Chile representa y no lo hubiese invitado”.

El exintendente de la Región de Coquimbo y actual diputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Sergio Gahona, considera que hay cuestiones que son de Estado y que efectivamente se tienen que considerar como tal.

“A mí me parece que lo prudente sería que el mismo presidente Nicolás Maduro no viniera pero por una decisión de él,  que no obligue a Chile tener que prohibirle que venga”.

Gahona enfatiza que le gustaría que el Jefe de Estado del país caribeño “reaccionara” y no viniera, “porque no es bienvenido por sus características anti democráticas”. Sin embargo, considera que sería bueno que en vez de venir él, Venezuela envíe a un representante.

Defiende su postura manifestando que no sería lo mismo recibir a un representante que al mandatario. “Porque una cosa es el Estado de Venezuela y otra es el señor Maduro. Por lo tanto cuando estamos hablando de una actividad de Estado, se está considerando a todo Venezuela y no solamente a su presidente”.

El diputado finaliza recalcando que “nosotros estamos en contra de las características anti democráticas de Maduro y no en contra del pueblo venezolano”. Además, Gahona considera que “algo de inteligencia tiene y creo que no va a venir”.

Matías Walker, diputado de la Democracia Cristiana (DC), manifiesta que como partido han manifestado que Maduro no es bienvenido ya que el cambio “por naturaleza” es un asunto que simboliza la democracia “y esto es todo lo contrario sobre lo que está pasando en Venezuela”.

Walker complementa con información y apuntando en contra del Partido Comunista (PC) chileno, manifestando que “allá hay cifras récord de hambruna y desnutrición infantil, por lo que nos causa más rechazo aún la defensa que ha realizado el PC de la dictadura del mandatario venezolano y los hemos acusado de tener un doble estándar en materia de derechos humanos”.

El canciller Heraldo Muñoz ha dicho que por protocolo se le debe extender la invitación a cada Jefe de Estado, pero también que cada presidente debe evaluar si es bienvenido o no. “Siendo este un claro mensaje de que Nicolás Maduro no es bienvenido y aun cuando por protocolo se le debe invitar, él debería tomar la decisión de no venir”.  Pero si llegase a visitar Chile, cosa que el diputado ve poco probable, “le vamos a manifestar en el Congreso Nacional todo lo que le quieren decir los miles de venezolanos que están en nuestro país. Porque en Venezuela no tienen la capacidad de hacerlo, sino, se les castiga y se les reprime”.

El parlamentario DC considera que la mejor salida para que el Gobierno deje de recibir críticas con respecto a la invitación que extendió, “sería que Cancillería diga que si bien por protocolo está obligada a invitar a todos los presidentes, en el caso de Nicolás Maduro no es bienvenido, punto”. 

En la otra vereda, el diputado por el Partido Socialista (PS), Raúl Saldívar, considera que la invitación es “absolutamente procedente” de acuerdo a las normas protocolares pero ve poco posible que esté presente para el cambio de mando. “Yo no veo que el escenario sea propicio para una visita con un presidente que hasta este minuto está en una situación controversial, de manera que no me haría mayores problemas sobre el tema”.

PC A FAVOR DE INVITAR A PRESIDENTES DEMOCRÁTICOS

Para el Presidente Regional del PC, Gonzalo Escorza, la invitación al mandatario venezolano es correcta, ya que el partido considera a Maduro como un presidente electo bajo las vías democráticas “independientemente del cuestionable proceso electoral”.

Dice que el cambio de mando permite fortalecer relaciones diplomáticas y que “entramos a la lógica de diferenciar las invitaciones no se le tendría que haber invitado a Bolivia que hasta una demanda nos tiene, y Venezuela no nos tiene ninguna”.

Escorza manifiesta que se podría estar discutiendo eternamente sobre los valores democráticos, “porque bajo esta lógica tampoco podría venir ningún representante de Estados Unidos, Raúl Castro, o tampoco debería venir Pedro Pablo Kuczynski por haber liberado a un asesino como Fujimori”.

Agrega que el PC, aboga por una salida institucional de la crisis venezolana, y si la Asamblea Nacional Constituyente (de mayoría absoluta oficialista), determina realizar las elecciones, están por la “autodeterminación de los pueblos”. “Pero estas próximas elecciones será un proceso de salida, independientemente sea el resultado, si gana Maduro bien y si pierde, mal por Venezuela”.

LA CRISIS VENEZOLANA

Venezuela atraviesa la mayor de las crisis sociales y económicas que ha vivido. Con una inflación sobre los 2.000%, sus ciudadanos tienen pocas opciones para obtener insumos alimentarios y médicos. Con el rechazo aproximado del 80% del pueblo venezolano a su presidente Nicolás Maduro, son recurrentes las protestas que alegan las injusticias y la incesante vulneración a los derechos humanos por parte de la administración chavista.

Esta situación ha provocado que el país caribeño esté en el ojo de la comunidad internacional: la Unión Europea, Estados Unidos y el Grupo de Lima están constantemente manifestándose en contra del presidente que según muchos, disfraza la dictadura con democracia.

El hecho que en el último tiempo ha tomado más revuelo fue la decisión oficialista de adelantar las elecciones presidenciales para el 22 de abril, donde el candidato que actualmente preside el país tiene el camino despejado para ser reelecto. Esto, porque la oposición se está negando a participar por considerarlos unos comicios sin garantías democráticas.  

 

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