Accidente aumenta preocupación por práctica irresponsable de Escalada en roca

Lucía Díaz G

El pasado 23 de septiembre, Luis Rivera, estudiante de Educación Física de la Universidad Central, se juntó con su compañero Francisco Díaz y su profesor de la asignatura de escalada Sebastián Cruces, para practicar la disciplina en roca, actividad que terminó con el joven gravemente herido al caer de cuatro metros de altura.

Como ya era habitual, se reunieron en la tradicional zona de escalada de la región, ubicada en el Fuerte Lambert de Coquimbo, más conocida como “Monsters”. Pese a que los alumnos estaban acompañados por un docente del establecimiento, se trató de una iniciativa externa a la universidad, realizada en la semana de vacaciones con motivo de fiestas patrias.

 “Hicimos calentamiento previo y revisamos el equipo. Luego evaluamos la ruta que íbamos a escalar. Luis y Francisco suben y cuando bajan decidimos cambiarnos a una más compleja. Yo soy el primero en subir por el grado de dificultad, y al rato estábamos los tres arriba de la roca a unos 30 metros de altura”, relata Sebastián Cruces, profesor de Educación Física de la Universidad, quien cuenta con un certificado técnico en escalada.

“Alrededor de las 17 horas, fuimos a una ruta más fácil. Yo me tenía que ir así que ya me había desequipado. Ambos suben y cuando Luis baja, se veía un poco nervioso. Estando en el punto culmine de 15 metros, baja rápido y se olvida de cerrar un seguro que se deja en la roca, denominado maillón, por lo tanto éste perdió efectividad”, agrega.

En el momento de su descenso, Luis, quien era ayudante de la asignatura de escalada de la universidad, cae en el último anclaje de cuatro metros, ya que la cuerda se tensionó. “Empecé a evaluar por qué había ocurrido el accidente y lo primero que hice fue mirar el nudo del arnés, que estaba bien hecho. Luego me encuentro con el maillón en el piso y me doy cuenta que nunca estuvo cerrado”, cuenta Cruces.

El joven de 22 años nunca perdió la conciencia, por lo que se dio cuenta cuando perdió la sensibilidad de sus piernas. Minutos después del incidente, llegó personal del Cuerpo de Bomberos y lo trasladaron al Hospital de Coquimbo.  Producto del impacto, Luis Rivera sufrió una luxofractura a nivel cervical, que lo tuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos hasta que fue sometido a una operación el domingo pasado.

En conversación con El Día, Robinson Aravena, Subdirector de la Carrera Pedagogía en Educación Física, aclara que “el accidente ocurrió fuera de las actividades de la cátedra. Hace 10 años tenemos implementada esta disciplina y jamás se ha registrado un hecho lamentable, ya que contamos con todos los elementos de seguridad”, agregando que “lo asociamos a un error netamente humano”.

En relación al estado de salud del joven, comenta que “se encuentra estable, está recuperándose, siempre existe el riesgo que quede tetrapléjico, pero aún no existe un pronóstico definitivo”. Además, confiesa que “esto nos ha conmovido como universidad y desde el primer día hemos estado en contacto con la familia. Hemos intentado brindarles apoyo económico y facilidades académicas”.

Sobre la asignatura que dictan, sostiene que “pertenece a un núcleo de deportes individuales, no es una rama de escalada. No apuntamos a la escalada deportiva, apuntamos a que nuestros alumnos manejen estrategias metodológicas en base al desarrollo de habilidades motrices”, agregando que “primero practican en muros artificiales con la supervisión adecuada, y cuando ya están preparados se les lleva a terreno”.

Malas prácticas

Según comenta Fabián Lara, escalador aficionado desde el 2011, quien también es administrador de proyectos de ecoturismo en Duoc UC, estos accidentes responden a “malas prácticas provocadas generalmente por los mismos afectados, ya que existe una seria responsabilidad de instruirse técnicamente y asesorarse por profesionales competentes en el tema”.

Producto de la masificación del deporte, explica que “hoy en día es más fácil acceder a la disciplina, ya que existen gimnasios de escalada que permiten una entrada directa a esta práctica, lo que no quiere decir que es responsabilidad de éstos, ya que al ser un deporte de riesgo, el hecho de no saber maniobrar correctamente el equipo puede desencadenar en un accidente”.

“Años atrás, cuando no se trataba de una moda, lo normal era tomar un curso de escalada o instruirse con gente asociada a la materia y posteriormente poner en práctica los conocimientos en la roca”, agregando que “una cosa es saber mover las extremidades dentro de la roca, y otra muy distinta es utilizar el equipo de manera adecuada”, agrega. 

Pese a que considera excelente la iniciativa de algunas universidades que cuentan con talleres de escalada, deja en claro su preocupación a que “muchas veces se trate como un ´hobby`, lo que genera que cualquier alumno se sienta capacitado para escalar, y es ahí donde se radican varios errores que terminan en situaciones lamentables”.

Fabián Lara aconseja que con el fin de evitar accidentes, es de suma importancia asesorarse con personal capacitado. “Esto no significa pedirle ayuda a un amigo, se requiere aprender técnicas con algún instructor certificado. Existe una responsabilidad de los profesionales en la disciplina y en los recién iniciados a tomar con seriedad el deporte”, enfatiza.

Aprendizaje autodidacta

“Aparentemente aquí los jóvenes aprenden en un gimnasio y después evidentemente nace la inquietud y salen a las rocas. En este tipo de actividad, el crecer de manera autodidacta significa que no estamos minimizando los riesgos, por el contrario, estamos abriendo canales para que sucedan accidentes que son evitables”, sostiene Emilio Sierra, quien es parte del colectivo de escaladores de la Región de Coquimbo.

Sierra, de nacionalidad española y quien practica escalada hace 30 años, cuenta que desde que comenzó a equipar la zona “Monsters” el año 2002, nunca ocurrieron accidentes. “Durante 10 años nunca pasó nada, entonces a raíz de esto planteo una inquietud, que tiene que ver con que no se están haciendo las cosas bien”.

Según relata, “desde que la escalada se ha masificado y se ha transformado en un boom en Chile, las personas han empezado a escalar en muros artificiales, lo que no tiene nada que ver con salir a terreno, ahí cambia completamente el panorama. Como colectivo invitamos a tener cuidado con las prácticas que desarrollamos e invitamos a las instituciones que tienen esta rama, a que tengan en cuenta que tener al mejor profesor de educación física, no basta para salir a terreno”. 6001