Quien se inició en 1959 y fue director de Radio Minería de La Serena entre 1965 y 1970, ha sido testigo privilegiado de más de medio siglo de historia. “Antes, la gente se juntaba a escuchar la radio, era increíble”, recuerda con nostalgia quien decidió entregar su experiencia a través de una candidatura a Concejal por La Serena.

Cuando hablamos de radio en la región de Coquimbo, es inevitable mencionar a Alejandro Pino Uribe, quien ha sido un testigo de hechos que por cierto marcaron a varias generaciones.

Ser testigo de la inauguración del paso de Agua Negra, cubrir el rescate de siete trabajadores de la Mina Flor de Té que fueron rescatados luego de varios días en Andacollo, cubrir los hechos de la disputa por las islas Picton, Lenox y Nueva entre Chile y Argentina o entrevistar a figuras del espectáculo como Antonio Prieto están entre su amplio recorrido.

Estas páginas definitivamente no tienen la extensión suficiente para contarlo. Pino Uribe es, en definitiva, una persona que tomó palco para ver más de medio siglo y vivir hechos políticos de relevancia, como la llegada de Salvador Allende a la Moneda y el régimen de Augusto Pinochet.

Igualmente, en el  Bicentenario desde  la gerencia de la Asociación Chilena de Seguridad tuvo un papel clave en la preparación comunicacional de los 33 mineros que fueron rescatados en la Región de Atacama.  

Actualmente está dedicado de lleno a su campaña como concejal de La Serena  y ha utilizado el auge de las nuevas tecnologías y redes sociales para interactuar con sus electores. Precisamente en el día del trabajador radial repasa lo vivido en este ambiente  que ha sido su pasión. 

-¿Cómo nace esa pasión por la radio? 
“La radio fue para mí de niño un misterio. Tengo noción de escuchar la radio desde 1947. Me imaginaba cada cosa que escuchaba, los avisos y los radioteatros, llenos de efectos sonoros. La imaginación jugaba un papel muy importante, creo que nos hizo a la gente de mi generación muy creativos. La TV no tiene esa magia, ya que sólo ves lo que ves. La mente funcionaba a tope con la radio”.

-¿Cómo era hacer radio en esos primeros años, cuando vivíamos de una forma mucho más provinciana, lejos de las urbes y con menos recursos tal vez?
“Yo empecé en Radio en 1959, de un tarro de conservas que usaba como micrófono cuando era muy niño, o de hablar por los parlantes del Liceo, llego a un estudio verdadero, con micrófono, sala de control y consolas que nunca había visto. El profesor José Marinzulich me recomendó con su hermano Oscar, y me inicié en un programa deportivo de Radio La Serena CA 108, que dirigía Carlos del Río Rondanelli. Nunca pensé que cinco años después sería el director gerente de esa emisora”.

-¿Cómo vivió la época previa al golpe de Estado de 1973, y como era comunicar durante la UP?
“A comienzos de 1970, se vendió la radio, que había cambiado su nombre a Radio Minería, así como la frecuencia, que de CA 108 cambió a CA 125. Yo había cumplido cinco años como director y me ofrecieron que me fuera como gerente comercial a Radio Minería de Santiago. Allí me fue muy bien, pero del ‘70 al ‘73 no pude hacer periodismo, se vivía la época de la UP, y en la radio existía un CUP ( Comité de Unidad Popular) dominado por gente del Mir y del PC, que nos hacía la vida imposible a quienes no comulgábamos con el gobierno de Allende”. Vinieron las cadenas obligatorias de la OIR (Oficina de informaciones y Radiodifusión) que obligaba a las radios opositoras a trasmitir solo lo que el gobierno informaba . Las radios opositoras eran Minería, Agricultura, Balmaceda y Cooperativa, estas dos ultimas eran de propietarios cercanos a la DC, y con agudas críticas del gobierno. Muchas veces nos descolgábamos de esa cadena obligada y ello provocaba manifestaciones de apoyo de gente contra el oficialismo. Famosos fueron los descuelgues de la Minería en Providencia con Tobalaba. Sin embargo fueron momentos duros para hacer radio”.

- Sin embargo, con la llegada del régimen militar, las cosas cambian y la censura empieza a operar. ¿Cómo se vive este proceso en la radio?
“En realidad desde septiembre del ‘73 hasta 1976 seguí en Radio Minería de Santiago, donde la información claro que se autocontrolaba, no es que existieron manuales de lo que se debía decir o no, tampoco un delegado militar o censor encima. Como la radio había sido opositora a la UP, diría que se mantuvo una línea oficialista pero donde se permitía alguna crítica en cuanto a medidas económicas, que era el gran tema en la normalización del país, Yo retorno a La Serena en julio de 1976 como gerente de la Asociación Chilena de Seguridad, mutualidad sin fines de lucro y muy pronto fui invitado por el intendente, el coronel Manuel Barros Recabarren a formar la Secretaria Regional de Prensa. Paralelamente colaboré en esa actividad hasta diciembre de 1989”.

UN HOMBRE CON ANÉCDOTAS. En 1964, transmitió en terreno el rescate de siete trabajadores de la mina Flor de Té en Andacollo. Cuando fueron finalmente sacados, Pino Uribe se descompensó y fue trasladado en conjunto con los mineros hasta un centro hospitalario, el mismo donde los rescatados fueron internados.

En ese momento, y estando en su cama, el periodista se “ilumina” y va donde los afectados, siendo el primero en entrevistarlos. Esto, muchos años después, le valió como experiencia para hacer una charla, vía video conferencia, a los 33 mineros de Atacama, sobre como enfrentar a los medios de comunicación cuando salieran al exterior.

La radio, es sin duda, el gran motor profesional de su vida y además, el impulso de su amplia imaginación. Pero la llegada del medio de masas por excelencia, la televisión, fue cambio de paradigma para los radioescuchas y los comunicadores sociales. 

- ¿Cómo convivieron con la llegada de la televisión a la región a inicios de los ‘70?
“En esa materia, paso a paso, mientras la TV evolucionaba, las radios lo primero que entregaron, en materia de sintonía, fue la tarde y la noche.
Durante muchos años la TV no ocupó la mañana y creo que hasta hoy la radio sigue siendo favorita en lo que se refiere a las noticias. Muchos programas en vivo se terminaron y se implementó la tecnología computacional. La voz de los locutores no siempre era de cuerpo presente, bajó mucho el nivel de familiaridad de la antigua radio. Hoy los diarios electrónicos, las radios en línea y la TV por cable cambiaron los usos y costumbres del pasado, cuando la familia se reunía a “escuchar la radio”.

-Hoy la radio tiene muchas variantes y tener un micrófono a muchos les da el derecho a creer que son comunicadores. ¿Cómo ve que la radio se para hoy, y si ésta cumple con su misión original?
“Como todas las cosas se produce una evolución. Antes, para pararte frente a un micrófono se requería, no sólo, una buena voz, además cultura, buena pronunciación y un diálogo respetuoso. Hablar por la radio era una distinción y te prestigiaba. Hoy hay muy buenos comunicadores, pero lamentablemente cualquiera hace un programa hasta con garabatos al aire. Antes ni siquiera podías toser y si te llegaba a ocurrir, pedías disculpas”.

-¿Cómo evalúa la realidad radial de la región? ¿Qué pasa a su juicio con los referentes y si existe respeto del medio actual hacia ellos y sus trayectorias?
“Creo que tenemos muy buenas radios.La Frecuencia Modulada mejora la calidad de las emisiones, y el espectro radial se ha segmentado en diferentes características y para auditores  diferentes. Hay emisoras que agregan por señal abierta, producto de la digitalización, una señal de TV que muestra lo que ocurre en el estudio, lo que junto con ser un aporte es también una novedad. Ahora los que hicimos radio hace 40 años de alguna manera seguimos vigentes, con nuestro estilo, pero hay una tecnología que estoy seguro las nuevas generaciones le sacan mucho partido”. 

-¿Qué le diría a los jóvenes que sueñan con seguir sus pasos?
“Les diría que la radio es un vicio, sano pero adictivo. Hablarle a personas que solo escuchan tu voz, obliga a utilizar un lenguaje descriptivo que la TV no necesita. Es el uso de un vocabulario abundante en sinónimos y antónimos que hace que tu mente pueda “ver” decodificando frases, para crear imágenes. Por eso el tener frente a uno un micrófono y la luz roja que te dice que estás al aire, es una emoción infinita y necesaria”.

 

Suscríbete a El Día y recibe a diario la información más importante

* campos requeridos

 

 

Contenido relacionado

- {{similar.created}}

No hay contenido relacionado

Cargando ...

 

 

 

 

 

 

 

 

Diario El Día

 

 

 

X