El 30 de junio de 2015, el embalse La Paloma, la infraestructura hídrica más grande de la región de Coquimbo, mantenía reservas por 13,78 millones de metros cúbicos, de un total de 750 millones de metros cúbicos, es decir, sólo un 1,8% de su capacidad. Fue el periodo más crítico para los agricultores, muchos de los cuales debieron prescindir de sus cultivos, incluso en la ciudad de Ovalle existió el riesgo de ver limitado el consumo humano del recurso. Pero a la misma fecha de este año, el panorama es totalmente distinto, esta infraestructura hídrica acumula reservas por 215,95 millones de metros cúbicos (29%), su mayor capacidad desde el 2011, lo que asegura riego a lo menos para las próximas 3 temporadas.
Afortunadamente y tras 10 años de sequía, hoy el informe de la Dirección General de Aguas (DGA) devela que la gran mayoría de los embalses de la región está en esta misma condición y que, gracias a las “benditas” lluvias de finales del año pasado y las ocurridas el 2016, han podido recuperarse, logrando su mayor nivel desde 2010.
La capacidad embalsada total de la zona es de 1.315,5 millones de metros cúbicos, y a la fecha alcanza a 582,28 millones de metros cúbicos, que se comparan con los 50,96 millones de metros cúbicos de junio de 2015, es decir, 10 veces más.
“Las estadísticas muestran que el agua caída ha permitido incrementar los volúmenes acumulados en embalses, llegando a un promedio del 44% en la región. Gracias a estas lluvias, dos embalses de la provincia de Choapa (Corrales y El Bato) junto con uno de Elqui (La Laguna) presentan capacidad total a junio. Es decir, la lluvia restablece parte de las necesidades de agua de regadío, entregando mayor seguridad para concluir la temporada 2016-2017 en buenas condiciones”, manifestó el seremi de Agricultura, Andrés Chiang.
No obstante, la autoridad recalca que es necesario seguir fortaleciendo una agricultura que permita producir más con menos, “es decir, mejorar eficiencia y eficacia en el regadío, agregar valor a la producción, así como priorizar el cultivo de especies con mejor adaptación a una región árida como la nuestra”.
En el caso de Cogotí, al mismo mes de 2015 se encontraba seco, mientras que ahora acumula 77,58 millones de metros cúbicos (55%). Según datos aportados por la DGA, este es el mayor nivel que alcanza el tranque en la comuna de Combarbalá desde noviembre de 2006. Recoleta, en tanto, pasó de 3,44 millones de metros cúbicos el año pasado a los actuales 52,47 millones de metros cúbicos (52%), no estando en esta condición desde diciembre de 2010.
Según indicó el director de turno de la Asociación de Canalistas del Embalse Recoleta, Juan Guillermo Farr, con las precipitaciones que han tenido hasta ahora “contamos con certeza de riego para dos temporadas agrícolas, es decir para las temporadas 2016-2017 y 2017-2018, con una cuota de agua del 40% de un año normal”. El dirigente explica que en un año normal se entregan 3.500 m3 por acción “y en la segunda temporada se entregarían 1.500 m3 por acción”.
No obstante, advierte, en materia económica aún quedan rezagos en los productores, pues el impacto de la falta de agua en los últimos años caló hondo en la industria. “El escenario que hoy viven nuestros agricultores del Recoleta es complejo, hay mucha falta de capital de trabajo y la recuperación, a lo menos, demoraría unas 3 temporadas. El agricultor se descapitalizó durante la sequía y hoy debe empezar prácticamente de cero”, argumenta.
En tanto, La Laguna, en la cordillera de Elqui, actualmente cuenta con el 95% de sus reservas, con 38,15 millones de metros cúbicos. Una importante recuperación ha tenido Puclaro, también en el Elqui, que el año pasado llegó a tener 12,17 millones de metros cúbicos y hoy alcanza los 119,37 millones de metros cúbicos, su mayor nivel desde noviembre de 2009.
En la provincia de Choapa, las noticias son más alentadoras aún, pues El Bato logra por primera vez estar a su máxima capacidad, desde que inició sus operaciones en julio de 2011. La misma situación vive Corrales, que desde octubre de 2009 no se encontraba con un 100% de embalsamiento.
Más llamativo aún es el caso de Culimo, que no contaba con las reservas actuales, 3,07 millones de metros cúbicos, desde diciembre de 1999.
Proceso de recuperación
Respecto de este positivo escenario hídrico, la secretaria ejecutiva de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN), Daniela Norambuena, manifestó que “nos alegra que este año las precipitaciones a la fecha hayan permitido la recuperación de los embalses de la región que llegaron al 3% promedio, en el punto más crítico de la sequía en el verano de 2015. La buena administración del recurso hídrico que hacen las organizaciones de aguas ha influido en que no nos quedáramos sin agua para los hogares y que los campos hayan sobrevivido”.
Para la temporada 2016-2017, asegura, se espera mantener el número de hectáreas productivas del año pasado “ya que muchos de los predios aún están en recuperación. Los agricultores han aprendido la lección de no sobredemandar recurso hídrico y hacer un uso eficiente del mismo, apuntando a la calidad, calibre y resistencia de postcosecha de los productos”.
Ante este escenario favorable, indicó, se espera que los organismos públicos relacionados con la agricultura apunten hacia el apoyo del sector “en eficiencia energética, hídrica, financiamiento y mano de obra”, enfatizó.