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Alejandro Pizarro
La partida de don Ascencio Blanco (90 años) y el delicado estado de salud de su esposa, que también se contagió de coronavirus, apenan a todo un grupo familiar y a sus vecinos de toda la vida. La tragedia pone en el tapete la trascendencia de proteger a las personas de avanzada edad y fomentar la inoculación.

Pena y frustración hay entre los familiares y amigos de dos habitantes emblemáticos de la Parte Alta de Coquimbo, que hicieron su vida en este sector y que estuvieron 64 años casados, pero la pandemia se encargó de separarlos.

Nos referimos, en primer término, a don Ascencio Enrique Blanco, que a sus 90 años dejó de existir luego de dar una dura batalla contra el Covid-19. Paralelamente, su compañera de aventuras, Tránsito Contreras, la querida señora “Tatito”, sigue aún dando la pelea, aunque con un pronóstico muy difícil.

Cabe destacar que ayer se realizaron los funerales de don Ascencio, en medio del dolor de su familia y seres queridos. Por momentos, aún no dan crédito a lo sucedido, porque han debido despedirse de una manera fría producto de las restricciones de la crisis sanitaria. 

Fue su propio hijo, Enrique, quien pese a estar pasando por el triste momento de despedir a su padre, conversó con diario El Día. “Mi mamá sigue grave en la UCI del Hospital de Coquimbo y estamos esperando, porque la situación es delicada y nos dijeron que teníamos que esperar”, señaló.

Respecto de los funerales, todo debía realizarse en un plazo breve, para respetar los protocolos Covid-19. En efecto, salió la carroza desde el hospital para realizar un breve recorrido por la Parte Alta de Coquimbo, donde don Ascencio Enrique pasó los años más felices de su vida. “Sólo pudimos hacer un breve recorrido por el barrio y luego rápidamente debimos ir a despedirlo al cementerio. Es triste no poder hacerlo como se merece”, aseguró “Quique”, quien acotó que “minutos antes de que muriera, el doctor nos autorizó a ingresar, con todas las medidas de seguridad del caso, para ver a mi papá, pero sólo pudo ser un par de minutos”, expresó.

Para el hijo de don Ascencio y doña Tránsito, hay un dejo importante de frustración, porque se cuidaron sistemáticamente durante todo el año 2020, y en pocas semanas el destino les cambió en forma repentina. “Y lo peor es que justo salió la vacuna y se contagiaron”, lamentó.

Lo cierto es que esta pareja estuvo casada desde los 26 años, y sembraron profundas raíces en el sector de la Parte Alta. Ambos,tuvieron cuatro hijos, tres mujeres y un varón, además de una enorme cantidad de nietos y bisnietos. “Cuando yo era niño, nos criamos en Arturo Godoy con Henríquez, luego nos cambiamos un poco más arriba, pasadita la gruta que hay en calle Bellavista. Por eso, he recibido una gran cantidad de llamados, de muchas personas, y creo que mi padre se habría merecido una despedida con honores, pero sólo podemos participar 12 personas del funeral.  Es todo muy estricto”.

Otros vecinos del sector también destacan a don Ascencio y su esposa. Eran queridos y respetados.



LOS CUIDADOS PARA EL ADULTO MAYOR



La situación de los mayores es delicada.En ese contexto, la epidemióloga de la ULS, Paola Salas, en conversación con diario El Día, subrayó que “entre el 2020 y el 2021, los fallecimientos por Covid-19 son muchos más altos que cualquier otra enfermedad, como son las circulatorias, del corazón, las hipertensiones y los cánceres”.

Destacó que en el caso del Covid- 19, se debe tener en cuenta que es una enfermedad respiratoria que tiene efectos diferenciados según la edad. “A las personas de edad avanzada, se les agrega la comorbilidad, donde se adiciona la hipertensión arterial, la diabetes, afecciones renales y otras complicaciones respiratorias, porque cerca del 70% de la población adulta mayor tiene esas afecciones adicionales”, explicó.

Salas agregó que “las personas mayores de 60 años son las que tienen mayor riesgo, eso no hay que olvidarlo, y es donde está la mayor cantidad de fallecidos por Covid-19”.

Respecto a las personas mayores de 90 años, Paola Salas recordó que “a medida que aumenta la edad, se incrementa el riesgo. Analizándolo en términos numéricos, los fallecidos en el país de 60 a 69 años, son alrededor de 3.800 casos. De 70 a 79 años, suman 5.200 casos, y los mayores de 80 alcanzan a 6.500, esto sólo para los casos confirmados. Sumando a quienes no se les hizo la PCR y fallecieron de todas formas (sospechosos), este número se incrementa en 2.400 entre las personas de 80 años y más. De 70 a 79, son 1.500 casos más, y de 60 a 69, son 1.000 adicionales”, concluyó.   

 

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