• Más de dos mil jóvenes a lo largo de todo el país postergaron su matrícula a la educación superior.
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El Día
Según “Fundación por una Carrera”, los números de este 2020 indican que la matrícula total de educación superior representa una baja inédita de -3,7% respecto del año anterior, siendo el peor escenario desde el 2015.

“Puede haber una disminución mayor por los efectos secundarios de la pandemia’’, declara Francisco Fernández, director ejecutivo de Fundación por un Carrera, organización que ayuda a jóvenes vulnerables a la obtención de beneficios para la educación superior y quienes en esta oportunidad, dieron a conocer el estudio que arroja un complejo escenario para este nuevo año académico.

Desde la entidad alertan que los números totales de ingresos son los más bajos desde 2015, ya que este 2020, la matrícula total de educación superior alcanzó 1.221.017 estudiantes, considerando los niveles de pregrado, posgrado y postítulo, lo que representa una baja inédita de -3,7% respecto del año anterior.

Según la información recopilada por Fundación para una Carrera, del Sistema de Ingreso a la Educación Superior (SIES), la matrícula en primer año de pregrado 2020 disminuyó en un 8,2% respecto al año anterior, alcanzando 305.360 estudiantes en el sistema. Esto es 27 mil alumnos menos que en 2019.

Esta baja además, se evidencia en los tres tipos de institución, siendo más evidente en los Institutos Profesionales (-10,1%), seguida por los Centros de Formación Técnica (-8,3%) y las universidades (-6,6%).

Acceso inmediato a la educación superior

La proyección que realiza el MINEDUC, prevé que producto de la emergencia sanitaria en Chile, 264 mil estudiantes dejarán el colegio. Esta también es una cifra preocupante, entendiendo que, antes de la llegada del covid-19, la deserción escolar en nuestro país mostraba cifras elevadas con más de 180 mil niños y jóvenes que estaban fuera del sistema educacional.

En cuanto al acceso de jóvenes que se matriculan en educación superior al año siguiente de haber egresado, el 2020 registró una baja de 1.2% respecto al año anterior. Durante 2019, un 55,2% de los jóvenes egresados de IV medio se matriculó en alguna carrera en la educación superior al año siguiente, en contraste con el 54% registrado en el año en curso.

En concreto, según estos datos, más de dos mil jóvenes a lo largo de todo el país postergaron su matrícula, sin considerar los que pueden haber desertado durante el año debido a las complejidades de mantenerse estudiando por la pandemia.

“De los jóvenes que desertaron este año y los que no ingresarán a la educación superior el año siguiente, muchos no volverán a intentar continuar con su formación para mejorar su empleabilidad e ingresos futuros” explica Francisco Fernández, director ejecutivo de Fundación por una Carrera.

Motivos de deserción

Respecto a las motivaciones que llevaron a esta alarmante realidad, el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, comentó al diario El Día que, “claramente fue reflejo de dos situaciones que afectaron al país y al sistema de educación superior. Por un lado, el sabotaje a la PSU implicó que todo el proceso de postulación y matrícula a la educación superior se retrasara y que muchos jóvenes decidieran no ingresar a la educación superior este año. Lo anterior, sumado a la suspensión de clases presenciales producto de la pandemia por COVID-19, hizo que muchos jóvenes prefirieran no matricularse este año”.

De esta forma, Vargas confirma que estas circunstancias han permitido “la caída de matrícula más alta que ha experimentado el sistema en las últimas décadas, aunque es importante aclarar que, de acuerdo a las cifras del Ministerio de Educación, el número total de estudiantes sigue superando el millón cien mil jóvenes, cifra que se ha mantenido relativamente constante desde 2013”. 

Aun así, el subsecretario, precisa que si bien la caída de matrícula afecta a todo el sistema, “la baja es sustancialmente mayor en instituciones no acreditadas”.

Preocupación y clases presenciales

En tanto, Vargas indicó que la falta de clases presenciales también puede significar la deserción estudiantil durante este año y en la matrícula del próximo año. “Es por esto que es fundamental que el sistema de educación superior pueda ir retomando gradualmente clases presenciales, de manera voluntaria y flexible, como hasta ahora lo han hecho la mitad de las instituciones del país”, explicó.

 

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