Hace treinta años atrás el país vivió un hecho histórico, cuando el abogado demócrata cristiano Patricio Aylwin Azócar asumió como presidente de la República. Ese 11 de marzo del 1990 y tal como lo describió diario El Día, la ciudadanía optó por seguir las alternativas el cambio de la banda presidencial por la televisión. Por la tarde, en forma espontánea cientos de personas celebraron en el frontis de la intendencia regional, que tenía una nueva autoridad a cargo: Renán Fuentealba.
En ese entonces, Adriana Peñafiel ejercía como alcaldesa de La Serena y comenta que “fue una fecha muy importante en la historia republicana de nuestro país, porque significó el ingreso de la democracia plena”.
La actual presidente del Consejo Regional, CORE, indica que “hubo manifestaciones de alegría en el frontis de la intendencia, donde se congregaron muchas personas, saludando a las nuevas autoridades que asumieron. Hubo cantos y bailes de cueca, en una manifestación ciudadana que celebraba la asunción de un nuevo gobierno”.
Peñafiel cuenta que en los días previos sostuvo una reunión con el Consejo de Desarrollo Comunal, Codeco, “instancia colegiada que teníamos en ese momento y acordamos ir a saludar al nuevo intendente como primera autoridad de la región designada por el Presidente de la República. Don Renán nos acogió de inmediato (el 12 de marzo) y nos fijamos como objetivo trabajar en conjunto por el bien común de la comuna, de la región y del país”.
La ex edil serenense expresó que pese a que a partir de esa fecha, “nosotros pasamos a convertirnos en oposición política, el hecho de que hayamos tenido esa reunión y que hayamos manifestado nuestras intenciones, ayudó a que con Don Renán mantuvimos una muy buena relación y de cordialidad durante el tiempo que él ejerció como intendente”.
Al interior del municipio local, señala que no hubo mayores inconvenientes porque “como les dije a los funcionarios, a partir de ese momento, las municipalidades tenían su propia autonomía, al ser independiente de la administración regional”
Tensión en los servicios
El 11 de marzo del 1990, sólo tres funcionarios del nuevo gobierno tenían administrativamente sus papeles en regla: el intendente Renán Fuentealba; el seremi de gobierno Luis Moncayo y el director del Servicio de Salud, Ramón González.
Treinta años después, el actual concejal de La Serena, Ramón González dice que “recuerda muy nítidamente ese día, cuando una enorme mayoría de los chilenos estaba embargado por la emoción de volver a disfrutar de una vida en democracia”
“A las 9 de la mañana estábamos en la intendencia con don Renán, muy solitarios en ese momento, cuando él me instruyó que me fuese a hacer cargo del Servicio de Salud. Allí en compañía del periodista Raúl Cantuarias, había un silencio sepulcral y nos estaba esperando el director saliente del Servicio de Salud, el doctor Andrés del Valle”, relata González.
La entrevista con la autoridad saliente fue muy tensa. Al interior de los servicios, el ambiente estaba muy polarizado. “Nosotros teníamos la instrucción de no firmar ningún documento sin la revisión de nuestros abogados porque había mucha desconfianza y él tenía unas actas para que yo firmara y yo no quise, me negué”, señala.
Ese 11 de marzo y los siguientes días, son recordados con emoción por Ramón González “por su significado y trascendencia”, además, por la “multitudinaria respuesta del pueblo de Chile con la propuesta del Presidente Patricio Aylwin”.
Sin embargo, como relató, al interior de los servicios públicos, la situación se vivió de manera muy distinta. “Habían quedado amarrados centenares de funcionarios que venían desde el tiempo de la dictadura. Incluso algunos de ellos fueron muy prepotentes, porque estaban convencidos que en un par de meses más se produciría el regreso del régimen militar”, concluye.
La portada de El Día que informó “Ya hay democracia”, cuando Patricio Aylwin asumió como Presidente de la República.
Gabinete regional
Luis Moncayo afirma que el 11 de marzo de 1990 fue una fecha muy significativa para el país y en forma personal para él, porque asumió el cargo de seremi de gobierno, en el que estuvo hasta el 2013.
“Recuerdo la fecha como un gran desafío por las expectativas de la ciudadanía eran muy grandes con la recuperación de la democracia. Hay que considerar que quienes conformamos el primer gabinete regional no teníamos experiencia en la administración pública y era legítimo que existieran dudas acerca de cómo lo íbamos a hacer”, dice hoy Luis Moncayo.
El seremi de gobierno de ese entonces asegura que existió al interior del gabinete “una inmensa cantidad de ideas para solucionar cuestiones muy básicas de problemas que existían en ese entonces, como la falta de agua potable o alcantarillado”.
“Fue una oportunidad de servir al país y a la región como parte de un equipo que compartíamos los mismos valores, la misma cosmovisión del mundo y que teníamos la fuerza y la energía para asumir las tareas que teníamos por delante”, añadió.
Con la perspectiva del tiempo, recuerda como anécdota que en su escritorio de la seremi de gobierno no encontró ningún documento, porque todo archivo había sido removido; o que meses después se sorprendió con el hecho de que habían funcionarios que nunca se presentaron en la repartición, pero que a final de mes un cheque por sus servicios llegaba a sus domicilios. La situación debió solucionarse a través de la Contraloría.
Por último destaca la labor y gestión política de Renán Fuentealba para manejar la relación con los militares. “Él tuvo una conducta y una actitud de privilegiar el bien común, de no entrar en conflicto con los sectores militares de la región, sino de ejercer la autoridad con la responsabilidad y la dignidad que corresponde”, enfatizó.