Experto insiste que en la capital no existe una política de protección al patrimonio

Tras el incendio que afectó al café Rapsodia, en pleno centro de la capital el pasado martes, surgen nuevos debates en torno a la protección del patrimonio serenense. Hay voces que han planteado sus preocupaciones, desde el propio municipio, pasando por locatarios y empresarios que sostienen que hechos como los ya conocidos son “impresentables” y representan una negligencia en vistas a mantener vivo el espíritu de la ciudad de los campanarios.

Esto bien lo saben profesionales que saben de la conservación de estos espacios y que han trabajado en sus respectivas ciudades para cuidar y sostener algo que pertenece a todos.

Ezio Passadore, director de Emergencias de la Municipalidad de Valparaíso, conversó con diario El Día respecto a la importancia de un tema que debe central para el futuro de la conurbación. “Indudablemente, el peor incendio es aquel que mata personas. A ese tipo de incendio, le sigue aquel que destruye al patrimonio, el cual, una vez afectado por el fuego, es irrecuperable. Incluso, viéndolo en una correcta proporción, cuando se quema una casa y no hay víctimas fatales, la familia afectada lo que más lamenta no es la pérdida de los bienes materiales, eso es recuperable, sino que lamenta la pérdida de los recuerdos familiares, aquellos que no tienen un valor económico, sino sentimental, como las fotografías, el zapato de la guagua o aquellos bienes que han sido heredados de sus antepasados, aun cuando ya no tengan uso. Es decir, lo que más se lamenta es la pérdida de aquel patrimonio que permite a esa familia recordar, trascender y construir una historia común”, indicó.

A su juicio, “los afectados no sólo son quienes han perdido su inversión o sus fuentes de empleo, sino que la pérdida afecta a toda la comunidad, que ve como lo que ha sido heredado de otras generaciones, no ha sido correctamente protegido. Un edificio que había sobrevivido al paso del tiempo y a terremotos, se pierde por un incendio y es toda la comunidad que se ve afectada. Hay casos donde la pérdida del patrimonio histórico ha afectado a comunidades completas, como es el caso del Mercado de Temuco, donde una ciudad completa se resiente frente a una pérdida patrimonial. En este caso, las autoridades de esa ciudad calcularon las pérdidas en 5.500 millones de pesos” señaló con preocupación

Desde su punto de vista, lamentablemente, en Chile no existen políticas o programas que protejan al patrimonio en caso de incendios u otro tipo de desastres. “No hay prevención, no hay educación ni fiscalización por parte de las autoridades. Por otro lado, Bomberos no cuenta con protocolos especiales para actuar en este tipo de siniestros. Sólo un dato, en un incendio patrimonial el daño por agua puede ser 9 veces mayor al daño por fuego, pero con una diferencia, lo mojado puede recuperarse, lo quemado no”.

Además el profesional plantea una serie de inquietudes, ya que a su juicio, seguramente, en esta ocasión el Cuerpo de Bomberos no contó con la planimetría del recinto, ni con información básica acerca de la materialidad del mismo. “¿Qué se quema?, ¿qué bienes se encuentran en su interior?, ¿existen cortafuegos entre las propiedades? ¿hubo un uso racional del agua en atención al tipo de estructura que se quemaba?”, se pregunta.

La región de Coquimbo cuenta con una gran número de inmuebles patrimoniales que son altamente vulnerables a una situación de incendio. “Sin embargo, en caso de incendios no existen protocolos de acción. Si la propiedad afectada es un museo, ¿qué bienes serán evacuados? ¿está clara la prioridad de rescate de bienes? ¿los respondedores están capacitados para la evacuación de cuadros, muebles u otros bienes? ¿sabemos dónde serán llevados los bienes evacuados? Para todas las preguntas, la respuesta es la misma: No”, aseguró con molestia

En opinión de Passadore, la protección patrimonial en situación de emergencia implica más que recursos económicos, ya que es necesaria la disposición y compromisos institucionales que permitan implementar protocolos efectivos de salvaguarda, sin olvidar jamás que lo primero es proteger la vida de las personas que frecuentan o residen en esos recintos.

“Las autoridades comunales y regionales, así como los equipos de emergencias, especialmente bomberos, tienen, ante la amenaza permanente del fuego, la obligación moral de hacer los esfuerzos para preservar para las futuras generaciones el legado arquitectónico y cultural que caracteriza a sus respectivas localidades. Después de estos incendios, la peor tragedia es que todo siga igual y, lamentablemente, me temo que todo seguirá igual, pues tuve la oportunidad de conversar con autoridades comunales después del lamentable incendio de la casa Piñera para proponer medidas de protección patrimonial y nunca pasamos de eso; conversar”, subrayó. 3801i