Hacer promoción de salud, realizar una mayor cantidad de testeos y reevaluar las estrategias de contención. Esas son para la Dra. Paola Salas, epidemióloga y académica de la ULS, las principales claves para frenar la transmisión del Covid-19 en la Región de Coquimbo y hacer frente a la pandemia, a más de tres meses de su llegada a territorio local.
Este domingo la zona alcanzó los 2.359 casos acumulados desde el inicio de la emergencia sanitaria, que deja ya 17 fallecidos. A la fecha, la autoridad sanitaria local ha contabilizado más de 94 brotes y, durante el último tiempo, se ha evidenciado un alza en la tasa de positividad y en la velocidad de los contagios.
Al analizar las cifras, Salas indica que en la última semana (al 19 de junio) se registra una tasa de positividad (PCR que arrojan resultado positivo) de un 22%, muy por sobre el 8% que se tenía en la misma semana del mes de mayo, lo que ha ido de la mano con más de un 100% de aumento de casos en las últimas dos semanas, lo que “no es un buen panorama. Estamos recién viviendo la epidemia y de una manera más acelerada”, indica.
La especialista en Salud Pública sostiene que para hablar de una emergencia “controlada” la positividad de los testeos no debiese ser mayor al 5%, por lo que las cifras locales reflejan que “el virus está contagiando más” y esto revela también que se está encontrando a “más personas graves”.
Promoción de Salud
Pese a que datos como estos se vienen repitiendo a diario, uno de los fenómenos más preocupantes que se han visto en la región de Coquimbo y en el país es la poca “sensación de riesgo” en la comunidad, la que -obviando las recomendaciones de la autoridad- sigue haciendo caso omiso a la principal medida de prevención en el contexto de la pandemia: la distancia social.
La epidemióloga indica que el país enfrentó la pandemia “sin una cultura de promoción de salud fuerte”, lo que ya se había visto reflejado con otras enfermedades, como el VIH, donde una gran cantidad de personas no consideró las indicaciones de prevención y es así como Chile llegó a ser uno de los países con más aumento de estos contagios.
“No tenemos desarrollado el pensamiento crítico en nuestra gente para prevenir una enfermedad. Estamos más acostumbrados a que nos den la receta y comprar el remedio, pero no a evitar factores de riesgo y en esta pandemia eso nos pasa la cuenta, porque solo vamos a evitar la enfermedad con prevención y eso no se encuentra en la farmacia”, sostiene.
Para la académica “la culpa no es solo de la comunidad”, sino que “aquí hemos fallado los equipos de salud, la atención primaria, los que tenemos que hacer promoción de salud”. En este sentido indica que “no ha habido capacitación para ellos, los hemos olvidado, como si estuvieran obligados a saber cómo hacer que un caso positivo se quede en casa, algo que sabemos los epidemiólogos”.
La especialista indica que aún estamos a tiempo de generar cambios en ese sentido. “Si vemos África, que no tiene una mayor educación, donde hay analfabetismo y comunidades en las que no hay equipos de salud, cuando se instala uno el escenario mejora instantáneamente, porque el equipo debe ser activo y debe salir a hacer educación y explicarle a la gente cómo prevenir”, indica.
La doctora y académica se encuentra realizando capacitaciones en comunas del Choapa, con el objetivo de instruir a los funcionarios de la salud en cómo trabajar con los contagiados y realizar una comunicación efectiva, a la vez que se atienden las necesidades de los enfermos para que estos puedan cumplir con el aislamiento.
Reevaluar la estrategia
Con la amenaza de contagios Chile cerró sus fronteras y comenzó con sus primeras medidas en el mes de marzo. A lo largo de estos meses, el país ha desarrollado una estrategia de cuarentenas por sectores afectados, no totales como en el resto del mundo, analizando a diario las tasas de contagio y otros criterios definidos por el Ministerio de Salud (Minsal).
“No conozco otro país donde se tenga este sistema de ir cerrando por comunas, por lo general el panorama ha sido decretar cuarentenas totales. Deberían revisar la estrategia, porque el número de casos no baja, puede ser muy novedoso, pero por algo no se está haciendo en el resto del mundo”, indica Salas.
La especialista, que se ha mostrado a favor de decretar cuarentena total en región, remarca que los criterios establecidos para tomar medidas no son decretados por la OMS, por lo que cada país define su política de prevención. “Los países esperan un tiempo, pero cuando ya no puedes controlar el aumento, tienes que dictar medidas más drásticas y eso es lo que se tiene que evaluar en el país en este momento”, señala.
Cifras y la “comunicación de riesgo”
Entre cambio de criterios y aumento de cifras, los balances regionales han mostrado diferencias y la más notoria es la baja en la cantidad de datos que se entregan. De reportar sospechosos y cantidad de exámenes, la región pasó a informar solo número de casos y contagios totales.
En los últimos días se ha retrasado el informe de desglose por comuna, al tiempo en que desaparecieron los números de contagios activos y recuperados. Los informes de personas fallecidas, por otro lado, solo muestran comuna de residencia y no sexo y edad como antes.
La epidemióloga Paola Salas considera que debiese incluso entregarse más información, sobre contactos estrechos y personas en riesgo de contagio, advirtiendo además que “hay un vacío de datos desde el 2 al 9 de junio”, lo que es “uno de los principales factores que contribuyen a que la sensación de riesgo de la población baje”, indica.