• 1. El ministro de la Corte de Apelaciones de La Serena, Juan Pedro Shertzer, asumió por cuarta vez la presidencia del tribunal de alzada.
  • 2. Shertzer confirmó que se trata de su último período en la presidencia de la Corte de Apelaciones de La Serena.
  • 4. En la Primera Sala de la Corte de Apelaciones de La Serena Shertzer llamó a los jueces a renovar su compromiso “con la constitución y las leyes”.
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Andrea Cantillanes
Horas antes de asumir de manera oficial su cuarta presidencia en la Corte de Apelaciones de La Serena, Juan Pedro Shertzer, el ministro con más experiencia del tribunal de alzada local, habló de manera exclusiva con Diario El Día, refiriéndose a los nuevos desafíos del Poder Judicial y como este ha enfrentado problemas de la contingencia nacional.

Como cada año, este 1 de marzo se realizó la ceremonia de cuenta pública y cambio de mando en la Corte de Apelaciones de La Serena. Juan Pedro Shertzer asumió la cabeza del Poder Judicial a nivel regional, que se renueva cada año entre los distintos ministros que la integran y que a nivel local está compuesto por un equipo de 7 profesionales.

Pese a que la ceremonia estaba fijada para las 18:30 horas, el nuevo presidente recibió el equipo de El Día en su oficina al mediodía para una entrevista exclusiva. El acercamiento con los medios, comenta, ha sido uno de los más grandes avances del Poder Judicial.

A las 12:00 horas está recién instalándose en la nueva oficina, pero el espacio no le es ajeno, pues anteriormente ya ejerció tres veces el cargo (1995, 2002 y 2010) y como el ministro con más experiencia de entre sus colegas, en varias oportunidades ha debido ser el encargado de reemplazar en sus funciones al presidente titular cuando este se ha ausentado.

Mira con cierta nostalgia sus inicios en la Corte de Apelaciones de Copiapó y cómo llegó a La Serena, al recordar a sus compañeros de inicio, de los cuales es el único que sigue con vida. En su paso por el Poder Judicial ha sido testigo de grandes cambios, como la Reforma Procesal Penal, que inició en la región de Coquimbo cuando él estaba en el cargo.

Sin duda una vasta experiencia ¿Qué ha cambiado desde sus inicios?

“Muchas cosas. Antes nos decían que debíamos ser reservados y que con el periodismo teníamos que tener mucho cuidado, no dar noticias, sino que las sentencias hablaran por si solas. Ahora tenemos un Poder Judicial abierto a la comunidad. La facultad de administrar justicia existe siempre, pero ahora nos exigen, y así debe ser, que la justicia sea pronta, oportuna y de calidad. Es como si estuviera mirando un carrusel, van pasando las figuras y veo como el Poder Judicial se va acrecentando, me siento orgulloso de ser miembro. Me quedan algunos años para jubilar, pero cuando lo haga me iré tranquilo”.

¿Cómo toma este nuevo período?

“Es un nuevo desafío. Parafraseando a un cantautor que escuché por ahí, he tenido tantas presidencias, que me han permitido acumular mucha juventud. Eso significa energía y determinación para hacer bien las cosas. Sin duda que voy a contar con la ayuda de los ministros, jueces y funcionarios en general. A pesar de todos los años que tengo como presidente, todavía cuando tengo que dictar sentencia siento pajaritos en el estómago, me pongo nervioso y me pregunto si estaré haciendo bien las cosas y les digo a los jueces que debemos tener esa sensación siempre, para no volvernos mecánicos”.

¿Qué es lo que se viene para este año?

“Siguiendo con la apertura del Poder Judicial. Ver el centro de observación de cumplimiento de medidas para niños y niñas, eso en lo fundamental, es el desafío principal. También recibir visitas de colegios, ir a las universidades, seguir con el Bus de la Justicia. Tengo la primera antigüedad en la corte, cuando falta el presidente titular estoy yo, así es que este cargo no es tan ajeno, siempre estoy al tanto”.

¿Qué casos emblemáticos recuerda que ha debido enfrentar?

“Tenemos muchos. Siempre cuando fallamos lo hacemos contra personas e instituciones, entonces decirlo sería como decirles que perdieron. Hemos tenido en el último tiempo el caso del recurso de protección de las comunidades indígenas, por la construcción de la carretera norte, que fue un asunto muy peleado. También el Caso Carabineros. Todas las causas importantes de la región han pasado por acá, así es que prefiero omitir alguno en específico, porque además están vigentes y sería no valorar los problemas de las personas. Como tribunal somos la cuna de todas las personas que tienen conflictos y que vienen acá a ver qué pueden hacer”.

Precisamente el Caso Carabineros resonó mucho en la sociedad ¿Cómo lo enfrentaron desde la Corte de Apelaciones?

“Resolvimos conforme a norma procesal cuando se advirtió que había una deficiencia en la instrucción del fallo y por eso se anuló, pero esa causa aún está en tramitación, porque se dictó un nuevo fallo y este fue recurrido y tengo entendido que está ante la Corte Suprema. Se recurre por diferentes causales, pero hay unas en específicas que son de competencia de esa Corte, así es que está en tramitación y no puedo decir nada”.

¿Se sintió alguna presión social por el resultado del fallo?

“No, porque lo que le compete a la Corte es ver si la estructura de la sentencia se adecua a la norma procesal. Nosotros no decimos si es culpable o inocente, solo si se cumple con la formalidad del fallo, no vimos en fondo del asunto”.

En el contexto nacional se da por parte de la ciudadanía todo un cuestionamiento a la justicia ¿Cuál es el rol de la Corte de Apelaciones en ese sentido?

“Justo por eso nos dicen que nos abramos a la comunidad, para que la persona pueda evaluar. Todos los años el Presidente que sale tiene que rendir una cuenta pública, que está llena de datos y a veces aburre, pero es la cuenta que da un tribunal a su pueblo, que es importante. El presidente de cara a la comunidad para exponer cómo actuó el poder judicial”.

Existe cuestionamiento también al trabajo de los jueces…

“Tengo un recorte del defensor nacional en el que alega que se ha perdido el principio de inocencia en Chile, porque hay críticas a que la gente está siendo sometida a prisión preventiva y luego salen absueltas. En cambio, a veces cuestionan que los jueces dejan libres a las personas. Es el problema de ser juez, hay que tener todos los antecedentes a la vista para saber si uno actuó bien o mal”.

Pero ¿cómo toma esas críticas?

“La ciudadanía tiene derecho a criticar a los jueces y tribunales superiores con sus resoluciones. Se critica si actúa mal la defensoría cuando defiende con ahínco, se critica al Ministerio Público porque lo único que quieren es meter a la cárcel a las personas, y esas son sus funciones. El juez en cambio tiene que buscar el equilibrio, siempre va a haber críticas, en todo orden de cosas”.

La Operación Huracán también ha dejado una cierta crítica al sistema ¿Eso ha perjudicado también?

“Sin duda, eso requiere que se vea este asunto. No hay que cubrirse los ojos, no debiera haber problemas entre las policías y el Ministerio Público. Confiamos en las instituciones y Dios quiera que sean casos aislados. La crítica está bien si, con la prensa y todo. No nos engañemos, uno actúa con más cuidado y prudencia, es buena la crítica”.

Pero ¿Hay temor de que la desconfianza se generalice en el sistema entero?

“Si, lamentablemente es así, pero ahí estamos nosotros para equilibrar las cosas. El Poder Judicial tiene que estar en el aspecto penal y tenemos otros aspectos en que, sin tener una competencia directa, nos involucramos. En el problema del Sename, por ejemplo, tenemos una actividad tremenda de protección a los menores que están con medidas de protección, vamos más allá de lo que dice la ley para tratar de ayudar en los problemas sociales. Uno está en contra de las críticas que son injustas, los jueces generalmente resulten como corresponde, siempre va a haber alguien disconforme y para eso están los tribunales superiores”.

Hoy se oficializa el cambio de mando y se rinde la cuenta pública, pero también asumen nuevos abogados. Usted también es docente ¿Cómo ve las nuevas generaciones de abogados?

“Muy buenas, voy a ser muy parcial (risas), sin jactarme, pero más del 90% de los abogados de la región, de entre los 40 o 45 años, han sido alumnos míos. Participé en el primer Examen de Grado en la Escuela de Derecho de la Universidad Católica del Norte. Estoy contento, siempre les digo que tienen que ser justos, celosos, que tienen que estudiar y ser apasionados. También estoy contento con los abogados integrantes (de la corte), son profesionales muy capaces, que aportan mucho”.

¿Cuál será el mensaje de hoy a los nuevos abogados?

“Los voy a instar para que sientan ese cosquilleo e inquietud, dolor de estómago al dictar el fallo. Me voy a adelantar (la ceremonia es esa misma tarde), les diré que quiero que sientan la misma molestia estomacal que siento yo… tal vez en forma más poética”.

También está próximo el cambio de Gobierno ¿Qué se espera de las relaciones con el Ejecutivo?

“Queremos que haya un buen Secretario Ministerial de Justicia, como lo ha sido, que es nuestro contacto con el ejecutivo. Con él celebramos meses institucionales. El poder judicial ha cambiado tanto, el proceso se compone de una serie de actos y diligencias y para no hacer las cosas con tanta demora se celebran relaciones con las instituciones, para en vez de mandar un oficio, comunicarnos con mails o contacto directo. Esas son las mesas que estamos celebrando y a veces cuando tenemos alguna con organismos de Gobierno, el Seremi es buen vínculo”.

¿Quedó algo pendiente o se cumplieron los objetivos?

“En materia de justicia siempre se quiere más. Tengo entendido que las cosas de más importancia se están cumpliendo, pero es un asunto de nunca acabar. En definitiva, estoy contento de estar como presidente porque me toca representar a la Corte y dentro de mi competencia poder ayudar a que efectivamente el objetivo de la justicia, que sea oportuna y pronta, se cumpla y no sean meras palabras. Eso pasa exigiéndoles a los jueces que los procesos sean más rápidos e instando a los abogados para que no hagan demorar las causas, y a nosotros mismos”.

¿Se ha cumplido con ese objetivo, de ser oportuna y pronta?

“Para eso estamos, por ejemplo en los recursos de la Reforma Procesal Penal, la Ley nos da 20 días para resolver, pero para que llegaran a la Corte a veces se demoraban uno o dos meses, ahora esperamos plazos bien acotados. Antes la impronta del juez era echado en el sillón esperando que las partes litigaran y se dilataba el asunto y no se hacía nada. Ahora nos han enseñado que el juez no puede ser un mero observador, tampoco un dictador, pero si involucrarse en el proceso. Cuando hay una controversia judicial las partes entran en un estado psicológico tremendo y es deber de los jueces poner pronto termino a ese conflicto. Hay personas que han perdido la cordura, estamos hablando de 30 o 40 años atrás”.

Entonces ¿Es una buena evaluación la que se hace de la implementación de la Reforma?

“Si, sin duda. El asunto de la Araucanía no la va a opacar, políticos dicen que este problema está poniendo en jaque la Reforma y no es así. Lo digo con conocimiento de causa, cómo no conocer la Reforma Procesal Penal si se inició acá y yo estaba como presidente. Le tocaba a un ministro que jubiló al mes y yo era el más antiguo. Veo la pasión que tienen los defensores y fiscales, que llevan la investigación y he visto la eficiencia de las investigaciones en la región, por eso estoy tranquilo”. 6301i

Su última presidencia, un inicio difícil

El cargo de Presidente de la Corte de Apelaciones rota de manera anual entre los distintos ministros integrantes. Su última presidencia la asumió en 2010 y el inicio no fue tan tranquilo como el actual.

Recibió el cargo un 1 de marzo, como cada año, sin embargo pocos días antes se había registrado el terremoto del 27/F. “Tomamos conciencia de lo que había pasado y me pregunté si hacíamos la ceremonia o no. Cuánta gente estaba sufriendo damnificada, teníamos todo listo, pero fue un bonito encuentro porque fue simbólico. Hice un brindis para dar fuerza a Chile, pero el 1 de marzo aún no conocíamos la dimensión de lo ocurrido”, dijo Shertzer.

“Ojalá que no pase nada ahora” comenta el actual presidente de la Corte de Apelaciones de La Serena, mirando con cierta curiosidad como se repetían otros factores: ese año también asumía el presidente Sebastián Piñera en el gobierno. “El inicio fue raro, pero con mucho compromiso de ayudar a muchos tribunales, de otras regiones que resultaron muy dañados”, recordó.

Por los tiempos de rotación y con miras en su jubilación, Juan Pedro Shertzer confirma que esta será su última presidencia en la Corte de Apelaciones de La Serena.

Frases: 

 “No hay que cubrirse los ojos, no debiera haber problemas entre las policías y el Ministerio Público”

“Es buena la crítica, uno actúa con más cuidado y prudencia, no nos engañemos”.

 

 

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